"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

martes, 31 de diciembre de 2013

Carpe noctem


"Carpe noctem, amor". Recogerás las uvas de la mesa hasta acabar con la tradición e inmediatamente me sujetarás con fuerza al mando del repentino capricho antes de que se apague la candela y nos quedemos fríos mientras me echas las cartas y utilizas tu magia. Eres el alma máter de hoy, sin mañana, con el sabor de las uvas en tu boca, la garra a flor de piel y un ramillete de canciones con las que alcanzar la Cruz del sur hasta aturdir mis sentidos entre besos y hendiduras. En esta fórmula de cortesía me estimularás, al tiempo que me precipito en el cráter de ese  filón diamantífero que rezuma la humedad de tus cualidades y fragancia. Me traerás hacia ti en la delicada penumbra de esta noche blanca imantada, empapándome con tu salvavidas consciente en la misma eternidad que caigo entre brazos para terminar creciendo entre las venas de buenas intenciones. Y así cosido a las costuras de mi piel, entre flujos y estuación, me pintarás los labios hasta que las confidencias sean necesarias para romper el destino que el nuevo año tiene escrito para nosotros. “Sólo tú eres. Tú, mi desventura  y mi ventura, inagotable y pura”.

Feliz 2014 para todas/os

domingo, 29 de diciembre de 2013

Momentos borrosos

Guillermo Roux. Nocturnos
Durante aquellas noches insólitas, la única solución ante el eco de voz destemplada que continuamente escuchaba en la oscuridad era la posibilidad barajar sueños con materiales reales que se transfiguraban en la nebulosa de la nueva realidad. La angustia inicial de aquel desvelo se fue distorsionando frente a la imagen de las ollas abolladas y desordenadas sobre la cocina de gas mientras brillaban en la negrura de la madrugada. Noche tras noche concebía diferentes dibujos que le ayudaban a franquear el paso hacia la búsqueda de cierto sentido común en presencia de todos los objetos desconocidos. Las horas más borrosas avivaban el boceto de la pequeña tetera con asa de madera, el cucharón y el escurridor repleto de loza limpia de la última cena. Los dibujos se sucedían entre tiestos y búcaros con alegrías guineanas dispuestos sobre un plato blanquecino en la penumbra de las débiles sombras, así como entre un juego de copas encima de un tapete de ganchillo en su mesa camilla. El poder hipnótico de las escenas se repetía cada noche en blanco y las pinturas alargaban sus visiones en distintas figuras encarnadas en todo un juego de té encima de una bandeja de plata y un tomate dentro de una de las tazas. Y así fue haciendo suyo cada uno de los enseres domésticos que encontraba en la casa, descubriendo sartenes, cafeteras, azucareros, vasos, cucharas, hasta que el cansancio regresaba, suavizando el despabilo llegando a conciliar de nuevo el sueño para crear una nueva forma de vivir.

martes, 24 de diciembre de 2013

Este jueves... "Cuento de Navidad"


Un aluvión de nubes inundó la mañana de Nochebuena. Al asomarse por la ventana de su buhardilla y contemplar el tapiz de telas impermeables que cubrían las calles de su barrio, sintió el impulsó de huir de aquella ciudad, esquivar todas aquellas personas y correr hacia el terruño donde le esperaba el fuego de la chimenea que aviva su madre cada noche antes de acostarse. Los puntos suspensivos marcaba las 13,00 h como el horario de salida que ese día había establecido su empresa. Preparó un sándwich de atún y fiambre para salvar el tiempo de la comida y emplearlo en las tres horas que consumía de camino a casa. Conducía con destreza pero el viento y la lluvia que azotaban su coche retrasaba el premio de alcanzar el destino que tanto deseaba. A medida que se iba alejando de la ciudad jardín-dormitorio en la que estaba instalada, el embiste de la ventisca, por momentos aguacero, dificultaba el manejo del vehículo hasta la necesidad de insuflar aire en sus pulmones arrancando cierto coraje adherido a su compresor de aire. De repente, cuando la guardia civil de tráfico cortaba el tráfico de la carretera, desviando la circulación por otra ruta alternativa, uno de los carteles lanzaba algo parecido a un murmullo que llegaba a su oreja: "que la buena ventura determine un designio cerca de una casa vestida con prendas de todas las edades; que discutas los asuntos con personas sazonadas y maduradas al sol; disimula y guarda tu riqueza, asegurándote de no perder el dinero por el camino, de paso a otro lugar;  que siempre encuentres una tapia que te resguarde del viento y un caparazón que te proteja de la lluvia; una compañía teatral con la que compartir risas, bebidas y calor y, que tengas muy cerca de ti, aquellos que estimas". Al punto, descorchó la colmena y probó la miel de la Navidad que estaba próxima a deleitar en la Nochebuena familiar que le esperaba con música y cena especial.

Más cuentos navideños en la escala luminosa de Matices

domingo, 22 de diciembre de 2013

Buenos deseos para todos


Las primeras luces de Navidad se encienden otra vez mostrando en todos los destellos, las palabras más palpables en la boca del lobo. Los conocidos ostentan su  mejor sonrisa mudable con miradas mustias que ceden a ideas versátiles en momentos de ronda. Pessoa revelaba que al llegar estas fechas el propósito era evidente: cada noche se ilumina con destellos que van y vienen entre el vistazo a los que distinguimos sin amistad porque "tenemos ahora otra Eternidad, y siempre lo pasado fue mejor". Los gestos y abrazos con los que saltan las palabras de los amigos desfiguran los achuchones afectuosos que se regalan en el mismo tiempo que las horas descargan momentos para descansar. Aunque a todas luces, el corazón no tenga la incandescencia de los ciclos pasados, el pregón que anuncia esta Navidad contiene panderetas, anís, turrón de almendras, polvorones y una familia reunida donde preparar la felicidad. Feliz Navidad en buena compañía.


martes, 10 de diciembre de 2013

Interpretación

Sophie Calle
Este secreto no es para ti, aunque todo el tesoro escondido acabará siendo un patético mensaje a modo de teletipo donde disculparme por la transmisión errónea de la confidencia. Tu última palabra: "cuídate", con tu transcripción poética silenciada: "que la providencia te proteja", no explica absolutamente nada del amor y desafecto que apresaba tu despedida. Un "Prenez soin de vous" de tu promesa insistente y perseverante bajo el juramento de "lo que no se vive se escribe". Aprovechaste la plenitud de la noche para el último encuentro lacónico, sin beso, hasta desertar el único llanto lejano y ausente que acertó a dejarse ver en la calle mientras agarraba mi bolso. Ahora solo subsiste la desintegración de tu palabra so color de la interpretación que le otorguen las personas que te miren por dentro. Así voy recorriendo lentamente tu marcha, pidiendo a los demás que escuchen/lean tu adiós.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Final del canto


En esos minutos basura que no cambiarán el resultado del partido, es cuando sus palabras descollaban sobre la espadaña de sus pensamientos mientras el metal campanil tañía la buena cabeza y el gran corazón rasgueando una combinación formidable. Nunca esperó a las condiciones ideales para lograr sus objetivos porque estaba convencido de que la mayor dificultad se hallaba en cambiar uno mismo. Lejos de responder a las expectativas, desengañar una vez que el agua comienza a hervir no extingue la llama aún apagando el fuego que aviva la lumbre. Su idea era clara: "Tanto si cambias las sábanas como si suturas heridas, preparas la comida o dispensas medicamentos, está en tus manos ayudar a construir un servicio público digno de todos aquellos que dan sus vidas por el sueño de la democracia". Su ánimo y coraje se adivinaba entre sus fundamentos capitales: hacer olvidar los problemas a la gente mediante el sentido del humor y la agudeza. El sostén de todos sus sueños se manifestaban en la sabiduría colectiva de toda la humanidad en su conjunto.

"Necesitamos situar la erradicación de la pobreza en el primer lugar de las prioridades mundiales. Hemos de tener claro que todos compartimos una humanidad común y que nuestra diversidad en todo el mundo es la mayor fortaleza de nuestro futuro conjunto".

Hasta siempre Madiba

viernes, 29 de noviembre de 2013

Última tirada


Te veo bailar en la mitad de la pista y como si de una tirada de dados se tratara, agitas los pequeños cubos en tu mano derecha hasta lanzar la fortaleza a la pira del momento. Al final de tus brazos, tus manos continúan en el mismo punto color rojo cansadas del tacto acuoso que el temporal de espinas burla bajo la luz quieta de los paneles de parquet en el que percuten los dados falsos. Veo que continúas bailando después de tanto tiempo y que el microrrelato siempre se cumple: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí", lo que me demuestra que no era solo para impresionarme y que tus ideas siempre las llevaste a la práctica. Y ahora que empieza a hacer frío y me ajusto el cuello del anorak, como apuntaba Vallejo, para que empiece a nevar, tu recuerdo se ausenta en cada uno de los movimientos que cumplen las piezas del azar. Hacía tiempo que no apreciaba tus vibraciones pero poco a poco, el estrecho mundo imaginario va desfibrilando hasta recuperar lo que no preferimos.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Maravilla de un solo éxito


Ante el aparente mal popular, cuando cierro los ojos pienso en tus palabras de poeta como la enfermedad folklórica de One-hit wonder: "qué grande es el amor sin esperanza". Rodeada de puntos que brillan, el bajo del cielo se desprende ante el adlátere de la fortuna frente al único semblante del éxito musical de tu mainstream poco innovador. Sonaste en todas las partes de mi cuerpo y a todas horas, solo que no volví a servirme aquella sopa de letras con versos pegadizos mientras declamabas a Lorca como nadie. Retocaste la misma canción explorando mi realidad llegando a modificar la vieja balada hasta hacerla más romántica, con el propósito de caminar delante de mi pasos de pájaro para decirme lo que no soy. Esta noche, el grunge sucio saqueó mi memoria y antes de arruinarme las horas más oscura, vino a decirme hasta donde debo acompañarte y decir adiós.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Puentes reverenciados


Punteo puentes para que la sombra de tus alas acaricie la rampa de lanzamiento desde donde proyectas los nudos que te elevan hasta mi. Desde el andarivel, saltas con agilidad por encima de mejanas y caceras como si de trapos intactos se tratara, en el ínterin marco parajes donde la charla sea una coreografía innovadora. Marco señales de caracol en la pasarela, sin dejar de pintarme la boca, para que bailes agazapado bajo mis torpes pies antes de escabullirte por la articulación artificial que te une conmigo. Con disimulo, los pontones van cobrando vida en el momento que las raíces de mi suelo se empeñan en agitarse en torno a la humedad de tus pasos y así van creciendo hasta formar un puente por el que camino entre el cielo de tus suspiros y la tierra de tu fuego. El puente al infinito marca el final del camino donde tus manos de fuego al notar mis labios, me conducen a ese espacio indeterminado donde se queman todos los papeles.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Relatos del jueves. Atrápame a esos versos, en versos...



Una fantasía blanca
y carmesí. El pinar blando
prende el verdor goteante
de un oro granate y mágico.

La aurora viene de frente,
las alondras sonrojando;
del ancho de todo el monte,
entra el mar un viento claro

Juan Ramón Jiménez

Y ya que las ideas se suceden al aparecer la luz de la jornada, las creencias generalizadas a detenerse en los detalles de los árboles complica la posibilidad de unir los regatos que confluyen en la gran corriente del río. Ninguna vez se quedará el amanecer sin proyectos porque en la maitinada la música que se respira, se vive y se representa no derrota al esqueleto humano que aparece en el anverso de los sueños bajo la feroz amargura de la crueldad. En el primer clarear, las casillas del formulario han de cumplimentar el único alibi que nos excusa de la espantosa cimera con la que descansamos en la pobre yacija que nos protege de la opacidad de la noche. Como dice Nicanor Parra, es preciso enterrar las manos en la sombra para abarrotar de luz el momento justo al empezar el amanecer. Y ante este poema arrítmico y adocenado, el esclarecer de wólof, que no solo se habla en Senegal y Gambia, desvela a todas luces que el optimismo y la ilusión nacen cada nuevo día.

Más amaneceres en la playa de Valaf

domingo, 3 de noviembre de 2013

Donación de palabras


Encontró un suplemento semanal entre 120 y 150 palabras que sumadas a la prestación intelectual, contribuía a mantener la resistencia diaria con la que inclinarse en el borde de su modesta vida. La formalidad ante la donación exigía llegar a las 20.00 h al laboratorio eventual, sentarse una silla de madera fresno con asiento y respaldo en piel blanca situada en el salón, someterse a la observación y sabiduría de un velo experto sobre el misterio que el ancho mundo ofrece mientras entreabría la boca al visto bueno de los entendidos porque las nuevas palabras no representa ningún sandez, habiendo pasado más de 96 horas entre una punción y otra. Había ocasiones que tenía que rellenar un pequeño cuestionario para determinar si era una buena candidata para donar palabras. Tras una hora de picotazos como hormigas, salía de la montaña encantada con los dedos manchados de ceniza. Después de varias visitas al lugar, aplicaba la normativa establecida en el laboratorio clínico sin que su alma cayera profundamente: si lleva a un donador primerizo le pagaban con otras 120 palabras. Y ahora estaba allí, vestida de simbolista, dando vueltas como un buitre ejerciendo la misma función que un donante de sangre en el hospital de sugerencias y evocaciones.

miércoles, 30 de octubre de 2013

El interrogatorio



Tenía ante sí a un ser humano común y corriente, que en un momento indeterminado cometió un error. El interrogatorio comenzó con tanta naturalidad que todas las preguntas del entrevistador y las respuestas del individuo interpelado, fueron aceptadas y relatadas con gran franqueza y espontaneidad que resultaba sencillo entrar en el mundo incierto del personaje cuestionado. Desde la expectativa de converger al único punto de la verdad, el policía acentuaba mínimamente la cabeza hacia delante mientras sus manos se movían de forma delicada apoyando la palabras coherentes, con el único propósito de debilitar el desarrollo de las circunstancias negando lo contrario de lo que afirmaba el entrevistado. Aún partiendo de la teoría elaborada del caso, el entrevistador se mostraba humilde, paciente y a la vez, repentista y versátil. En ese devenir transcurrieron preguntas enfáticas, calculadas y abiertas quedando prohibidas las cuestiones capciosas, ambiguas y especulativas. Y en aquel acercamiento de tiro rápido, el interrogador fue encaminando su propio versión para confundir y colocar a la defensiva al interrogado convenciéndolo de que es inútil que retenga  información. Sin embargo “Una cosa nos llevó a la otra. Creo que empezamos a comparar su situación con la del Lazarillo de Tormes y, cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos hablando del Siglo de Oro y de la presencia de elementos posmodernos en El Quijote”.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Exceso silencioso


Aunque soñar no cuesta nada, ya suelo pasar a buen ritmo delante de la puerta cerrada de tus expansiones ociosas evitando escuchar el roce de tu cuchillo contra los cristales. Antes me distraía con el relieve de los realces dorados que destacaban en el antiguo cancel que separaba tu valioso santuario, que utilizabas como refugio atómico, mientras prestaba atención a las cadenas oxidadas del viejo columpio. Allí, donde te hervía la sangre cuando subía la presión de tus moléculas y los sueños se evaporaban en tu cerebro, reprimiendo la llegada de oxígeno hasta perder el escrúpulo en el momento que te despertaba la alarma. Por un módico precio, la creciente insensibilidad de tus sueños de acupuntor se consumían en mi espalda como la moxibustión de la artemisa mientras me aliviaba con una dosis insignificante. Ahora, en tiempo real, no pienso en ti cuando escucho micrófonos acoplándose porque su sensibilidad hace que perciba ronquidos y tiberios procedentes de tu dirección. Y como si de un estallido se tratara, dejé de confundir el rumor de la muchedumbre que emitían tus sonidos desagradables "y ya no te confundo conmigo, y ya no me confundo contigo".

miércoles, 16 de octubre de 2013

Corte de energía



Desde hace tiempo, la falta de contenido es el riguroso prefijo que antecede los frecuentes cortes de luz que aparecen como una salida apresurada de palabras ambiguas con que adorno la carencia de servicio al saltar el diferencial. Las interrupciones suelen ocurrir por la noche, entonces camino lentamente para evitar el tropiezo de contenidos con los que perdería el equilibrio. Reviso con una vela en qué estado se encuentran los demás aparatos eléctricos de la casa en el momento del corte para aceptar sacar a la luz el lento lirismo que copio de la claridad que llega desde la ventana. Bajo la ceguera que por momentos me divierte y, en otras ocasiones, me arrastra haciéndome sentir peor, pierdo la posibilidad de enlazarme a otras luces con las que reaccionar en el laberinto iluminado de la aguja de marear para terminar abriendo el cerrojo de las incómodas oscilaciones bruscas de potencia. Después del apagón procuro despertar, perdiendo el miedo a crear una nueva holgura hasta que la distribución de las palabras eléctricas no alcanza.

jueves, 10 de octubre de 2013

Bolsa de valores

 Joan Colom
Cuida con mucho esmero el viejo rosal puesto que continúa brotando capullos que reprimen la auténtica virtud o el principio de lo que significa esta flor artificial, modificada y seleccionada para embellecer algo con adornos superficiales. Pero él recopila la importancia de su florescencia para confiar en la flor de todas las cosas que le renta una gran recompensa. Llegó a imaginar que el precio de la rosa roja era el doble de la aleación de aceros inoxidables, resistentes a condiciones meteorológicas adversas. El valor que otorgó a la rosa blanca prolifera durante todos sus inviernos al mostrar un cero absoluto capaz de solidificar el vapor que su cuerpo exhala hasta hacer desaparecer el sudor que rezuma de su interior. Y mientras, soba las flores como los botones de un ojal para abrochar lo voluptuoso y carnal de la rentabilidad que el remoto cobro de dividendos le reporta, buscando la seguridad de todo lo que él ha creado con la facilidad de obtener liquidez de su negocio. Retrasa la idea de que lo evidente salga a la luz.


¡No le toques ya más,
que así es la rosa!

Juan Ramón Jiménez

sábado, 5 de octubre de 2013

Hojas húmedas



Los días cada vez se van antes y en esta huida, sin pasar por el aro de voluntades impasibles, se presume una mujer de embero, semipesada, resistente y, medianamente nerviosa y blanda. Ahora que los parques están desposeídos de los pequeños jardines de infancia, el paso sinuoso de ojos cerrados marca el ritmo de sus piernas asimétricas mientras se siente rodeada de hojas escritas y secas en este otoño. Rematada por la acuciante puesta de sol, ya que éste nunca se oculta por el mismo lugar, bate palmas al descender por palabras garabateadas, compromisos contratados y álabes giratorios que impulsan el salto para evitar el barro que se adhiere a las zapatillas, cuando los nubarrones encharcan sin remedio, las esquinas de chapa y cemento que lee diariamente. Después de amontonar todas las carillas olvidadas en un recodo del parque, quema los papeles no publicados bajo una triza de piel húmeda con el relente de las noches calmadas hasta llegar a consumirse por completo. Y el humo de las palabras sube por sus corvas trepando por el basamento alcanzando la vista de la hermosa cúpula central de los verbos roncos y taponados.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Los jueves un relato: Bailar, Amar, Ver, Soñar, Morir



Había momentos que encontraba salida a todo aquella angustia opresiva, donde la desorientación y la frustración de sus deseos se neutralizaban hasta bailar en su cabeza pequeñas esperanzas en las que confiaba por algún tiempo. Otros días solo suspiraba ante la idea de paralizar cada uno de sus órganos vitales hasta dejar de vivir, muriendo en el fondo del mar bajo el ancla de aquellas vivencias pasadas, especialmente dolorosas y traumáticas. Desde la escollera del puerto que veía por la ventana de su habitación, amaba la bravura del océano como la valentía que necesitaba ingerir para aplacar la decepción que se asentó tras un golpe de puntería contra su ánimo. Hacía tiempo que no distinguía su sombra del eclipse de los otros pero esta vez, la ausencia no le atormentaría. Salió temprano del estudio, se dirigió con paso decidido hacia los bloques de hormigón del dique de defensa deteniéndose en el borde frente al fuerte oleaje del mar. El mar salpicó de espuma su cara y camiseta. Para arrojarse solo tenía que dar un pequeño paso adelante, abrir los ojos y dejar la boca muda. Quería observar como todo se movía a su alrededor, instigándole a exhibir su coraje en presencia de la inmensidad del ponto. En su caída, una sandalia se enganchó entre los bloques de hormigón, sus piernas se quebraron como brotes de varas de hierro en la única explosión controlada. No pudo con su amor.
 
Más conmoción en La Plaza del Diamante de Alfredo Cot

domingo, 22 de septiembre de 2013

Práctica


Todos los días circulo lentamente por la calle principal hasta que asoma como una pantalla de fotogramas, un trozo de cielo en el reducido estacionamiento imprescindible que todo conductor necesita para continuar orbitando en torno a planetas humanos. Delante del aparcamiento, siento que colonizo el territorio ante el requisito de poseer un espacio frente a los demás mientras sujeto el volante con fuerza y decisión proyectando dirigir el esfuerzo hacia el interior. Apago el motor y me dejo llevar por el impulso irrefrenable de exigencia de los otros, que una vez saciado abro la puerta con la idea de que se desfigure el miedo hacia ellos. Al salir del coche, la pierna izquierda suelta el lazo que me une con la idiosincrasia del viejo ladrón que atraca un banco frente a su patronato hasta cerrar la puerta y, recorrer a pie la deriva continental del trayecto diario.

 
La página es oscura y la historia es aún más oscura.
Todos tenemos el mismo libro,
idénticamente escrito.
Lo abrimos el día señalado, y comenzamos a leer.

Charles Wright

domingo, 15 de septiembre de 2013

Espíritu sensiblero


El león rampante de su blasón sentimental no miraba de lado, con un solo ojo, a la dirección que se dirigían las varillas de pólvora que las bengalas emocionales lanzaba a su entendimiento. Sin darse cuenta, se había convertido en una de esas mujeres con muchas emociones y pocos sentimientos. Estaba convencida de que todo espíritu sensiblero es aterrador, como son brutales las pequeñas maniobras cotidianas que moderan el abandono o la desesperanza. Ante los demás, escondía celosamente los misterios de sus inquietantes conmociones: bajo temblores que alteraban los circuitos integrados del único soporte, cercano al pantano anímico en el que se reclinaba; en memorias destruidas catastróficamente borrando una pequeña parte de su personalidad; en una sima melancólica causada desde algún recodo de su cerebro; desde una capacidad perversa y calavera incapaz de desprenderse de sus vicios aunque ya no proporcione ningún placer. Sin embargo, había secuencias de lealtad conmovedoras en actos de servicio al funcionar en condiciones normales como cuando un niño cierra los ojos entre temblores y dentera para ejercitarse en el arte de ver lo insoportable. Al fin y al cabo, nadie le enseñó a esconder su rostro, girando la cara contra el muro del desinterés hasta desvivir tranquilamente.


Y en la mesa ya sentados sonreía
Para que no pensáramos que la habíamos perdido.


Yolanda Pantin

lunes, 9 de septiembre de 2013

Últimos días

Mauro Giordano


Aún hoy atascaría tu boca con mi lengua, bloqueando tus palabras como un coche en la nieve o un retal llamativo en el centro de una almazuela mesurada del paño de cocina. Así estrenaría una nueva escritura en tus labios, declamando bajo tus labios diferentes signos convencionales envanecidos por el deseo y tus flexibles ojos crípticos. Todavía marcaría con arañazos tus bordes festoneados hasta tenderte como un mantel sobre la mesa mientras agarro con fuerza el diminuto universo de nadie. Continuarías inclinando tu cabeza frente al amanecer acercándote suavemente como un barco que se desliza por aguas dóciles y complacientes. Hasta esta noche escuchaba el carraspeo color crema que aclaraba tu voz tras los momentos en los que abrazabas la almohada en mi lado de la cama. Incluso hoy, al filtrar los recuerdos acuosos como las barbas que cuelgan de las mandíbulas de algunas ballenas, tus besos y caricias quedan atrapados en esta red que me proporciona lo necesario para resoplar.

martes, 3 de septiembre de 2013

Jardin du Luxembourg


Cerca de la placita que forman la Rue Brea y la Rue Vavin había una reducida cafetería donde un artista callejero tomaba las huellas de manos y pies de todo aquel paseante que estuviera dispuesto a aplastar sus remos en una masa de modelar a fin de conservar un recuerdo de la distinguida ciudad. La mayor alusión vibrante de los meses en que estuve instalada en la Rue d'Assas, retirada del mundo, fue el tiempo que pasé sirviendo cafés, tés y refrescos bajo una copia de La Cosecha de Camille Pissarro. Entre los anuncios clasificados encontré una oferta de camarera en la ciudad de ensueño donde para entrar en aquel cubil con forma de jitanjáfora, había que improvisar unas teas de castaño con dos negruras, una dentro de tu corazón y otra fuera de tu pensamiento. Viví mi época parisina como un paseo por el bulevar de aire donde congenié con la luminosidad de tus graznidos, capaz de clarear el plumaje iridiscente de los cuervos que, entre la vida y la muerte, no sucumbirá a una invasión en el jardín de Luxemburgo.

lunes, 26 de agosto de 2013

Alevilla



Porfiada y abstraída como una avispa de papel que nunca olvida una cara para reconocerte en otra colonia así me encuentro en tu habitación iluminada, revoloteando por el espacio de las tapas duras que calientan las cuartillas holandesas de tu estancia hasta que atraída por las partículas de esa luz, logro colarme por la hoja lateral de tu ventana. Y como si una luz quásar pausara mi comportamiento, te conviertes en un punto de referencia perfecto donde orientarme y organizar mi acostumbrada irrealidad. Poco a poco, bajo el efecto de una polilla común, el fulgor del asentamiento de tus rayos van contorneando las sombras de mis pensamientos hasta coordinar el movimiento de esta traza femenil en torno a tu mismo alrededor.En medio de esta confusión, la claridad de fuego que ostenta el farol azulado de tu cuarto recio excepcionalmente ilumina una parte de mi ojo izquierdo, por lo que acelera, con mayor frecuencia, un ala de mi pequeño cuerpo frente a la otra, hasta activar tu influencia en ese pequeño mareo que consume mi imaginación cerca de tu  candileja. Hay todo alrededor de esa luz: los insectos, las estrellas y yo misma.

jueves, 22 de agosto de 2013

Máscaras vivas




Al llegar a casa se sentó en el sofá más próximo a la pequeña maceta de fragaria que compró en un mercadillo de Munich. Estaba cansada, al retreparse pensó que la valoración del médico no coincidía con el daño y el malestar que sentía desde hacía cuatro días. El mieloma le producía mucho dolor, tanto en la espalda como en las costillas y las décimas de fiebre ensayaban el preludio de la tarde destemplada. Pero ante un crepe de queso de la noche anterior, en otro tiempo irresistible, hoy intragable, esbozó una gran sonrisa a modo de rueda sobre la que girar y girar mientras sus recuerdos viraban las viejas fotografías en distintos tonos, según la densidad de cada una de ellas. Y como la exudación de goma de los árboles enfermos que al contacto con ciertas reminiscencias se endurece hasta adquirir determinadas formas, fue elaborando distintas máscaras vivas de las personas que encabezaban la tonada de sus melodías. Aquellas máscaras le infundían el ánimo necesario para sostener la perspectiva aérea de otro día.

para C.

lunes, 19 de agosto de 2013

Osa Menor


El secreto de la estación más sofocante explotó la noche que la Osa Menor escapó del castillo para andar a solas por la orilla del río en que paseaba su carro estelar. Estaba cansada de las dudas y disparates que sus siete estrellas cargaban desde que sedujeron a Zeus y, Artemisa enfurecida transfiguró en fletes de luceros todos sus polos. Ahora buscaba perforar el interior del suelo poroso de las huertas bañadas por la ribera para liberar la luz de gas orgánica acumulada en lo más recóndito y, que la propia estrella Polar soterró con el propósito de desnortar a todas las pisadas que dejaran ver su pensamiento. Antes de bailarle el agua frente a los ojos de las estrellas, necesitó abrir una brecha en el terreno para que todo ese carburante y gas perturbador estallara de inmediato hasta contribuir a reducir los reflejos de los desvaríos. La cruz de la moneda de toda esta aventura fue el gran derroche de fuerzas y sentimientos que la loca constelación mojada relució en la desmantelada consagración, evitando la contaminación del agua como invento de lo que somos bajo el propio riesgo de fuga, además de los posibles efectos sísmicos que las sacudidas de la demencia produce en la corteza cerebral de todo andante. La noche se aprestó a buscar buena mercancía para el carro estelar.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Esfumarse


El último golpe de humo que aspiré de la profundidad de tu boca recabó suficientes bacterias, plantas y animales en descomposición, orgullosos de impurezas, acolchando la garganta hasta bañar de oro el velamen de mis pulmones como una tarta anodizada de titanio en la que guardo ese nucleótido amarillento que conserva toda tu energía. Irremediablemente, la taracea venenosa de tu monóxido de carbono, del cianuro del hidrógeno y de la nube blanca de cloruro de amonio de cada una de tus caladas, se han ido incrustando como una corazonada, en el nácar de la crasitud de esta víscera palpitante, hoy ya consolidada, con reflejos irisados ante tus bocanadas grises. Tus vaharadas llegaban retejadas con chocolate, azúcar, miel, cacao y regaliz con la que se dilataban mis bronquiolos, penetrando la fragancia espigada que absorbía de tus oquedades hasta respirar la jungla aromatizada que disimulaba el amargor del álcali que destruía mis tejidos. Atrás queda el alquitrán oscuro y pegajoso que sudaba tus besos alargando la delicia de tu nicotina envenenada, mientras fluía aquella adicción a mi cerebro por el filón del torrente sanguíneo como una calle vacía a medianoche. Todavía hoy cierro los ojos e inhalo esa especie de bálsamo que filtraba de tu carne reviviendo ese tósigo irrespirable.

sábado, 10 de agosto de 2013

Aparente letargo


Llegas como un camión con el bastimento para la tropa, abasteciendo de pan y leche la confianza de un verano con promesa de buena cosecha en Bután, solo que ahora te proteges más de las quemaduras solares que hace años cuando me perdía contigo, ahora solo quiero encontrarme. Hablas de las últimas novedades sobre una roca cristalina con forma de bloque de hielo seguro de que nunca se derretirá después de encontrar una perla entre tres millones de mejillones. Aquí está otra vez el convencimiento de tu dialéctica, asentada en una sentencia remisoria a la que entrego mi ombligo en una mueca mundana que tú respondes sin coba con besos y caricias. Iniciamos un viaje flamante alrededor del Ecuador pactando dar la vuelta completa sin importar el tiempo empleando franqueando el paso, evitando cruzar los polos. De esta suerte, cargando nuestros mundos nos concedemos ciertos goces entre el iris de tus ojos y la cabeza de Júpiter, volviendo a nacer después de sorprendernos tras dar de bruces el uno con el otro regalando el doble de aquello que ignoramos.

martes, 6 de agosto de 2013

Calderilla


La tarde antes del entierro de mi padre, di con la fotografía estropeada que mi madre guardaba debajo del cajón de su antigua cómoda y comprendí que nunca le fue infiel. En ese momento me liberé de información reservada como viejas palabras secuestradas: "mi madre lo intentó muchas veces aceptando una vez más a mi padre en casa hasta admitir en una venta clandestina que no podía vivir con y sin él". No encontré reparo en dejar todos los jipíos mientras me tumbé en el futón improvisado, situado en mitad del salón y apoyando mi cabeza en una almohada rellena de trigo negro y judías, escuché la voz del marido de mi madre en el instante que le rogaba que comiera algo. Sé que el odio y rencor de mi madre hacia mi padre tiene un origen confuso y que su amor nunca llegó a extinguirse. A día de hoy, cuando mi madre condimenta sus jornadas familiares con anécdotas antediluvianas y se apropia de los restos de recuerdos que encuentra a su paso, vuelca sus disquisiciones en su gorra de lentejuelas dispuesta a que vaciemos toda la calderilla que guarda sobre su ex-marido.

lunes, 29 de julio de 2013

Pura filfa



La mentira merodea habitualmente por todas las biografías. Hay ocasiones que vaga curioseando y observando nuestras pertenencias con un impermeable por si arrecia la lluvia o arrebata el hormigueo del chaparrón. En otros momentos se esconde en bolsos, macutos o maletas que ante la sorpresa del agente de servicios de aduanas que vigila las fronteras de las emociones y tras sujetar con fuerza la valija, comprueba con extrañeza el sigilo con el que se confina a un expatriado destapando con flema la gabela de la metáfora del apego. El engaño va debilitando uno a uno todos los trastos que forman la realidad hasta que comienza a rodar cuesta abajo desviándose de la línea divisoria veraz, buscando ahuyentar la existencia concreta envuelta en una pista de hielo sobre la que patinar corriendo el riesgo de que la capa del lago pueda romperse en cualquier instante. Entre secreciones de tus viejas palabras e imágenes desfiguradas me contagio de recuerdos infestados que conservo en maletas gastadas, remendando conjeturas trapaceras hasta "vivir una edad en el sentido contrario al de la espera".

viernes, 26 de julio de 2013

Sarco

no sé qué hay más arriba
de esta piel
que nos abastece de algas
y de besos

desconozco el viaje

el abrazarse
en el trágico azul

pero sí sé
que ese último convoy

es también un recuerdo
un pañuelo de sal
y un nido de lágrimas feroces


Dedicado a las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de Compostela.  Sarco Lange



La noche infausta apareció de repente, mientras dormía de pie. Llevaba la fatalidad a cuestas equipada por la alegría del siguiente día festivo. En la penúltima comba, como si de una barra de cortina se tratase, los asientos de las berlinas se torcieron hasta enroscarse en una espiral sin mañana. Y fue entonces, cuando todo se tornó espuma de nitro en el mismo instante en que los sedimentos del interior de los vagones se encontraron con la escarpadura áspera del terreno, siendo removidos violentamente por una marejada de velocidad y energía. Después de las manos, las toallas, las mantas, las carreras, los gritos, el aturdimiento, la consternación, la intensidad y el empuje, queda ese insoportable "nido de lágrimas feroces" que se acurruca entre el esternón y la nuez que más tarde cercena el primer y último extremo de tantas memorias.




 

martes, 23 de julio de 2013

Palingenesia

Holi
La idea no era nueva puesto que la fiesta proviene de la India pero a la comisión de festejos le pareció apropiada. Utilizarían el recinto cerrado de la plaza para derramar colores en polvo entre los vecinos y la concurrencia que asistiera. Pensaron que las nubes amarillas, rosas, azules, rojas y naranjas que cubrirían el cielo abierto del pueblo aunaría a oriundos y foráneos entre flautas de tres agujeros, mandolinas y tejoletas. La representación de esa escena en sus mente llenó de color sus caras y manos echando un pulso a la tradición, tumbando el brazo contrario de la costumbre en un simpático encuentro entre la alegría de otros tiempos y espacios con el presente fresco e inédito. Y en esa behetría de ficción se asentaron hasta compensar con un baile flor de piña vestido de plumas pigmentadas como migajas de aire acrisolado, el sentir junto a los vecinos la afectividad, apuntalando la convivencia para "hacer más vivo el vivir, despertando a latigazos el silencio hasta salir de la percepción de la mirada".

jueves, 18 de julio de 2013

Este jueves un relato: El pozo de los deseos



De camino a casa, vigilada por el hormigueo y entumecimiento de sus piernas que siente al final de cada día, busca entre sus bolsillos el mechero que camufló en su delantal mientras frotaba la última mesa de la terraza. A sus manos se dejó ver una moneda de 50 céntimos en cambio sus ojos se fijaron en una calcomanía con forma de estrella que encontró en el suelo. Al intentar recoger el adhesivo del asfalto, la moneda se coló por las rejas de la alcantarilla que arañaba sus sandalias. De repente se halló mirando a través de los pequeños barrotes pretendiendo encontrar la moneda entre las bolsas de basura y, en algún recoveco de su mente, imaginó que al acercarse al borde y formular un deseo, solo debería comprobar la cara sobre la que cayó la moneda para que sus antojos se satisficieran. Pero desde el suelo pensó en la cita de Han Yu: “Quien se siente al fondo de un pozo para contemplar el cielo lo encontrará pequeño”, por tanto, desde ese momento tuvo claro que los sueños solo se cumplen con esfuerzo, con la magia poderosa que otorga el ansía y con la visión abierta que hace entender lo de fuera como verdadero y provechoso.
 
Más deseos en el pozo de San

lunes, 15 de julio de 2013

SMS

   
                                                                  
“Si me dejas extirpar de cuajo cada una de las palabras que te he escrito, amigo mío, me harías muy feliz puesto que sabes que estoy satisfecho y muy complacido por el refuerzo y el aval que me has proporcionado. Quisiera precintar tu memoria para evitar que se abra antes de tiempo, esquivando la corriente que fluye debajo de tus pies y a la vez, hace temblar el asiento de mi sillón. Ella no pretendió separarnos, tan solo aplicó el rito establecido de ahuecar el ala hasta cortar los bordes de la misma, logrando que el importe de la cuenta ascienda a tu propia renuncia. No quiero que me odies, solo que continúes elaborando en el vacío, la tela que te envuelve hasta sacar todo lo que conserva tu abdomen desbaratando el melodrama y la adversidad. Aunque nunca inicié este armisticio al responder a tus señales, tan solo calmaba la sed de tus deseos en este intercambio de recados y peticiones para eludir ponerte a los pies de los caballos. Escucha hoy mi respuesta capitaneada ”.
 

miércoles, 10 de julio de 2013

Este jueves un relato: historia detrás de las pinceladas...

In a Summer Cottage, 1895, Konstantin Alexeievitch Korovin.


En la casa de verano abierta al bosque que arreboza mañosamente el lago como un mar cerrado, se autodefendía contra las agresiones del verano nórdico. En la noria inútil de esos días, se exhibe en ese momento íntimo de aseo personal en la primera hora de la mañana mientras su bebé aún duerme. Él desfloró sus últimas invenciones y como un monstruo de sueños, ella tomó la decisión de marcharse hasta caminar por la piel de tierra que guió sus pies al cobijo de madera del boscaje. El agua fría del aguamanil inicia el ritual de los actos en que se divide el manual esencial de establecerse y fijar su propia residencia alejada de la ciudad. Al abrir la puerta de madera, la luz anega la cabaña en usufructo, remendando la luminosidad hasta adelantarse a los demás matices. La mesa con restos de cena de la noche anterior, adorna la estancia irradiando luz al tiempo que la cortina que cubre la ventana, resguarda y escuda el sueño de su hijo bajo el tejado solitario. En este nuevo tiempo, ella despierta cada mañana en ese paraje dejándose mecer por la exuberante floresta. El invierno vuela lejos resbalándose por el fango de la historia natural.


Más historias pictóricas en la que disfrutar de un lienzo o un grabado o un dibujo en casa de Neogeminis
 
 

sábado, 6 de julio de 2013

Afelio

 
Hoy es el día en el que la Tierra está más lejos del Sol y sin embargo, siento tu cercanía y el efecto inmediato de los pasos lentos en tu sonrisa loca. El eje de inclinación del globo sensiblero, desviado 22º y soldado secretamente a los bordes de este amor ligero, filtra tu silueta en medio de montañas de intereses  hasta disminuir la distancia que hay entre mis yemas y tu foco. Y en esta cita de hoy, donde las pruebas de gravitación me hacen trepar en dirección a esa fuerza central que ejerce la estrella  de tu corazón, logra reducir la velocidad de mi cuerpo en este montaje cuanto más se ajusta al desorden de amor que tiene reflejo en la lejanía. Así te escapas de mi memoria, por la trayectoria más corta que da salida a la excitación.

jueves, 4 de julio de 2013

Danza africana


Con las manos en la cintura, cierro un ojo y luego otro mientras miro cautelosamente como te acercas arañando el suelo como un lobo. Desde tu guarida y acostumbrado a no devorar íntegramente a tus presas, separo mis piernas y flexiono las rodillas buscando un movimiento sincronizado de los cáncamos dentro de las armellas hasta sacudir mis nalgas, rebotando el zarandeo llegando a diseminar el bamboleo de la pelvis. La Mapouka suelta los tornillos de mi interior a la vez que mis caderas giran sugestivamente frente a tu cara que esconde tu trote lobero, al tiempo que haces prospecciones futuras a partir de los indicios que encuentras. Y antes de jugar, siento como tus muslos internos se acuclillan, desviviendo el interés por saltar sobre ti mismo cuanto más dejas caer tus insondables deseos, incluso desenmascaro los pedazos rotos de algunos de tus antojos. La única escena palmaria, la retirada de tu sombrero para que pueda reconocer tu mejor aspecto.

domingo, 30 de junio de 2013

Días estivales


Con las pupilas contraídas por la luz del sol, el dorso de ambas manos protege la vista de la estrella flameante a la vez que las piernas guarecen mi sexo maitinero y la cabeza noctámbula, dilata el tiempo para disfrutar del verano. No deseo buscar el modo de trazar la línea entonada del futuro inexistente en la paleta de fisión colorida de los días bochornosos. En una especie de collage, encajo poco a poco ruedas en un eje imaginario de parataxis por el que subo, bajo, escalo y consiento excesivamente a los recuerdos tanto azucarados como con sabor agrio. La técnica anti-aura de trozos tornasolados de la memoria estival, describe la reacción de momentos suaves y apacibles evitando sobre todo, la trampa y el enredo iconográfico de imágenes que confunde el impacto en el ánimo. Suben las temperaturas y las ideas yuxtaponen colores armonizados en la calima hasta multiplicar la liberación de imágenes metafóricas de un mañana panorámico y todo, para agarrar con fuerza la protección de las visiones coloridas en los días de canícula insoportable mediante la memoria intermedia del anti-shock.


¿Qué tal si yo me excitara con palabras en apariencia inocentes
como «difuminar», «rosado» o
«extrapolar»?
¿Qué tal si yo manipulara la conversación con la expectativa
de que otros pronunciaran estas palabras?

Rae Armantrout


sábado, 22 de junio de 2013

Volver a deleitarme


Aunque te quedes sin camino, sin asfalto que une las aldeas cibernéticas e incluso, habiéndose secado hace tiempo el propio césped que tupe el suelo, dificultando la labor de los que tiran del carro gastando sin moderación la escasa voluntad que sin ir más allá, enfilan las radiantes huellas que encuentran a su paso, siempre es dulce y apacible caminar descalza por estos andurriales pese a que los pies estén sucios. Yo, que solo tengo una vida, me subo a la joroba del carro mientras miro como los demás se sujetan a las tablas que domestican la parte más salvaje e incontrolable de las normas establecidas. Pero siempre encuentro un motivo que desencapota y libra de los pliegues de la ruta, llegando incluso a dificultar el paso, hasta descolgarme del pequeño armazón que ampara y protege como las palabras dichosas que hipnotizan los sueños.

sábado, 8 de junio de 2013

Cuerpo enlatado

En la caja, Ruth Bernhard
Encontró un modo de exponer su cuerpo, como un envase lleno de repertorios con la altura justa y una lengüeta de apertura cada vez más estrecha, dando en el punto fijado del escondrijo perfecto el lugar donde conceder y positivar sus negativos mediante contacto a través de carteles. Para presentar puntual el cartulario en el que descodificar parte de la decoración de esa especie de estuche embutido, preparaba un baño de sal común donde introducirse y sensibilizar el papel. Poco a poco se fue alejando de marcos y cristales que silenciaban la verdadera disposición de las partículas que definían sus curvas, desatendiendo el  alabeo que la humedad de los años dejó en su cáscara. Buscaba una imagen deseable como el auténtico sonido de la campana de la buena suerte del templo Foquuan resistiéndose a la colonización de la expresión erótica y sexual.

domingo, 2 de junio de 2013

Derechos conculcados

Fernell Franco
Con el ombligo arrugado y el puño sujeto a la correa del bolso, su cuerpo gira hacia otro lado al escuchar el sonido del móvil aún sabiendo que tiene prohibido portar y esconder el pequeño teléfono. A lo lejos, la furgoneta de los días pares se acerca hasta ellas para brindarles café y bollos con los que reconfortar sus cuerpos desmoralizados. El lema que preside su discurso desde que comenzó a caminar por estas calles, está presente todas las jornadas antes de comenzar la noche: "Suecia aprobó una ley que penaliza la compra de servicios sexuales y despenaliza la venta de dichos servicios" y se pregunta, "¿y ésto no sería posible en mi país?". Pero la realidad es, que su sistema de producción es incesante durante veintiún días seguidos, tan solo descansa durante la menstruación. Ella sabe que este asunto es desolador, es un sexo en el que no cabe la fantasía, dispensado de glamour y atractivo, plagado de miseria y suciedad, pero es la vida que ha elegido 'Ni víctimas, ni esclavas, nosotras decidimos'.    

domingo, 26 de mayo de 2013

Desplomada de cautelas


Desde aquí abajo, la publicidad de tus palabras no está envuelta en proposiciones capciosas. Tumbada, te veo con una  intensidad reposada cuanto más busco la levedad de tus caricias en las manos amantes que afanosas escoltan mi falda. No podría renunciar a esta comitiva especial de remilgos y cursilería por muchas semanas, sin embargo más de seis días de concomitancia entre tus enredos e intrigas es como beber zumo de pomelo desaborido. Pero mantienes en tus once, doce y trece todo el arte de amar de manera gratuita hasta volcar intacto el dislate de mi lengua para licitar por aquel jarrón chino. Sé que me disfrutas entre interrogantes y sigilos y en la desviación, percutes tu abdomen atrapando cierto pulimento en la tersura de mi vientre. Y así, al presentarme sin previo aviso en tu casa, te despojo de lo accesorio invocando besos y caricias con carácter mágico entretanto prometes ciertos acontecimientos futuribles. Con esta escena, configuro la utilería precisa de tu imagen donde encajo la ración justa que me ofreces en cada una de las luchas cuerpo a cuerpo.


Convéncete. 
              Hay cosas que no cambian. 
Por mucho que haya avanzado el mundo, en estas lides, no 
he de capitular sin condiciones. 


María Rosal

jueves, 23 de mayo de 2013

¡Estamos hartos!

 Mar nos invita a escribir sobre aquello de lo que estamos verdaderamente hartos, cansados y fastidiados.
Entre la risa maliciosa, la indiferencia de los que nos gobiernan y el atroz sometimiento que sufrimos como una especie de estupro al experimentar el abuso de la imposición en cada uno de sus engaños, el espíritu del mal ataviado del hartazgo de los urbanitas y rurales de este país, deambula por las romerías acercándose cada vez más al santuario encendido con luces rojas de alarma. Hemos dejado de esperar con credulidad y cierta seguridad, que este sistema podrá proporcionar trabajo a los millones de desempleados que existen escuchando el crujir de sus huesos cada vez con más fuerza. Los que nos conducen por esta variante, se acorazan y protegen con planchas metálicas de las manos y voces necesitadas de sus aldeanos, permaneciendo cómodamente en su condición de casta privilegiada, lavando sus acciones en los anuncios de cielos azules. Mientras los suicidios se suceden bajo los ojos incendiados, los desahucios, los recortes en salud y educación, la emigración de los jóvenes, las evasiones fiscales junto con los paraísos, hace que el barro endurezca los pies, estorbando el paso que conduce a la única vía posible: los movimientos sociales  llegan a su destino antes de ser agitados haciendo frente a la máscara y a la penuria.

De vez en cuando se necesitaba gritar y patalear para demostrar el enfado ante todo lo que nos está sucediendo.

domingo, 19 de mayo de 2013

Sueño de domingo


Ésta es la noche de Selene donde la luna, vestida con puntos negros como el lomo de una iguana, busca mudar su aspecto para alcanzar la vida eterna. El último sueño del domingo, con el que desafiar el semblante del lunes y esperarlo donde siempre y a la misma hora del amanecer. No aguantó a que el alma se durmiera, antes se encaprichó con la sencillez de la noche, en el ínterin busca entre las estrellas decidir un plan de fuga con el que escapar de una cárcel diferente y esperar una semana ligera. Durante la madrugada, comenzó por tabicar algunas poternas de la fortificación que daban al foso de arena donde caen las ilusiones saltarinas, continuó reculando con la minúscula lunación hasta llegar a recordar arterias suaves, por donde los hilos de la memoria se vuelven afilados como una fuga de Bach. El ciclo de las horas se suceden y el lunes se tropieza con la piedra, el papel y la tijera. En la bolsa de huida, el pedrusco aporta balasto a la mano con la que asentar y sujetarse a la tierra, el papel ofrece palabras con las que recibir bienvenidas, separaciones, idas y reapariciones y, la tijera censura y reprueba los actos.

sábado, 11 de mayo de 2013

Envenenamiento


De un modo instintivo, involuntariamente fue intoxicando poco a poco a su "hermana de tinta" con pequeñas dosis de realidad, alejándola de la utopía y la inventiva. Las palabras que proyectaba sus enredos, calzaban sus historias hasta reaparecer con mayor intensidad sin importarle el espacio que ocuparan. Aunque hubo momentos que parecían hermanas siamesas, unidas por el corazón, la experiencia y la apatía constituyeron  argumentos suficientes para distanciar sus vínculos del tono y el color inicial. En cada esbozo propuesto para alcanzar  mayor desarrollo que el logrado, suministraba a su hermana de leche, pequeñas dosis de una sustancia tóxica disuelta en el néctar que bebía, provocándole finalmente la muerte. Sin embargo, ambas conservaron la idea de ofrecer bocados destemplados, poco masticados y mal digeridos, donde sus descripciones llegaban a despistar perdiéndose por el camino. El tiempo no arregló nada pero puso a cada una de las intérprete en su sitio, mudando a la forma cerrada y pequeña de las palabras, sus dilatados pensamientos borrosos.

sábado, 4 de mayo de 2013

Confitura de recuerdos




Desde el patio con  macetas, como un gato en una carretilla roja, salto por la ventana hasta colocarme en la cocina embalsamada en una nube de polvo amarillo. Los primeros pasos enfilan las huellas hacia el primer anaquel de la alacena donde la mermelada de melocotón se pavonea de ser la fruta prohibida confitada en seda. Hago fuerza por aventar el tarro con la intención de que se estrelle con luceros al anochecer. Con cuidado, meto la pata delantera izquierda en el frasco hasta embadurnar toda la extremidad de la sustancia roja pastosa que a todas luces, brilla dulcemente. Poco a poco, la pata derecha se une a la diversión resbalando hasta la parte inferior del recipiente mientras olvido donde esconderme para no deslucir el destello de la digestión. De vuelta a la ventana, la fruta azucarada se oscurece y gimotea en mi barriga produciendo un tintinar característico que silencia la chaparrada del corazón duro y compacto que se aproxima resonando.

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Así te miro
andar por el jardín
de verano: las cosas
que no pueden moverse
aprenden a mirar.

Louise E. Glück  





domingo, 28 de abril de 2013

Postureo


La sentencia era firme: "juegas a ser lo que no eres o al menos a hacer cosas que esperan un reconocimiento". Todo empezó cuando estrenó una nueva costumbre, la de visitar sitios de moda solo para dejarse ver colgando post con palabras y fotos que le gustaban, abriendo cuentas en diferentes redes sociales con la sonrisa más amplia y gastando los tacones más altos y los zapatos más incómodos. Sin normas que seguir, practicaba sobre todos los temas, asuntos y cuestiones, se consideraba un espíritu libre escribiendo acerca de todo lo que encontraba a su paso. Tenía un código propio donde la palabrería, difícil de entender, predominaba como el color rosa en Picasso puesto que estaba convencida de que la verdad nunca se sabe e incluso, se permitía deformar la realidad. No llegó a confirmar la clave pero se aproximó al asegurar que trataba de sorprender a las personas que admiraba, exteriorizando cuales eran los principios y razones en los que creía. Se acomodó a los sordos aplausos vaciados entre palabras y comentarios. Y mientras, buscaba frases de forma desclavadas y sueltas, de uso inusual al tiempo que auscultaba las cavidades de las palabras y enunciados. Pero para ella, todo era más sencillo de lo que simulaba: rebuscaba adentrarse en un lenguaje colorido, sin concierto, hallando la osadía necesaria para presentarse delante de los demás...


Primero se quedó acostado pensando durante –más o menos– unas cuatro horas en las tonterías que el azar lleva y trae: lo pasado que empata con lo presente, o que se deslinda: ¡a fuerzas!, tal vez, y luego, como a eso de las seis de la tarde, se le cerraron los ojos a ese que nunca se había dormido tan de cabeceo recio: por mor de una evasión llena de anécdotas casi infantiles. Durmió doce horas seguidas: ah. Salir de la casa amarilla para ir de nuevo a zamparse unas seis gorditas. Lo malo: no abrían tan temprano el restaurante típico.
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A la vista
por Daniel  Sada