"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

lunes, 31 de diciembre de 2012

La primera noche

Victoria  Audouard
Las horas se precipitaban hacia la medianoche y antes de situarse en el inicio de un nuevo día entró un correo en su teléfono móvil que no tomó en cuenta. En un momento de la dilatada noche leyó: "Recuerda que la luna te calienta siempre, te hace el día más tolerable. No te arrepientas de no haber tirado lo suficiente de la cuerda e incluso de perder la comba en ciertas ocasiones. Invoca las palabras que te dejen pensar y hablar hasta convertirte en detective y en un personaje enigmático. Dedica atención a tu pareja y familia pero al igual que el lobo, mantén tu individualidad. Asevera el lado nativo de tu impulsividad y todo lo que atrae a tu imaginación mientras bailas en medio de la hierba seca o en los témpanos de los charcos. Afloja la sonrisa con la que entregas el calor de tu repertorio hasta secar la pesadez de las noches de invierno. Te deseo que al despertar frente al amanecer de las mañanas lozanas del nuevo año, estas palabras te acompañen durante algunos minutos".


Empuja toda esa vida bajo tu lengua
que, por si misma, se convierte en pasión.

Pedro Casariego Córdoba

** Un amigo me deseó Feliz felicidad y me hizo reír, pero al final es lo que todas/os aspiramos.
     Feliz Felicidad en 2013 para todos/as.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Canje frustrado


Desde el principio buscaron fundamentar sus aproximaciones en el intercambio de cestas de naranjas, con el fin de pactar ciertos asuntos sin llegar a abandonar la mesa de negociaciones. Nunca preguntaron hasta donde podían llegar en la reciprocidad de consideraciones, cuantas naranjas precisaban en cada entrega o cada cuanto tiempo debía llevarse a cabo el trueque. Entre los comentarios nuevamente utilizados, las curvas descritas por las palabras naranjas que ambos impulsaban por encima de la mesa de estrellas, buscaban la intención de crear una elipse frutal donde sus propios focos unieran la anterioridad y el aplazamiento que el tiempo fue vaciando. Esbozaron pequeños acuerdos sinuosos a la vez que adiestraban ovejas tirando de un carro lleno de periódicos amarillos. Todo fue un fracaso. Las vetas de la mesa se interponían en las cestas bloqueando el sentido del fruto, transformando los acuerdos en una inútil mezcla de océano gris y amor asiático.

—La nuestra no es historia conyugal.
Trueque de pulsos, ajedrez del dolor…—
Carlos Pardo

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Poeta callejero


Mike Kelley

Con los pies entumecidos y la cabeza dorada por el brillo de las cuentecillas de colores que colgaban del paseo, el curandero saboteador apretó los botones de su abrigo deslucido y acto seguido extendió las cuartillas dobladas comenzando la lectura de sus versos. Sin dinero contante en los bolsillos, el curalotodo  circunstancial ofrecía regalos a los viandantes como un medio mercantilista en tono de poemas personalizados. Básicamente, bajo la supuesta esclavitud de las emociones, los paseantes se detenían a escuchar los secretos alquímicos del embrujo que las palabras rimadas desprendían. Por cada diez segundos que empleaba en observar a la musa inspiradora de poesía establecía una deuda de diez segundos de amor con su espectador, difícil de trasladar y descifrar en números dígitos. Y así, el poeta incoaba a modo de inicio de un trámite: "Ahora es el momento de hacer lo que más quieres. No esperes al lunes, ni esperes a mañana. Que no aumente en ti la caravana de sueños pisoteados. Ya no esperes".


Si el rumbo que una vez has elegido
palpita como un fuego esperanzado,
no dejes que se apague en el olvido.


E. J. Malinowski.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Feliz Navidad



Bajo la salvaguardia del slogan: Sigue Adelante, llegó la Navidad al escaparate de las familias y a los grupos de amigos. Envidiaba la ilusión que año tras año regresaba en los demás el momento que buscaban los regalos apropiados, adornaban los lugares más personales, examinaban los mercadillos con productos y dulces típicos y resplandecían con el brillo de las sonrisas y el calor de los abrazos que ofrecían como maná inesperado. Tiró de la persistencia de Calvin Coolidge para buscar la generosidad, la paz y el complot del amor que relaciona a todo el mundo en esa fecha para entender el alcance de la festividad. Entonces halló el distintivo de cierta fuerza y la abundancia del ritual de esta celebración en el intercambio de tiempo, de palabras y caricias con las personas que tenía a su alrededor. Así detectó en el hueco acristalado, el poema regalo de una felicitación navideña: a un lado de la tarjeta resaltaban pequeños muñecos de fruta junto a una encantadora casa de jengibre con una ramita en un zapato inmediato al vano de la puerta y, en el otro margen de la tarjeta, irradiaba luz una pequeña cueva donde aparecía una mujer con su bebé en brazos muy cerca de su pareja.

¡Feliz, feliz Navidad! La que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar. 

Charles Dickens



domingo, 16 de diciembre de 2012

Risa cascabelera


Como si un bote abierto de cloroformo se hubiera derramado por el suelo, anduvo toda la tarde por el taller soldando cascabeles a su cuerpo resultado del efecto sedante de aquel olor agradable. Enmohecida por  la sospecha de que la falta de aquel cariño destrizaría hasta el cuerno en espiral de un unicornio, pulía con la radial el espejo de los charcos en los que se miraba, teñidas por las supuestas esquirlas del animal fabuloso. Encontró estaño blando con el que revestir su pequeño corazón metálico de cascabillos con los pedacitos desprendidos del asta mitológico, a la vez que se sentía protegida de la acrimonia corrosiva que fundía lo que había vivido con lo que voceaba. Sólidamente, a su alma unió las varillas de plata fusionadas con las pequeñas láminas embutidas con forma de esferas de tal modo que en cada emoción, el timbre cascabelero de los latidos percibidos en su cuello, a la manera de "un pianillo cascabelero, fresco, exacto, de ritmo puro", lograba sonorizar la mente hasta descender a una risa alegre, desenfadada y jaranera.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Descripción aportada

(Kafka. 1992. Óleo sobre tabléx, Valladolid)
Con un impulso aventurero pero en este caso de veteranía, cerró la puerta después de que el transportista le entregara en mano un pequeño paquete. Vació el contenido del envoltorio y encontró dos cuartillas en el que se especificaba una descripción objetiva del retrato robot que debía recrear. La explicación más relevante estaba incluida en las pequeñas letras de impresas donde se leía: un contorno facial rectangular con un flequillo para disimular la dureza de sus rasgos, grandes ojos verdes con pintitas pardas de mirada cansada, tan separados que habría sido posible situar un tercer ojo en su ceño, complementadas con gafas de pasta marrón oscuro. Las pestañas negras y largas junto con unas cejas muy marcadas y gruesas a la Marlon Brando, encuadran la mirada y el equilibrio armónico del rostro. Los labios afinados y estilizados resaltan los dientes alineados de una barbilla con ligero retroceso salpicada con una barba simétrica, bien cuidada tras cinco días. Su tarea consistía en hacer que ese rostro desfibrilara, recuperando el ritmo contráctil normal fijado en arrugas cenizas, sombras, rugosidades, patas de gallo, puntos negros y rosetones calados de episodios misteriosos.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Piojo


Entre percepciones y apariencias exóticas constaté un Piojo ninfa que no escapó de mi atención. Encontré a acertar el camino que estableció desde la frivolidad de la alegría de otra cabeza, al recelo de la grima que me provoca su presencia. Desde el balcón de mi habitación y a fuerza de sonrisas y ojeadas con el espejo de mano, bajo el brillo de la mirada motivada por las lentillas desechables, corregí la miopía hasta acomodarla al tamaño de pequeño parásito. Intenté dedicar los procesos que zumbaban cerca de su oído: la negación a asimilar lo que llevaba meses produciéndose, el contagio indiscriminado de todos los que frecuentamos la misma actividad. Localizar lo que vive en las cabezas de los otros, lo que piensan, su modo de gestionar el rechazo y la atracción incontrolable hace sentirse excepcional al diminuto insecto. El regateo  piojeaba de un huésped a otro intentando alimentarse de versos, poemas, expresiones e ideas. Una vez que lo tuve entre mis dedos el bichito evitaba afrontar directamente la dispersión, madre de la depresión ante la tristeza,  hasta que logré desperdigar con estornudos estrepitosos los pequeños sablistas atándolos con cuerdas al pozo más próximo del pequeño sitio web.

martes, 4 de diciembre de 2012

Palabras fuego


Desde la cabina de un camión de bomberos reclamo la vida regalada y cómoda de un lugar donde andar a tientas guiándome por el tacto de las palabras al moverme próxima a la luz del fuego. De la nada surgen palabras sonrisas encendidas como brasas. Me doy cuenta de que el universo vasto y penetrante que rebusco solo atestigua que el repertorio de la mercancía es inagotable y allí donde el suministro pareciera suficiente, el abastecimiento llena la cisterna del camión de palabras que inflaman los ánimos. Imposible deshacer la borra prensada de las palabras resultantes. Como quiera que sea, tan solo deseo estar a favor de esta actividad frente a la visión de la pequeña radiografía de términos.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Crooner

Foto Georges Paramon

El auditorio rebosaba de interés y acicate por escuchar al escritor invitado. Tras la presentación conveniente, los escuchantes/oyentes permanecimos prudentes ante la difusión de la propaganda del nuevo libro: "los libros funcionan como puertas a otras dimensiones. Este mundo al que nos transporta es muy similar al nuestro, los cambios son tan sutiles –una mancha en la pared, un rocío más perfumado– que los poco sensibles ni siquiera se percatan de que ha obrado una transformación y otros sienten que fue una falta de apreciación suya". La puerta abierta de la sala de conferencias deja ver a la señora de la limpieza fregando y limpiando los últimos metros de escalera que suceden al atrio del vestíbulo, mientras pone música a su capacidad de fijar la distancia entre sus sueños y la caducidad de algún momento culminante. Y por un momento, mi rodilla entumecida se remueve automáticamente buscando rozarse con la tuya que se mantiene alejada de mis deseos, en el límite de tu grado máximo. Con las palabras de fondo del escritor y, sin llegar a tirar por la ventana la iniciativa, prescindo de la imaginación al golpear mi pie con la butaca delantera, relegando la fantasía al entretenimiento de un crooner que busca divertirse con distintos estilos particulares.