"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

sábado, 22 de marzo de 2014

Burbujas


En el recorrido entre la sombra y la luz del vertedero marítimo de los recuerdos, cada una de las burbujas que completan el vagón silencioso del trayecto son puertas donde quedan incomunicadas las viejas emociones. A través del agua y el aire de las pequeñas pompas, se modela el lugar idóneo donde esconder la argamasa de la ira, el miedo y el amor que guardo. La más inquieta de todas las burbujas es una ampolla minúscula donde se propaga el afán y el deseo, con el único propósito que escoltar tus referencias e insinuaciones sin disfraz. Bajo su propia firmeza, frente a la música que hacen tus citas, toma las decisiones más oportunas totalmente independientes a las mías. Está atenta a todos tus movimientos como el halcón que no deja escapar la presa. Mientras, insuflo aire en las burbujas del disgusto, de la sorpresa o la alegría para ver como se decolora tu nombre pero el glóbulo casca con atrevimiento las demás bolsitas jabonosas hasta paralizar el líquido que atrapa el aire conmovedor. Así consigue que la agitación exclusiva de la pequeña burbuja, presionada por tu recuerdo, expanda su superficie como bombas de tiempo dispuestas a mantener el brillo de tu voz y la densidad de tu perfil.

sábado, 8 de marzo de 2014

Rancio abolengo


¿Qué llevarán las huellas de tus pies que me acercan a ti ondulando con rastro fácil, antes de que el aire borre la marca? Sucede que mis ojos se volvieron invulnerables a la menudencia de los granos de arena que retiras en cada pisada, hasta llegar a someter mi vista al color de la arenisca desagregada. Sin cesar, mis párpados corren entre pequeños temblores mientras reviso las tentativas gastadas que aún permanecen dentro del tarso, en el soplo que tus labios besan el suelo tras los pasos. Y como si diera vida, la parte horizontal del escalón sobre el que me asiento enfunda la hermosa propiedad de arrimar bultos distantes que se aproximan uno a otro por las rodadas en el carril.


sábado, 1 de marzo de 2014

Rareza


"Del yo al yo, la distancia es inmensa"

En los pequeños olvidos pasa la vida. Entre la moderada intensidad y poco apasionada de los hechos cotidianos y los inusitados acontecimientos que al colocar la carne convenientemente en el espetón suceden inusualmente, abandoné la bolsa con el bote de tabaco de liar que me pediste en el instante en que introducía la llave en la cerradura. Agitada, calada por la lluvia y soportando las prendas adheridas a la figura, corrí hacia el coche descuidando el envase de picadura en la acera. Empleé 5 minutos en hacer el recorrido y, teniendo en cuanta que llegamos a recuperar ocho recuerdos en 1 segundo, 2.400 recuerdos navegaron en paquetes compartimentados por mi mente antes de penetrar en el vehículo. ¿Qué recuerdos luminiscentes destacan sobre los demás oscureciendo las otras imágenes almacenadas? Puede que la conclusión esté en que abandoné el bote porque en este casco tallado por miles de neuronas conectadas, la luz de esa mención se escapó por las paredes mientras un operario tapia los portillos por donde deberían reflejarse los recuerdos. En esta variedad de caverna de Platón, no se aceptan ciertas aficiones excesivas y perjudiciales que se sienten como un banco de niebla gris y diseminada por la memoria que indiferentes terminan viéndose como rosas ahogadas.