Se acaba el 2011 y por aquí continuamos leyéndonos y dejando en la inmensa mayoría de post-it, almendras garrapiñadas recubiertas de caramelo. Para el nuevo año 2012 que está a punto de comenzar tampoco pido mucho, como Cortázar, solamente vuestras palabras gráciles y sutiles como piñones de bicicleta que no cesan de rodar. Me complace tropezar en la vereda con los blog que encuentro a mi paso y caer de lleno entre las flores de alazor de vuestras ráfagas cual estimulantes de conocimiento de la realidad que me rodea, también como sugerencia de genialidad y originalidad de vuestras ideas e inspiraciones. Pero vuestra linterna siempre consiguen destellos de luz que pueden llegar a deslumbrar, facilitando el cambio de un lugar a otro de muchos de los muebles en los pisos superiores, a la vez que se siente la sacudida de los bártulos en la planta intermedia. Por tanto, aún sin encontrar "el sentido de la vida", costoso resbalón y si "se trata de revolucionar todas las condiciones en las que el hombre es un ser humillado" entre resuello, consuelo y algo de asma os deseo un feliz año 2012 para todas y todos.
¡Adelante, y que vuestra antorcha nunca se apague
durante el juego de ping-pong!