"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

viernes, 25 de marzo de 2011

Encuentros



La tarde previa al cambio de hora para ahorrar energía eléctrica, perforó sondeando las vidrieras, mientras observaba el bullicio de las tiendas y bares de la calle, hasta llegar al puento de encuentro. Para tomar una decisión importante en relación a un asunto de gran calado, era preciso analizar todos los datos, comparando las diferentes hipótesis que flotaban para considerar la resolución más oportuna. Por tanto, se dispuso a almorzar con su ex-esposa con la finalidad de averiguar y comprender algo más sobre él. Tenía la certeza de que ese comportamiento y propósito, entreveía una extraña figura a todo aquel que se presentara por sus aberturas. Los deseos de ser una cortesana, desertaban durante la fuga de un preso anónimo de la cárcel de alta seguridad. La comida ligera la aceptaron como un refrigerio, teniendo en cuenta las circunstancias. Poco a poco, percibieron cierta tranquilidad y sosiego, que les facilitó su empatía y el motivo de aquella reunión: tratar el conocimiento que ambas poseían sobre él. Entre tanto, ya en el segundo plato ella le confesó: compartíamos la misma cualidad, mi adoración seguida de reverencia y su propia idolatría y estimación. Como justificación a cada una de las dos formas opuestas en que se orientaba su amor, le entregó una explicación muy sensata: se conservan ciertos placeres en el sufrimiento que pueden llegar a ser más dulce que el deleite del placer. Ya en el postre y, con varias copas de Albariño que acompañó al marisco que degustaron, confesó el secreto que tenía tan guardado: su matrimonio fue feliz, el único inconveniente lo descubrieron al tratar de compartir sus vidas. Una vez que se despidieron, se reunió en el mismo lugar con él. Intercambiaron algunas preguntas, "¿qué hace tu marido?", a lo cual ella contestó: "lo que ninguna mujer intenta conseguir", y continuó: "¿me concedes esta noche para mi solo?, y ella respondió: "no preciso dos esposos".

"¿Cómo valorar la felicidad, por momentos o recuerdos, o hay que medirla por la satisfacción en la vida?"



Él: "¿Qué Él: "¿Qué hace tu marido?"
-Ella: "Todo lo que sé es que no busca una mujer"
-Él: "Te gustaría convertirte en mi mujer esta noche?"
-Ella: "No necesito dos maridos"
hace tu marido?"
-Ella: "Todo lo que sé es que no busca una mujer"
-Él: "Él: "¿Qué hace tu marido?"
-Ella: "Todo lo que sé es que no busca una mujer"
-Él: "Te gustaría convertirte en mi mujer esta noche?"
-Ella: "No necesito dos maridos"
Te gustaría convertirte en mi mujer esta noche?"
-Ella: "No necesito dos maridos"

18 comentarios:

  1. la felicidad está en cada pequeño acontecimiento, en cada sonrisa, en un despertar lleno de esperanza, en la lucha y en la seducción...en el segundo plato y en el despertar a la vez por un mismo rayo de luz...
    en el recuerdo y en la ilusión, en el momento y en la satisfacción del postre, en el placer y en el mismo suceder de las cosas...a veces sin darnos cuenta y en otras ocasiones estableciendo milimétricamente las piezas en juego. En el juego del amor, siempre sale ganando el que tiene el sentimiento mayor...
    aunque no consiga su meta, haberlo intentado dará respuesta a su existencia...

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  2. ¿Y quién necesita dos maridos?

    Me voy a quedar con esto:

    "...se conservan ciertos placeres en el sufrimiento que pueden llegar a ser más dulces que el deleite del placer".

    Y con esto:

    "su matrimonio fue feliz, el único inconveniente lo descubrieron al tratar de compartir sus vidas".

    Podría re-pensarlo, pero está Yola Berrocal en la tele y me atrapa.

    Abrázame fuette, amiga mía.

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  3. Dibujas unas situaciones que nunca he comprendido. Yo soy de las que cuando terminan con alguien ¡terminan definitivamente! sin opciones de encuentros... tampoco me concedo medir la felicidad que haya vivido, porque es efímera y selectiva.

    Me gustó tu relato, hermanita :)

    Abrazo

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  4. Darle tantas vueltas al coco nos enloquece- Al menos a mí.
    Que siga taconeando, los maridos pueden esperar.
    Besitos

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  5. Creo que para ser capaz de valorar la felicidad por la satisfacción vital hay primero que ser capaz de valorar la felicidad en pequeños instantes de cada día. No son excluyentes sino complementarias...
    Del placer del sufrimiento, y del placer podríamos hablar mucho tiempo... ;)

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  6. Creo que la felicidad pasa por nuestro lado cada día. Y la mayoría de las veces parecemos estar ciegos cuando la tenemos delante...

    Besos!

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  7. "¿Cómo valorar la felicidad, por momentos o recuerdos, o hay que medirla por la satisfacción en la vida?"
    yo creo que sirven los dos.. los momentos y los recuerdos, pero a veces recordamos algo que en su momento no vvivmos en presente.
    besinosssssssss

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  8. A veces pienso que si la mido, lo pierdo todo, y tengo miedo, ni una ni otra me dan esa felicidad que aparento ante los ojos de los demás, fuera todo es perfecto, pero en mi interior, me derrumbo por tambaleos de la vida...

    Te gustaría convertirte en mi mujer esta noche?, bendito tambaleo.

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  9. A más momentos perfectos vividos, mayor felicidad. Pero hay que buscarlos.
    Saludos

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  10. Mi querida amiga, me gustó mucho tu texto, tanto que, si no te molesta, esta noche que actualizo mi espacio, voy a colocar una de las frases en mi "Las frases de los colegas", sobre el margen derecho de mi blog. Allí va a estar claramente detallado de quién es y de qué blog proviene.
    Te dejo un gran beso.
    Humberto.

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  11. Hola Esilleviana. Yo pienso que la felicidad esta en todo lo que nos hace sentir bien, creo que algunos momentos de satisfacción también ayudan, sin embargo los recuerdos no estoy segura. Besos.

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  12. Momentos...sí,esos que pueden transcurrir durante mucho tiempo , o no.

    Un abrazo, amiga.

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  13. La felicidad puede comenzar cuando dejamos los miedos atrás. Saludos porteños.

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  14. A veces buscamos, encontramos, volvemos a buscar y volvemos a encontrar pero nada nos llena el vacío que realmente intentamos llenar. Un abrazo.

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  15. Sorprendente el giro del final, leyendo el texro, pensaba en otra situación. Y la felicidad, no habría que medirla, sino simplemente disfrutarla!

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  16. En realidad no soy de los que piensan que el amor da felicidad, así como creo que lo único constante es el dolor o ausencia de felicidad, el texto excelente (nada nuevo)

    Un abrazo

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  17. atreverse a vivir experiencias distintas es siempre un reto a lo establecido y lo ponderado

    cada quien vive según sus propios deseos de felicidad, pienso , claro que no siempre esos deseos se sincronizan con el otro u otros jajaja

    me gustó tu relato , abre esas ventanitas al pensadero de las elucubraciones varias y hasta fantasiosas

    Felicitaciones, más abrazo :)

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  18. La felicidad, para mí, es tiempo presente, y por lo tanto, efímera.

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