Comenzó de repente, apartando hasta vaciar todos los objetos de la antigua habitación. Necesitó un pequeño cuarto aledaño para instalar la maquinaria refrigeradora que mantendría la estancia helada, a muy baja temperatura. Apretó el pulsador On y poco a poco, las paredes se cubrieron de un brillo blanquecino, intensificado ante el vaho de su respiración. Del techo, perdían el equilibrio pequeñas gotas de agua mezcladas con polvo que al besar el suelo se congelaban, transformándose en sedosa nieve. Había llegado el momento de imposibilitar la opción "velar el empeño de los proyectos y antojos" que guardaba en una faltriquera, disfrutando de ese reservado helado donde el frío y la humedad mantenían su mente despierta. Ahora tocaba subir el nivel de adrenalina y cortisol de su estómago, tensar los músculos y mantener el rebato sin peligro inminente. Desde el principio se propuso enroscar, a modo de moño, cuatro palabras claves con la que coronar para la puerta de su alcoba aterida: estupefaciente, masaje, pescador y libro de estampa.
Ocho señales
Prohibido guardar deseos en el bolsillo.
Prohibido clavar mariposas en el corcho.
Se permite tararear en clase, en la oficina, en la iglesia.
Se permite patalear cuando no guste la función.
Prohibido contar estrellas mirando al techo de tu casa.
Prohibido hacer caso a los que leen las líneas de la mano.
Se permite cambiar los sentimientos a diario.
Se permite desear, acariciar, desaparecer.
Prohibido guardar deseos en el bolsillo.
Prohibido clavar mariposas en el corcho.
Se permite tararear en clase, en la oficina, en la iglesia.
Se permite patalear cuando no guste la función.
Prohibido contar estrellas mirando al techo de tu casa.
Prohibido hacer caso a los que leen las líneas de la mano.
Se permite cambiar los sentimientos a diario.
Se permite desear, acariciar, desaparecer.
Juan de Dios García
Hacer que el frío desaparezca será nuestra perdición...
ResponderEliminarmagnífica representación
ResponderEliminarMUY BUENAS YA CASI CASI COMIDAS, Mestra!!! Pues a ver, a ver si viene ya la fresca otoñera y eso que sales con una parca y todo, vamos, que no nos tengamos que comer las castañas en mangas de camisa, como quien dice, jajajajajaja... Y ya luego en casita y en castillo de la alcoba, PUES TODO EL CALOR DEL MUNDO Y ENCIMA UN POCO MÁS, jajajajajaja...
ResponderEliminarUn besazo!!!
EXCELENTÍSIMO!!!!
ResponderEliminarABRAZOS
La decoración resulta un poco fría :)
ResponderEliminarBss
Y acto seguido pudo dedicarse al muñeco de nieve,abrigándose en sus 4 mágnificos vocablos....
ResponderEliminar¡Que alegría verte por aquí de nuevo!
ResponderEliminarBesos y salud
Qué texto tan críptico. Deben ser de esa literatura experimental, para intelectuales, el caso es que lo que entiendo me gusta y lo que no entiendo... me gusta más todavía.
ResponderEliminarEnhorabuena.
A pesar de todo, se respira calor. Muy original.
ResponderEliminarGracias por tu comentario en mi blog
Ya queda menos para el frio conservador, sirve además para que el cerebro no se embote con el calor, el verano es puro oxido. Un beso
ResponderEliminarTambién debería prohibirse congelar sueños...salvo claro está que sea por un tiempo prudencial y a gusto del consumidor jaja.
ResponderEliminarComo todas las cosas no son sino una aparición,
perfectas siendo lo que son,
sin tener nada que ver con el bien ni con el mal,
con la aceptación ni con el rechazo,
uno puede muy bien estallar en carcajadas.
Long Chen Pa
Un fuerte abrazo Esi.
Me quedo con masaje sin duda.
ResponderEliminarUn beso.
El frío es necesario en la mente de la sabia Naturaleza para que descanse (sobre todo de nosotros, los humanos) pero por favor ¡qué el corazón de la casa quedé ardiente!
ResponderEliminarAbrazo calentito
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA veces saben mejor los rituales que la finalidad. Sentí el frío!
ResponderEliminarBesitos
Buenas prohibiciones, y solo ocho, no diez como los Mandamientos.
Bonita estampa del hotel de hielo. No iría...
Un abrazo
· LMA · & · CR ·