"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

viernes, 6 de enero de 2012

Merceología química



Así como tampoco hay cuerpo que el viento no haya sacudido, la entidad que constituye mi cuerpo está saturada de pequeñas actas que certifican la autenticidad del paso del ecuador hasta llegar al súbito cimbrón como un dolor penetrante en el alma. Según Antífanes hay dos cosas que el hombre no puede ocultar: que está borracho y que está enamorado. Amordazar con un trapo esa parte central de mi existencia, engrasando el cuerpo del deseo construido en un mapa mental de circuitos cerebrales que saltan el molinete de la cascada de emociones eléctricas y químicas del amor. Desconozco qué enfermedad es más grave. Durante mi infancia, la fábrica química de mi organismo se halló obstruida impidiendo el flujo de la bilis en el hígado. La colestasis desencadenó el transplante de un pedazo de hígado de un donante vivo, mi padre siempre me dejó clara esa pequeña anotación. Mis pequeños vasos sanguíneos necesitaron un tratamiento especial en las distintas salas de UCI por las que pasé. Los tres primeros meses fueron atenciones y mimos con regalos de días de Reyes. Con el paso de los meses y algunos años, después de las inyecciones y todo el medicamento ingerido con efectos secundarios diferentes, necesité múltiples controles y visitas al hospital. Y hoy, al sentir como se inunda mi cerebro de un líquido coloro de nombre impronunciable, feniletilamina, no tengo la certeza de qué reporta este desorden químico, si tres onzas de chocolate o la tasa del recuerdo de una gran delirio que solo existió en mi capricho.

32 comentarios:

  1. Pues espero que sean tres onzas de chocolate, todo lo desagradable se traga mejor con un poco de azucar, chocolate o lo que más nos guste.
    Estoy con Atífanes esas dos "enfermedades" no se pueden ocultar.
    Un abrazo Esilleviana.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Rediez con la F.E.A (la feniletilamina). Ja!, tiene guasa, resulta que el grupo fenil es un benceno, pero pertenece al grupo de los compuestos aromáticos, si mal no recuerdo. Y viene al caso, pues de FEA, nada de nada...es muy guapa, la sustancia y sus efectos.
    Yo no le daría muchas vueltas, si estás enamorada pues lo estás, diría que es un síntoma de vida que se contrapone a la esencia de la enfermedad.
    Respecto al chocolate (de comer, no jodamos), puessssss, pse, como que no acaba de producir los mismos efectos. Aprovecha, mujer!!! (y si encima está a tu alcance, pues le echas el lazo o le agarras del cuello, jajajaja)

    Ep, que un texto precioso.

    Un beso

    PS: disculpa el comment eliminado (pero es que hay faltas de ortografía que no se disculpan ni jarto de vino)

    PSS: diculpa^2: es que después de la postdata no había corregido la gansada.

    ResponderEliminar
  5. buff me suena a que estas enco..da

    ResponderEliminar
  6. Chocolate o delirio, eso puede ser lo que a veces, provoca leerte y ese ecuador que te atraviesa. Un beso, señora.

    ResponderEliminar
  7. Epa!! gran texto para anunciar la llegada de un gavilan!!!

    Enhorabuena.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Dicen que el chocolate hace sentirse como si estuvieras enamorado/a, también si estás deprimid@ levanta el ánimo, eso dicen. A mi algunas veces me apetece el chocolate, pero otras veces no, así que me miraré a ver cuando me apetece como ando de ánimos.

    Y si llega el enamoramiento, que no es ni más ni menos que una borrachera emocional pues se guarda el chocolate para otras ocasione, no?

    Un beso.

    ResponderEliminar
  9. Es lo que tiene enamorarse :) yo lo combato con chocolate blanco jajajajajaja

    abrazos (tres) beso (uno)

    ResponderEliminar
  10. no deliras esi, los enamoramientos llevan consigo esa pérdida de fluidez...esa falta de azúcar y de cordura que todos necesitamos tanto. Esa inocencia y esas chispas que delatan nuestra mirada de chiquillos entusiasmados por los presentes de los reyes magos. Si se nos acaba la capacidad de sorpresa, se nos acaba la vida...si solo respiramos, mejor nos marchamos...es imprescindible perder el aliento de vez en cuando. Ojala pudiera yo hacérselo perder a alguien tan linda como usted. Porque usted es bella tan solo a juzgar por cómo se expresa.
    y te cuidas eh....

    ResponderEliminar
  11. Las reacciones químicas de nuestros cuerpo es algo tan imprevisible como peligroso, y el peligro viene cuando la feniletilamina nos hace perder el sentido común ante lo que hasta ahora solo fue un capricho. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Un texto precioso, aunque si tenemos en cuenta que no me gusta el chocolate... quedo más expuesta?
    Mejor no lo pienso.
    Besos

    ResponderEliminar
  13. Yo creo que son las tres onzas de chocolate.


    (efectivamente el consejo al andaluz, fue mío)
    (Hay una comentarista , que no tiene blog, que ha plantado estas vacaciones, una encina con el nombre del mio . Habitualmente vive en Andalucía, pero es extremeña de corazón y tiene allá su casa.).

    ResponderEliminar
  14. Me gusta el chocolate. Sin adulterar, puro, sin leche ni almendra. Chocolate, sí, e seos.

    Hay una tercera cosa complicada de ocultar: el desamor.

    Un beso

    ResponderEliminar
  15. Esperemos que sea el chocolate, que siempre es mejor algo dulce a cualquier otra cosa. El relato es estupendo, en serio.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  16. Me da que la más grave, es la que tiene que ver con el amor, pues creo, no hay fármaco que lo cure :)


    Bss.

    ResponderEliminar
  17. Si de eso se trata, al menos la invasión de bichos voladores que se alojan en el estómago producto del enamoramiento (en la versión clichè) no lleva al hospital... pero sí logra anestesiar el cerebro.
    Un abrazo querida Esilleviana, (y feliz año).

    ResponderEliminar
  18. Dicen que el chocolate es el sustituto del amor, aunque yo no lo creo.
    Ainss, ¡ánimo verás como el 2012 te traerá algo bueno!.
    Besos, guapa.

    ResponderEliminar
  19. A mí me puede el chocolate, pero cuando oigo que lo comparan con el enamoramiento...¡jo, qué pasada, es excesivo! Como enamorarse no hay nada.
    Besitos, Esi.

    ResponderEliminar
  20. In vino veritas, ahora prefiero el chocolate, aunque tenga prohibido los dos, pero las sensaciones que se perciben con el chocolate no tienen igual, mmm me relamo.
    Un beso

    ResponderEliminar
  21. Parece que la química tiene una importancia crucial en nuestras vidas. Puede que no debamos juzgar a los descerebrados, como nos han enseñado, tan a ligera, al fin y al cabo todos somos un descerebrado ocasional.
    Parece que nos empezamos a entender o últimamente, te entiendo mejor, aunque este texto, en iguales proporciones, es literatura médica y de la otra.

    Besos Esilleviana y, no te ruborices tanto... por alguna sinrazón o por alguna otra razón.

    ResponderEliminar
  22. La química es muy importante en una relación pero resalta mas en un amor la primera vista. Besos.

    ResponderEliminar
  23. Los caprichos chocolateados son los mejores.
    Y si los pintas de amor con química... a relamerse!!

    Besos, Esi.

    ResponderEliminar
  24. las dos cosas, chocolate y delirio


    mil besos*

    ResponderEliminar
  25. ¿Pero acaso, los delirios encaprichados no son los únicos posibles?

    Saludos

    J.

    ResponderEliminar
  26. ¿Qué narices es un súbito cimbrón? ¿Qué clase de drogas tomáis en Extremadura?

    ResponderEliminar
  27. Pues la ciencia no engaña, si tu cerebro está bañado de feniletilamina estás enamorada y borracha, las dos cosas van unidas al principio. Ahora, sí te digo, esta enfermedad no tiene cura, o se va sola o vive contigo para siempre.
    Me alegra verte de nuevo después de mis vacaciones blogueras. Feliz año.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  28. qué bonito lo has escrito, as usual, condenada bloguera nuestra; estoy con mercedes: es amor, o es humor, que es amor aspirado con la hache, que nos asusta un poco y por eso ponemos la u. Precioso texto de pasados, presentes y futuros en alegre buenandanza.
    saludos blogueros

    ResponderEliminar
  29. el chocolate como sustituto sirve para casi todo.. amor y chocolate ya es de por sí sólo un delirio.. saludos

    ResponderEliminar
  30. Un texto precioso, y si, me quedo con el chocolate.
    Un besazo

    ResponderEliminar
  31. Cuántas veces he sentido el efecto?!?
    Estoy embriagada, claro que sí! ¿Por alcohol o por amor?
    Esa es la cuestión.

    Abrazo!

    ResponderEliminar
  32. Yo tampoco lo sé.
    El desorden y sus caos, hace poco escribí esto:

    Hay un orden para todo.
    En medio del desorden le ama.

    Yo creo que son los recuerdos, el chocolate también puede hacer llorar

    Un abrazo contigo


    Ío

    ResponderEliminar