"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

domingo, 20 de noviembre de 2011

Al borde del abismo

Pablo Rodmen


Al entrar en el colegio y buscar las últimas letras del alfabeto capté un centelleo de colores variables entre la incipiente deforestación, permitiéndome descubrir una fauna variopinta. Allí estaba, consolando mi pensamiento en aquel rato de esparcimiento y liberación por el pequeño desconsuelo que me concedí con denuedo. Rodeada entre otros, del cura que de pequeña me enseñó amor fraternal, justicia y caridad puesto que "nunca tuvo nada suyo", de una empresaria con un turbio pasado que en la actualidad derrochaba cinismo, de un arquitecto que se encargaba de proyectar edificaciones en suelos no urbanizables sin un planeamiento urbanístico a la vista y del gerente de un misterioso balneario. A pesar de la semejanza física de todos los que allí nos encontramos, nos diferenciaba algunas de las gotas ordinales del extracto/esencia de nuestro proceder. Entre tanto el policía merendaba en la puerta un café con una palmera de chocolate en compañía de su nuevo ligue, por lo que aseguré con un vistazo movedizo que el dosel blanco del palco reservado estuviera vacío puesto que la noche llegó a aquel vasar donde reclamaría ayuda y equidad arriesgando la salvación a la nulidad. En cada casilla encontré un hueco donde respirar, una proscripción sin dolor donde los días imperceptiblemente se van deteriorando con momentos de alegría. Únicamente busqué y ahuequé mis alas antes del gimoteo infantil aunque no conseguirían apenarme sin otra intención que echarme la bolsa a las costillas con los pies en la calle.

26 comentarios:

  1. Este texto me ha traido al recuerdo una frase que decía una amiga: Haya mundo haya de "to". Denso mundo Esilleviana.
    Un beso.

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  2. Esos personajes misteriosos en una novela surrealista, el escenario ideal de una película setentosa que se transforma rápidamente en una de terror, con moraleja y todo.
    Y el abismo está ahí enfrente.

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  3. El mundo es un colegio, cada uno de su padre y de su madre, no es fácil apenarse sin otra intención que echarse la bolsa a las costillas con los pies en la calle.
    Feliz semana.

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  4. Yo prefiero los colegios llenos de gente menuda.
    Ahora que por ellos ha pasado, durante todo el día de ayer, tan variopinta fauna, sería bien una semana de abrir ventanas y orear.

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  5. Si, hay mucha gente que exige amor fraterno, justicia y equidad; pero el ejemplo no es predicable, haz lo que te digo, pero no lo que veas que hago, y así nos va, se pierden los valores ¿y qué le vas a decir a tu hijo?
    Un beso

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  6. "...donde los días imperceptiblemente se van deteriorando con momentos de alegría..."

    Esa es la frase que marcó todo el sentido del texto para mí. Qué curioso, es como un pensamiento que nunca formulé, pero que siempre estuvo dando vueltas por mi mente... hermoso la verdad.

    Me voy con regocijo en el corazón. :)

    ¡Besos!

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  7. Me gustó la misma frase que a Carlos. No sé si marcó todo el sentido para mí, pero me pareció muy bonita, muy poética.

    Muy bueno.

    Un saludo.

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  8. Qué buena entrada. Me dejas reflexionando una vez más. Coincido con alguno de tus comentaristas: "...donde los días imperceptiblemente se van deteriorando con momentos de alegría..."Eso es!, es el sentido exacto de los días y sus gentes.

    Muy muy bueno

    Un abrazo

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  9. en los colegios, la esencia es la diversidad

    si no, estamos en reformatorios

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  10. Un colegio es una muestra de la sociedad futura.

    Y la sociedad debe funcionar para todo tipo de gente. Buena y mala.

    Un abrazo.

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  11. "...donde los días imperceptiblemente se van deteriorando con momentos de alegría..."

    coincido con Carlos hoy... me quedó dando vueltas eso, y de hecho lo tengo dando vueltas desde hace días!

    un abrazo nena

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  12. También a mí, me picó al "ajotronco". El "rechuche"; el hoy, un poquito más p'acá, que no sea tó pa tí.

    Me rascaba, me rascaba, nadie sabe cuánto, me rascaba y me hacía sangre.

    Ni por esas.

    Ni la jícara me hacía sangre.

    ¡Mamá...!, ¡mamá! -gritaba, chillaba-.

    Y no había nadie, nadie, que me rascara.

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  13. dtupendo texto con verdades profundas y frases excelentes. Un abrazo

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  14. Nunca me gustó el colegio... sentía una horrible sensación de estar siendo moldeado por las manos de extraños. Aún lo recuerdo amargamente.
    Un cariño.
    HD

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  15. Y ahora, después de lo tuyo en mi, ¿quién es capaz de decirte nà...? A tus pies.

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  16. Dios, me dejaste un hueco haciéndome pensar en mi mismo entrando a la escuela, o a la cárcel...historia del encierro, y esos personajes que apestan!

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  17. Qué agradable experiencia pasear por tus palabras, por tu personal retrato de la vida que se deteriora imperceptiblemente entre contados instantes de alegría evanescente.
    Y todos tenemos algo en común aunque cada uno seamos de nuestro padre y de nuestra madre, de alguna manera se busca la felicidad...unos con más acierto que otros, y también es cierto...algunos con más tesón.

    Un beso perceptible en la distancia que nos une.

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  18. Me he sentido un poco como ese personaje que se echa la bolsa a las costillas, creo que en la escuela y en el patio era una niña de lo más normal, claro que la población era especial, por eso me sentía rara.

    Un abrazo.

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  19. A veces suelo pensar que hay demasiada gente en el mundo...

    Peor gente lo que se dice ''gente'', muy poca.

    Saludos

    J.

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  20. Me deja un regusto a metal este texto, querida amiga. Se mezclan demasiadas sensaciones; el colegio que debe ser un lugar donde la sabiduría y la alegría corran al unísono, por unas horas se envilece con las mentiras de quienes se creen con el derecho a ponernos al borde del abismo -cada cuatro años o menos.

    un abrazo :)

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  21. Lo complicado, mantenerse al borde del abismo sin que su profundidad nos arrastre...

    Besos!

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  22. No es el lugar adecuado un colegio para recibir a estos invitados por los años y la vida maleados.
    Sin embargo, están por todos lados...

    Besos

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  23. Ese hueco da escalofrío, pero no es mas que una realidad en grupos disimiles en cualquier entidad.

    Un abrazo:)

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  24. Sí que produce repeluz, pero es tan amargamente cierto. Sabes, el domingo pasado tuve que ir a una residencia de ancianos, justamente por las mismas razones, y no pude hallar ni rastro del ambiente sosegado que normalmente allí se respira. Una verdadera pena.
    Un saludo

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  25. Esos colegios y sus curas deberían cerrarse.
    El dogma nunca fue buen consejero del alfabeto.
    Besos.

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