"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

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S. Choabert

jueves, 26 de mayo de 2011

En la cala

                                                          Mariano Fortuny


En el mismo tiempo que batía aquella pieza de metal hasta reducirla a chapa, intentaba rehuir a cierta trivialidad del aboroto callejero frecuente y habitual de aquel pueblo. Pese a que busqué el sosiego incompleto, examiné todas las calas de la costa recorriendo con su coche las calzadas separadas y tórridas de la autovía. Me aficioné a viajar en verano con su cercana compañía, aunque no pretendía que fuese un árbol respiratorio ramificado por los bronquios en un terreno sin explorar y cultivar. Durante aquellos momentos dejaba las llaves y el auricular en la bandeja del coche y advertía en la distancia, manchas oscuras como orangutanes de cuerpos robustos con brazos y manos más desarrollados que las extremidades inferiores. Tenía su amistad sin aprovecharme de él, comía de sus frutos secos, de su conocimiento sin jugo, mientras mis ojos centelleaban de emoción y de un interés biensano cuando él me ofrecía una presencia de ánimo, tranquila y serena chapando una verdad contundente. El armazón y el cristal del coche se convirtió en el proyector de imágenes que él intentaba mostrar mediante las representaciones mentales relacionadas con su realidad. Ajustaba de un modo perfecto, el cambio en la dirección, tanto de luz como del calor que soplaba del ocaso, entretanto me sentía tremolar entre sus banderas. Descorrí los intersticios que mi mente requería para recusar que el crepusculo entre luces, acabara despareciendo, tratando de despedezar el recipiente de cristal con el que los egipcios usaban la clepsidra para medir el paso de su tiempo.

15 comentarios:

  1. un instante detallado completamente por las imágenes, me interesa!

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  2. Buenas imagenes.

    Detallado momento unico.

    Un abrazo.

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  3. мυу вσиιтαѕ fσтσѕ у тєиєя υи вυєи ∂íα ; **

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  4. Amores de verano, carreteras principales o secundarias. Todo lleva a la cala, a la exploración de los sentidos.
    Un abrazo.
    Esi, la foto, genial.

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  5. la clepsidra que eclipsaba a los relojes de sol en las noches de calor junto al nilo, marcaba el compás de una suave melodía oriental.

    Entonces...
    él aprovechó las llaves en la guantera para arrancar una sonrisa sin jugo de entre sus bronquios trillados, para besar su mirada
    antes de que se apagaran aquellas bellas chispas estelares.

    Fue cuando ella recogió los auriculares
    para descubrir la enormidad del silencio
    que gobernaba los designios de un herrero...
    que sorbía sin prisa ni ganas
    una sopa de escarabajos cinéreos
    con su vieja cuchara de madera.

    Amaneció...
    con la última gota de vidrio
    susurrando al vacío,
    ese verano llegó tan despacio...
    que aún se murmuran rocíos
    resbalando por entre sus labios.

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  6. Un texto que tuve que leer dos veces, pues sentí que algo se me escapaba. Finalmente me di cuenta de que las palabras no lo pueden decir todo, ni en tu texto, ni en mi comentario.
    Un beso.
    Humberto.

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  7. Escribes tan bien, que hasta de un adios harías un verso.

    (http://anapedraza.blogspot.com/)

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  8. y la clepsidra marcando el tiempo... inmutable... inevitable...

    :)

    abrazo!

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  9. El tiempo se empeña en marcarnos momentos únicos. A veces, mirando en pasado, no entendemos la magia del momento marcado, pero ahí está y es para siempre.

    Abrazos

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  10. huir de cala en cala
    del interés biensano
    del crepúsculo entre luces...
    del tiempo.


    besos*

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  11. Cuantos momentos en tantos recuerdos llenos de imágenes. El tiempo es juez de nuestras vivencias. La referencia a la clepsidra, estupenda.

    Un abrazo

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  12. un relato bastante poético , con imagenes muy resueltas querida Esilleviana
    amores y calas conjunción que hace discurrir en el tiempo y uno se deja mecer en esa brisa

    Felicitaciones, besitos y feliz fin de semana

    yo igual me pierdo de repente jajaj, el tiempo, ese enano maldito que nos aportilla las ganas

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  13. Llevo tres días intentando dejar un comentario... este es de prueba

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  14. Me quedo con la parte en la que andas buscando una cala donde encontrar un momento de paz y de aislamiento del día a día.

    Me encantan las calas alejadas, aisladas y de dificil acceso. Llegar a ellas es complicado pero merece la pena.

    Disculpa mis ausencias de las últimas semanas, pero he estado algo ocupada. Y otra cosa es que el condenado blogger lleva unos días que publica comentarios cuando le parece.

    Bss.

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