"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

domingo, 1 de mayo de 2011

Descolgarme de ti


Al introducir la llave en la cerradura notó cierta dificultad para clavar el llavín en el cerrojo, percatándose que la llave alojada en el interior del cierre tenía preferencia sobre la que ella sujetaba. Intentó abrir con una tarjeta de crédito, ya que no disponía de un trozo de vinilo en ese momento, pero el pasador no cedió. Sentarse en el escalón del soportal, mientras escuchaba los perros en la distancia y los aviones sobrevolando hacia el aeropuerto, hacían la espera más llevadera. Y durante ese fragmento breve de tiempo en el que sus codos estaban asegurados encima de sus piernas y su cara defendida entre sus manos, pensó donde custodiaría y conservaría los puestos de periódicos, las argucias y jugadas falsas que se hacen para apabullar y sorprender. No supo en qué registro de su memoria inscribir a los errantes temporales con los que hasta entonces había juntado sus copas para brindar. Entre tanto observó como un puntero láser iluminaba y apuntaba un avión que pasaba por encima de su cabeza. Los punteros ya no solo irradiaban y esclarecían las estrellas en la noche oscura, ahora alumbraban los aviones produciendo un destello luminoso que podía desconcentrar, alarmar y cegar al piloto en el momento del aterrizaje. Destapó algo irreverente, todas las invenciones y novedades descienden del cielo y se posan en nuestras cabezas. Tal como los especialistas, la distinción y el procedimiento, los patrones, el obrero y el menestral, la virtud y el talento para expresar lo material e invisible y, ahí apareciste tú, alcanzando el término de tu desplazamiento. Luego proseguiría con aquello más privativo de ti, tu certificado de penales junto con tu retentiva desfigurada. Era muy llamativo, como un ruído, una estela de luz y el panorama general de una calle, tronaban en la inconsistente cara exterior de la crónica, apoyada en los postes de un porche del extravío.

30 comentarios:

  1. La llave al otro lado de la puerta, algo así como el efecto mariposa, en este caso/caos, dominó...

    Saludos descolgados.

    ResponderEliminar
  2. Hay veces cuando todas las señales claman retirada, sin embargo, el don autodestructivo que tenemos las personas, siempre nos hace avanzar. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Parece que sabes muchos trucos para empujar el resbalón de una puerta: tarjeta, vinilo. ¿A que te dedicabas antes?, jajaja.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. Estoy mirando el avión, algo extraviado, yo...

    ResponderEliminar
  5. voy a ser breve pero directa, el final, me encanta, así, de una te lo digo!

    abrazos

    ResponderEliminar
  6. <...era piloto de "cazas", gustaba de embelesar a las chicas con su porche; quedò deslumbrado por el rayo laser del puntero que ella le dirigió; acabó estrellándose y descolgado de su mundo fanástico...>
    Bueno, ESI.
    Ten un buen puente.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Me ha gustado mucho pasar por tu espacio y por tus historias. Ya antes, te dejé mi foto en el mosaico de seguidores, que espero me permitas.

    Saludos y gracias!!

    ResponderEliminar
  8. Perdona mi retirada del cibermundo estas semanas... He vuelto he intentaré ponerme al día... como siempre es un placer leerte. Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Del cerrojo al cielo, qué salto sin perder el equilibrio.
    Me gustó el detallismo inicial con que describes cómo pretende abrir la puerta.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  10. Siempre me sorprende la facilidad que tienes para ir llevándonos, suavemente, por distintas fases en tus relatos.
    Eso es calidad literaria

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  11. Me lo pensaré antes de meter la "patuca". Hay un párrafo que no "capisco".
    Salu2.

    ResponderEliminar
  12. Comenzó como una divinidad hasta que llego a la tierra, así pasa cuando idealizamos algo!

    Será que tendremos que volar con los pies en la tierra.

    Un gran abrazo.

    Pd.: Gracias, pero el blog no es nuevo, solo que me lo han despojado "malos chicos".

    ResponderEliminar
  13. Si destapar algo irreverente nos redime de cualquier cosa, supongo que estaría bien que me acompañes.
    Besos!!

    ResponderEliminar
  14. Nada hay más atractivo para una mujer rota que un certificado de penales. Perros y aviones nunca casaron bien. Destapar lo irreverente es justo y necesario. En verdad es justo y necesario. Para destrozarse, digo.

    Beso-te.

    ResponderEliminar
  15. Cuánto cuesta a veces "descolgarse".
    :)
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  16. Cuánto se piensa mientras se espera. Qué giros y esquinas cursa la mente, qué pocas conclusiones nos quedan al acabar...

    Abrazos

    ResponderEliminar
  17. La inconsistente cara exterior de la crónica de algo que jamás sucedió. LOs ruidos del mundo exterior en su insípido devenir no contaminarían
    el algoritmo de la virtud y el talento de sus manos sabias en el arte de la caricia. Aunque en este tramado de argucias hubiera tenido que sacrificar alguna uña, y en alguna jugada falsa
    perder el brillo de sus cabellos...adoctrinados
    por una lluvia suave y ligera venida del cielo como algo irreverente nacido en las agrestes sombras de algún penal del extrarradio.

    El tenía una llave maestra que podría abrir cualquier cerradura...sin embargo se empecinó en abrir una puerta entreabierta, en una historia de ciencia ficción y de extravío eterno.

    salud))

    ResponderEliminar
  18. "Todas las invenciones y novedades descienden del cielo y se posan en nuestras cabezas".

    Magnífica frase, su fuerza para sugerir me parece arrolladora.
    Gracias por la visita a mi espacio. Con tu permiso, yo me hago un hueco en el tuyo, entre tantas letras interesantes que voy descubriendo.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  19. que me gustó!!, tiene vértigo este relato a pesar de que no tiene diálogos y todo quede en manos del narrador
    Felicitaciones !!!


    besitos y mil felicidades

    en la semana vuelvo a leer los que faltan, hoy debo estar en con una amiga que despide a su compañero de vida y el dolor es grande

    ResponderEliminar
  20. Por eso mismo, abrir una puerta es abrir siempre una sorpresa.

    ResponderEliminar
  21. ¡Hola!
    Al menos tenia donde apoyarse.

    Saludos de J.M. Ojeda.

    ResponderEliminar
  22. Es como pasar junto a tus ventanas y oír segmentos de relatos que escapan de su intimidad y se adueñan de nosotros. Estoy encantado con ellos porque van revelando la vida en otra dimensión y en gestos que podrían pasar inadvertidos.
    Un abrazo muy grande y muy agradecido!

    ResponderEliminar
  23. Recuerdo muchas tardes de infancia y juegos en la escalera de casa, no era un lugar de paso, era un sitio magico con mil rincones y mil aventuras por vivir.
    Un beso

    ResponderEliminar
  24. has vuelto a poner de moda el barroquismo en la prosa..

    ResponderEliminar
  25. Genial relato, en esos momentos de espera se aprende mucho...

    dirty saludos¡¡¡¡¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  26. Así, esperando con la cabeza entre las manos, se extravía el pensamiento entre una maraña de recuerdos.

    Bss.

    ResponderEliminar
  27. Me sobrecoge tu capacidad de descripción, al detalle :)

    ¿Por qué nos costará tanto 'descolgarnos'?

    Besos y abrazos :)

    ResponderEliminar
  28. Una puerta cerrada con llave destapa todas las peores pesadillas, presagios o descubrimientos...quien apuntaba con el laser hacia el cielo sobre el porche del extravío??? Magnífico amiga!!! un placer andar por aquí.

    ResponderEliminar