"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

domingo, 8 de julio de 2012

Decir adiós

Recorriendo entre todo el barullo el casco histórico de aquella ciudad hasta llegar al edificio de Correos para enviarte una postal al hotel donde te alojabas, se deslizó por mis brazos el primitivo reflejo que dispuso mi caparazón a flor de piel. El bajorrelieve de la tarjeta tiene el bálsamo especial de los árboles que recorren la orilla del río Carrión pero en ese momento, no atiné a descubrir el motivo que originó que el vello se erizase. Las sandalias me llevaron hasta la Calle Mayor, frente a la estatua de la mujer palentina, aún contaba con algo de tiempo, el funeral de nuestra amiga se ofició por la tarde. Ante el ruido de la ciudad, nada indicaba que el dolor y la tristeza estuvieran asentados en El Refugio del monte El Viejo, lugar que visitamos aquellas navidades y, hacia donde mis ojos y mi mano se aferraron para contarte/escribirte el funesto panorama. En el fondo de aquel camino estábamos los tres, M., Tú y yo, descubriendo el mundo, aprendiendo del viaje y ocupando nuestras vidas tras el paso por el Festival Nacional de la Exaltación del Cangrejo de Río al que acudimos con  mis padres. Hoy, el punto de fuga es esta ciudad donde M. se despidió, el lugar impropio situado en el infinito de nuestros recuerdos.

15 comentarios:

  1. Nadie elige el lugar para la última despedida. Nadie puede de antemano saber qué ciudad transitará entonces...

    Abrazos

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  2. Siempre no quedan los recuerdos, y casi siempre los mejores recuerdos, los que siempre guardamos en mejor sitio y mas cerca del corazón que los malos o los desagradables. Un abrazo.

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  3. Lo peor de una última despedida es que te lo arrebata todo, te cierra todas las puertas y te impide para siempre la feliz posibilidad del reencuentro.

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  4. Cuando la excusa para el retorno es una dolorosa despedida, es lógico que todo contribuya a evocar el pasado con tristeza y nostalgia.
    El "Festival Nacional de la Exaltación del Cangrejo de Río " resulta ser -al menos por el nombre tan inusual y grandilocuente- un evento para tener en cuenta!

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  5. Recorremos el camino ajenos a la trascendencia que tiene cada uno de los pasos que damos...

    De todas formas, el camino sigue... y los recuerdos son nuestro equipaje.

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  6. Me has recordado que hace tiempo no reflexiono sobre la inmortalidad del cangrejo viudo...jajaja
    Besos y salud

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  7. Todos los recuerdos se hacen cita en el momento de una dolorosa despedida, que no elige tiempo ni forma.

    Un gran abrazo :)

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  8. solo diré que sos una maestra tejedora de palabras, que las entramás volviéndolas extrañas, tan ajenas, tan cercanas.

    besos, amiga*

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  9. Esi eres una maestra excepcional, tanto en las sacudidas al corazón como en las más sentidas elegías. Bordas un tapiz de emociones y conmiseraciones que rozan lo sublime. Enhebras vocabularios reservados tan solo para tí y tus incuestionables acólitos. Trazas itinerarios que invitan a pasear contigo, al borde de las encinas y fuera de los horarios en visitas tan sensuales como clandestinas.

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  10. Hay adioses que no están en el deseo de nadie.

    Y mucho me temo que es más terrible el adiós que el lugar donde se produce.

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  11. Da la sensación de ser una historia, donde la protagonista va a empezar a recordar, la historia de M, tú y yo...
    sería el inicio que engancha de una novela :)

    Besos abisales

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  12. He leido el texto varias veces. Ante tan personal trance no se si guardar silencio. Solo decirte que lo expones maravillosamente, y que transmites perfectamente lo que rodea al momento. Dificil en todo caso.Un abrazo.

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  13. Sabe doloroso, pero me quedo con ese escalofrío divino, casi sobrenatural. Un rayo. Un abrazo.

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  14. Ciudad que despierta tanto recuerdos no es digna de ser visitada otra vez. Nada que revuelva el pasado con tanta saña puede ser agradable a los ojos, por más históricas que sus construcciones sean.

    Saludos

    J.

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  15. Al extremo del pasillo, al final de la pasarela, se esconde un adiós. Pero para llegar a él, debemos recorrer todo el camino.
    Besos muchos!

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