"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

martes, 15 de febrero de 2011

Latido del corazón

Y allí estaba, como un muñeco inmóvil al que se le acaba la cuerda, con la distancia justa a la que llegaban sus brazos a la cadera, al arbitrio del ágata de color amarillento que custodiaba el ojo del huracán convertida en la parte central de la historia de su peinado, que el viento se encargó de revolver y agitar sin pasar y mantener la vida. Desde pequeña aprendió a poner caras cómicas y divertidas justamente en el instante en que se oprimía el obturador, sintiendo la química del destello mediante el flash provocando una boca sonriente, unos ojos bondadosos, para que el intelecto, fotógrafo de la ideas, completara poco a poco su colección personal, el álbum individual que nunca se ocupa totalmente. En aquella fotografía se servía de nuevo algo rutinario, sin reflexionar ofreciendo una visión que en ningún momento de su vida volvería a existir, fijando la realidad de ese instante que el paso del tiempo no lograría transformar. Delgada, sutil, retraída, llena de ilusiones y con todo el tiempo por llegar, preparándose para el futuro, la fotografía capturaba su vida, desde su silencio, su particularidad y diferencia hasta seguir con sus lunares esparcidos por los montoncitos de carne, en el brazo izquierdo, en la pierna derecha, la cicatriz en su mano izquierda. Con diecisiete años terminando el curso, la imagen bizarra nacía real y directa como reflejada de un espejo, unificaba su espontaneidad y movimiento con la posición estática y permanente del puente romano que se contemplaba al fondo. En el vórtice de personas que cruzaban de un lugar a otro, la reproducción de su figura se mantuvo inalterada y en aquella línea divisoria se detuvo, parándose a considerar la envoltura que la cubría considerándo la excesiva pequeñez. Así fue como cesó aquella etapa de su vida. Cautivada por su nuevo revestimiento, intentó captar la fascinación y el espectáculo de lo que se encontraba a su paso.

9 comentarios:

  1. El cambio físico y mental de la adolescencia a la juventud, esa puerta mágica que borra la 'edad del pavo' y abre los sentidos a una vida plena y llena de espectativas...

    Eso descubro en tu relato, amiga mía reminiscencias de mi propio cambio

    abrazos

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  2. Estoy muy de acuerdo con el comentario anterior, al igual que en el, veo esa transición a una juventud!

    me ha gustado mucho, un abrazo!

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  3. Nunca sabremos con exactitud cuando llegaran los momentos cruciales a nuestra vida, dicen que las personas no cambian, yo digo que hay etapas en la vida cuando sí cambiamos, y varias veces me atrevo a decir, algunos empeoran y algunos mejoran su persona y personalidad. Un abrazo.

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  4. En algún momento de nuestra vida tenemos que cambiar, pero siempre para mejor, enriquecernos de los buenos sentimientos pues así avanzaremos.

    Un reflexivo relato que te da a pensar.

    Te mando un fuerte abrazo.

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  5. Hay veces que un retrato se puede convertir en el espejo del alma.
    Un beso

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  6. ¿Qué lindo blog, me gusta mucho ver que es maravilloso;)) de la polaca cordialmente y bienvenidos a mi blog, enviando besos ***, ***

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  7. A mí este texto, más que una fotografía, me evoca un cuadro renacentista.

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  8. ¿Sabes?

    Te envidio por ese don que tienes de expresar de esa forma situaciones, que en mi mente pueden generar unos recuerdos que distan mucho de la idea que tú querías expresar, pero que siempre leo y me dejas sin palabras, sin saber que decir....

    Yo no tengo ese don, yo sólo cuento historias de desamor (las menos de amor), y son siempre sencillas...

    Felicidades amiga, miles de besos.

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  9. Me temo que leerte crea adicción, una más..qué le voy a hacer si soy muy débil y me desfragmento con los instantes que retengo...esos que me brindan eternidad efímera y llama que se extinguirá al doblar una esquina
    que acabará por doblarme por la mitad en esquivas esquirlas.
    Ultimamente, estoy dominado por la fuerza de los lunares...y quedo fascinado por cualquier mención q se les haga. Siempre adoré atrapar instantes, aunque en ello se fueran pedacitos de mi alma errante. Escribes lindo, es por eso que repito...

    eres alguien muy aconsejable ;)

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