Tumbada en un campo de rastrojo donde el otoño ha cubierto el suelo de pajón sombrío y oscuro, sentí la borla del bonete rozar sobre mi nariz en un suave cosquilleo paliando la luz del sol en los ojos vacíos. Apoyando los pies en un pozo negro atorado de hojas secas, la rejilla del desagüe se llena de proyectos e intenciones contenidos en los planes de futuro que se idean a largo plazo. Así como en una aromática taza de café, saboreo las expectativas por encima de una alcantarilla mientras las hojas llevan impresas las letras que asumí. Las porciones sobrantes de todos los propósitos aleccionan palabras sueltas que uniendo caracteres conservan significados a precios reducidos. Me incorporo y al sentarme aparece ante mí, una tijera con los agujeros del mango encadenados a las armellas de un candado. El aro enlazado de la cadena agrega su propia tenaza custodiando la potencia de cortar y arrancar algunos de los eslabones ante cualquier chispazo.
Si la alcantarilla es para ti como una aromática taza de café plantéate una alimentación coprófaga.
ResponderEliminarO quizá te valga una antropófaga si son políticos.
Tu prosa Esilleviana siempre me produce esa sorpresa o esa atención desmedida por saber si realmente he llegado hasta el fondo del escrito. En este caso : un desagüe es suficiente para desatar una historia intimista que creo que lleva por trasfondo el cortar ataduras y dejar correr el futuro sin idear demasiados planes. ;)
ResponderEliminarNo sé, me gusta, sí me gusta.
Un abrazo desde mis palabras.
Bueno, se puede interpretar que tienes las herramientas suficientes para dejar fluir esas letras de las que hablas y despejar las barreras que tienes. Todo lo que está estancado que se vaya por el desagüe. Utiliza esas tijeras y aprovecha cada chispazo de tus neuronas.
ResponderEliminarAbrazos
Vale, pero ten mucho cuidado de mantener el desaguadero libre de broza, no sea que se atasque y entonces tus esperanzas se frustrarán ahogadas...
ResponderEliminarBesos y salud
El problema de las expectativas reside en los aumentos de la lupa a través de la que las observamos, en cuanto a los propósitos de enmienda y el dolor de los pecados, bien pueden resvalar por toda tu piel para escaparse por el desagüe...solo hay que procurar que en el tránsito no te provoquen un vaciado que arrastren sedimentos que pudieran obturar el campo gravitacional, de tal modo que unos cuerpos astrales se pudiesen avalanzar sobre otros en un caótico baile que nos conlleve un apocalipsis expiatorio. En tal caso, el habernos creado unas infundadas expectativas, no importará demasiado.
ResponderEliminarun placer
lamentablemente los desaguaderos tienden a taponearse de mucha basura, se entancan de tierra y hojas secas que logran inundar todo el lugar si no es limpiado todos los días, es por ello que debemos quitar de nuestro mundo las cosas que no sirven para nada, y dejar el libre camino a las aguas nuevas que intenten cruzarlo, limpiar no sólo la conciencia, también saldar nuestras cuentas, nuestros pecados, nuestro odio, nuestro amor.... limpiar nuestra mente es un trabajo dificil pero importante para caminar libres sin ataduras de por medio..... una de las entradas que creo haber entendido :)
ResponderEliminarA mí no me apetecería ver mis proyectos en la boca del desagüe... no sé...es un lugar peligroso para su exposición...
ResponderEliminarBesos abisales
La rejilla se llena de proyectos... esa rejilla está atorada, los proyectos se quedan ahí, parados no van a parar a ningun lugar. Leyendote recuerdo una conversación en la que una chica muy bien preparada no encuentra, como otros miles de jóvenes, salida a su vida laboral, bueno ni salida ni entrada. En fin no se porque pero me trajeron tus palabras este recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Aquí me acuerdo de Maxell y una de sus leyes: no hay fuentes ni sumideros de campo, o sea, que la divergencia del campo magnético en nula. Yo creo que pasa lo mismo con esos sumideros con proyectos.
ResponderEliminarUn beso
Para que no entren esas luces huérfanas de olvido.
ResponderEliminarPara que te alces sobre las tragedias.
Para que vivamos. Siempre.
Un beso.
La mayoría de nuestras ideas de futuro se esfuman. A veces ni siquiera llegan a ser agua.
ResponderEliminarLas fotos de CHM siempre geniales.
Un beso, querida Esi.
Un viento mágico arremolina las hojas y discrimina, las más hermosas persisten...Un abrazo.
ResponderEliminarLa rejilla del desagüe se llena y se atora de proyectos por cumplir y nunca cumplidos Esi.
ResponderEliminarMuchos besos
Más nos vale tener una buena red de alcantarillado si queremos sobrevivir a la vida. Las cloacas, los desagües y los sumideros tienen su función, y sólo cuando no funcionan sabemos de su existencia.
ResponderEliminarCuando dejamos que se llene, seguro que rebienta por alg'un lado...todo sale fuera, de una forma u otra
ResponderEliminarEstupenda reflexion
Besos
Efectivamente. Sensacional. tantos grandes proyectos se van por la rejilla del desague que al final el poso de una taza de café se torna alcantarilla.
ResponderEliminarEstupendo diagnóstico,muy lúcido. Y asomarse resulta como asomarse al abismo. Te superas Esi.Un abrazo.
Uno protege al otro, y viceversa.
ResponderEliminarAunque nunca supe de un candado que necesitara protección. Por algo el mundo está cada día más raro...
Saludos
J.
Mis mejores proyectos se fueron en la rejilla.
ResponderEliminarLas peores tragedias de mi vida nunca ocurrieron.
Vivimos al pedo?
Un abrazo.
Es triste pensar en proyectos que desaparecen por sumideros.
ResponderEliminarB7s
simbolismos de infinitos: dos círulos juntos, los ojos de una tijera
ResponderEliminara quien no se le fueron algunas ideas, proyectos,sueños , incluso amores por el desague?....
ResponderEliminarsolo cabe el consuelo de que lo que se va...deja sitio a cosa nuevas....
Un abrazo...¡¡¡
Déjame que te cuente
www.dejamequetecuente.net
Tumbarse en un rastrojo a principios de otoño debe ser una experiencia agradable pues el calorcito que desprende compensa los primeros fríos.
ResponderEliminarBss, guapa!
Yo he visto crecer flores de colores en los intersticios de las rejillas de los desagües. No hay que perder la esperanza.
ResponderEliminarTras un obligado paréntesis, vuelvo a disfrutar con la belleza de tu prosa.
Un abrazo.