Al acercar sus ojos a las lentes oculares del pequeño microscopio que cada casa tiene en la mirilla de la puerta, inventaba un camino a seguir a cada una de las enterezas y flaquezas que hallaba tras la celosía y a la vez, coronaban el puerto más alto que lograba pedalear. No le importaba desconocer el significado de las muestras escritas en la oscuridad, puesto que la fuente de luz localizada en la base del aparato reflejaba partículas brillantes que obtenían un destello especial en todas las pruebas que distinguía. Los signos de los tanteos realizados arrastraban otras huellas y gestos que lograba radiografiar, asociándolo a la imagen a estudiar de la persona observada. Desde el haz de luz que emanaba del proyector, las partículas diminutas de la muestra observada se advertían como voces que desean escuchar interpretando un lenguaje secreto que hace un ruido especial. Así es como tensaba las palabras que encontraba baja la luz del binocular, estirando el significado del lenguaje.
"¿Quién no escribe una carta? ¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
domingo, 7 de octubre de 2012
-Scopio
Al acercar sus ojos a las lentes oculares del pequeño microscopio que cada casa tiene en la mirilla de la puerta, inventaba un camino a seguir a cada una de las enterezas y flaquezas que hallaba tras la celosía y a la vez, coronaban el puerto más alto que lograba pedalear. No le importaba desconocer el significado de las muestras escritas en la oscuridad, puesto que la fuente de luz localizada en la base del aparato reflejaba partículas brillantes que obtenían un destello especial en todas las pruebas que distinguía. Los signos de los tanteos realizados arrastraban otras huellas y gestos que lograba radiografiar, asociándolo a la imagen a estudiar de la persona observada. Desde el haz de luz que emanaba del proyector, las partículas diminutas de la muestra observada se advertían como voces que desean escuchar interpretando un lenguaje secreto que hace un ruido especial. Así es como tensaba las palabras que encontraba baja la luz del binocular, estirando el significado del lenguaje.
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Yo carezco de mirillas en la puerta, porque tengo una cortina. Entra el frío pero es fácil arrancar cuando tengo miedo.
ResponderEliminarUn besazo.
En muchos casos es un telescopio... y al otro lado un hay agujero negro.
ResponderEliminarbesos
Esas palabras que a veces se quedan flotando por la habitación después de verse liberadas de tanta tensión en unas sesiones de yoga lingüístico a modo de baile de los 7 velos. Y así nos van descubriendo nuevas semánticas a cada capa de sedimento que liberamos...y si observamos con justicia, llegaremos ver a esas palabras desnudas, lo que no quiere decir que hayamos encontrado la verdad, pero al menos les habremos liberado de tanto ornamento sin fundamento.
ResponderEliminarPara mi es como un distorsionador de la realidad, comoabrir puertas a los fantasmas...al mismo tiempo nos hace enfrentar a nosotros mismos...
ResponderEliminarBesos
¿"Microscopio" en la mirilla de la puerta?
ResponderEliminar¿Microscopio?
Raro, raro, raro...jajaja
Besos y salud
Hum! No sabía que una mirilla podía ser tan interesante, voy a tener que mirar la mía con nuevos ojos.
ResponderEliminarBesitos
Entre la imagen que pones (muy decadente a mi modo de ver) y la descripción que nos haces, me has llevado a otros tiempos, a aquellos cines en los que antes de la peli ponían una cosa llamada NO-DO (y al paso que vamos, la tv pública, se está conviertiendo en un noticiario similar).
ResponderEliminarBss sin mirillas :)
Un barullo de cine. El título me ha recordado a Cortazar, lo de cronopio: un dibujo fuera del margen, un poema sin rimas. Scopio... observar fuera de la imagen.
ResponderEliminarAbrazos
Sinceramente hoy me has emocionado. No solo por la belleza del texto. Es que es así. Algunos nos empeñamos en una tarea tal vez inutil intentando descifrar cada partícula de vida, de celuloide, de poema, de trazo en un cuadro, de nota musical...En ocasiones resulta una especie trabajo de relojero que no sabes muy bien a donde conduce.
ResponderEliminarPero cuando alguien lo da forma como tu has hecho hoy, solo cabe la emoción. Hay gente que lo eentiende...Me marcho con un abrazo a seguir explorando, escudriñando.
Comparto la emoción de Víctor. Es un texto al milímetro del detalle, en el que subyace tu cuidada prosa.
ResponderEliminarLa imágen también me recordó al No-do de hace muchos años, es como si hubieses puesto el tiempo del revés y la sencillez de lo diminuto al descubierto.
Un beso Esilleviana.
Hay muchas veces que por escudriñar tras la mirilla, se nos escapa el plano "en cimemascope" de la vida.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con los que antes han dicho, que lo que si merece atención de entomólogo, es la cada vez más conseguida y brillante prosa de que haces gala en tus escritos.
Un abrazo.
Ver mas allá de lo que ven los ojos, a veces, puede resultar mortal. Un abrazo.
ResponderEliminar¿Y mira que si en la mirilla aparece una vecina supersexy que va y te hace una peineta pero sonriendo al mismo tiempo? Me ha recordado alguna escenita de "Aquí no hay quien viva", jajajaja.
ResponderEliminarUn beso
me encanta esa imagen que le has pegado a tu texto, da la sensación de estar mirando de frente al espejo y por consecuencia, darnos la idea de estar transparentes o simplemente ser fantasmas del lugar, más las cosas retratadas en blanco y negro da ese aspecto fantasmal a la habitación, incluído el cable de energía empotrado a la pared y la humedad brotando de la misma que corroe toda la pintura.... además como punto de vista personal, el marco de bronce del espejo es terrorífico.... mi abuela tenía uno y siempre pensé que cuando ella se miraba en el podía hablar con el demonio, que para curiosidad ella siempre susurraba cuando se encontraba frente a él o tarareaba una melodía extraña.....
ResponderEliminarLa especialista en estirar el significado del lenguaje tiene un blog.
ResponderEliminarYo siempre vengo a leerla.
Dicen que las palabras se las lleva el viento, siendo sonido, queda poco por ver tras la mirilla, pese al pasado. ¡Ay vida! que poco vales.
ResponderEliminarBesos
Hay un lenguaje exquisito que acompaña a las palabras... quien es capaz de leerlo, es afortunado
ResponderEliminarBesos abisales
Al otro lado de la mirilla empieza todo, arranca la vida que nos espera.
ResponderEliminarEl microscopio de la mirilla.... que buena imagen. Tus palabras se enredan de tal forma que logran armar imágenes muy interesantes.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Al otro lado de esa mirilla me encuentro ahora yo, que no escribo cartas porque perdí las direcciones;no sé si se me ve...la luz es ténue y me siento humo
ResponderEliminarGóngora habría bebido de tu manantial
ResponderEliminarEl microscopio de la puerta nos acerca más a los pequeños detalles cotidianos. Y tú los engrandeces, querida Esi.
ResponderEliminarTe dejo un buen beso