"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

martes, 27 de noviembre de 2012

Mujer rodando


La honda palpitación de la vieja película obvió el trayecto que recorrió mi personaje hasta concretar la elipsis que traspasa la imagen desfigurada de dar limosna sobre el premio del rechazo. No lo sé, tal vez el plano contrapicado de tu facundia veleidosa se desenvolvió con naturalidad frente a la secuencia más oportuna de los momentos finales: la habitación desordenada tras nuestra última fiesta o las escaleras mecánicas por las que te perdías en el aeropuerto. Me centré en ver lo de fuera desde dentro, sin embargo, en el cambio de contracampo y atenta a tu mirada, solo distinguiste una piel suave y una joven radiante de corteza satinada envuelta en la humedad de la intemperie nocturna. En los planos enteros, tu cabeza alocada se abalanzaba tardemente como una tortuga por las caderas salientes hasta que tú, aire, quedabas por arriba del escenario. Y entre las superficies detalladas, atrás quedó el encuadre de tu cuerpo desalando la carne blanda de la fruta fresca que conservabas en la araña del techo con poca luz hasta el fundido negro o cierre.

Soñad, imaginad que esta plaza va a ser nuestra hasta el fin de los días.
Martha Asunción Alonso

sábado, 24 de noviembre de 2012

Flores blancas

El mantel blanco de lino a modo de lienzo floreado, estaba aderezado de un amor a la belleza donde las abiertas flores blancas buscaban un abundante desarrollo espiritual. Con los codos apoyados en el borde de la mesa, sus manos se entretenían con una cuchara de postre al sentir la pequeña cabeza cóncava sobre la palma de la otra mano. En un instante, el extremo del mango de la cuchara se clavó con su dedo índice en el centro de aquellas flores blancas mientras la otra mano hacía girar la cuchara sobre un eje imaginario. Así descubrió como todo giraba a su alrededor: los ojos de los comensales que disfrutaban de una relajada sobremesa, las botellas de licores que compartían así como las bolitas de pan que lanzaron por el aire de la misma suerte que la introversión y la sensación de aislamiento con el que se anudan los cuellos almidonados de las camisas. Entre medio de aquella fuerza arremolinada encontró el modo de hacer desaparecer y crear la esencia necesaria con la que transformar la energía para producir vida y tiempo. O simplemente, al igual que el clavo de Chéjov, solo se aplicaba instintivamente cierta impermeabilización sin ni siquiera pretenderlo.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Leche caliente


Con el vaso de leche caliente entre las manos, templo el semblante mientras miro el mar de nubes que se abre por encima del resquicio de la persiana. Sobre la mesa, el tarro de miel se ilumina con el reflejo de los primeros rayos de sol y el eminente resfriado del otoño progresa hasta el promontorio de los alcores de mi cabeza. Hilando la miel caldeada, introduzco la cuchara pajiza en el vaso níveo a la vez que la hago girar con presteza en el ínterin de producirse la nueva mezcla portentosa. Bebo a sorbos cortos la crema candente al tiempo que alzo los ojos e imagino la inutilidad del decreto aprobado sobre la Ley de protección de los desahuciados: "una familia con una renta inferior a 1600 euros tendrá la posibilidad de no perder su vivienda o bien, si todos sus miembros que están en paro y el valor de su morada no supera los 200.000 euros podrán ajustarse a la decisión del Gobierno por dos años". La felicidad desde ese rincón fortaleció los lazos con mi guarida.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Momento intenso

Berndnaut Smilde 
Como una "ola de marfil" bajo un "cielo de vainilla", salvo algunas fuerzas locas para arrancar con los dientes las palabras zagueras con efecto veronal que dan nombre al viejo cuerpo de tus ojos desproporcionados. En esta sacudida, las maracas despiertan las impresiones lastradas con el peso del amor antes de que el sonsonete rítmico de aquel cariño amordace el crujido de mi trasnochado corazón. Las enormes bolsas de mis ojos atracados con  la vacuna de tu deseo, a modo de un saco de estrellas, despertaron del aburrimiento haciendo lo contrario a todo lo presentido. Tu cuerpo me gritó: "quiéreme mientras percibes el calor de mi sangre arremolinarse en el baricentro de mi cuerpo, en el punto más insospechado, donde el aire se mantiene vigoroso mientras me piensas". Así nació súbitamente el pequeño amor, el más difícil de agotar en este instante que todo tu recuerdo se me viene de golpe cuando afuera llueve y te juzgo remoto. Ahora cierro los ojos para evitar la ceguera que reconoce la única verdad que encontré: "toda relación insalubre, cuanto más intensa, tanto más efímera".

lunes, 12 de noviembre de 2012

Apócope


Con los pies pegados al suelo recorre el mundo sin apocopar: grande, con cientos de kilómetros sellados tras los pasos por tierras de colores que, desde la lumbrera con luz natural, atalaya y observa los cambios. Hasta la pequeña lumbrera, remonta el miasma de aguas estancadas que llegan del cobertizo vándalo sobre el que cabe la mirada atenta y desgarbada de la presidencia en algunos caminos abiertos mientras la desaparición de las últimas sílabas acortando pan, médico, cinturón, suicidio es una evidencia. Los caminos son largos, a veces tortuosos e irregulares con manos desmemoriadas donde el empujón ha venciendo sus dificultades con el paso del otoño. En último término, todos los apócopes están contenidos entre el colchón de lana y la almohada meditabunda de las hipotecas abusivas. Y en el ángulo inverso al jergón, el objetivo colosal recibe la luz de todas las huellas y marcas de los cristales hundidos y abultados por la tristeza, la melancolía de "las calles por donde no nos dejan pasar".

jueves, 8 de noviembre de 2012

Corrector de estilos


Encontró una ocupación a su tiempo libre: escribir sobre buenas maderas, la voz taciturna y pensativa de las coincidencias con un acepillador, afianzando el ahora con el que segar el cambio de estación. Comenzó utilizando el corrector de diferentes estilos para los listones con arreglo a las formas más apropiadas: "con base en", "en relación con", "con respecto a", sin el abuso de los mal considerados defectos latentes de la madera revelados en los nexos, fendas y hendiduras. El uso ajustado de los signos de punteo en las tablas permitía el trazo exacto de lo que su mente le infundía. Para perforar las figuras que sus manos alcanzaban a tallar, debía evitar el empleo excesivo de preposiciones invariables cinceladas con una barrena además de limitar la utilidad de la vírgula de Colón que trocaba la suerte del listel de madera por "Flor de mi querer que estás On Fire". No era fácil apostillar en el listón caballos de carreras enojados hacia la inmensidad, mas que nada porque son duros como rocas pero el verificador de tablas no dejó de guiarle hasta recalcar la obra con ojos huecos de la sinrazón.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Sobre de sal

Encontré un sobre de sales en mi buzón con el siguiente texto en una esquina: "aquí te dejo las sales con las que reanimarte en caso de desaliento y letargo". En el envoltorio salobre apareció clavada tu sonrisa de vino generoso impregnada de esporas salvajes y azucaradas en tinta de morapio. Las comisuras del dibujo estaban difuminadas con vino tinto mezclados con aceite de naranja lo que suministraba un pequeña dosis relajante y a la vez de arrojo a quien sostenía el sobre. La gama de colores que tu boca reflejaba vibraba desde los violáceos pasando por los rubíes hasta llegar a los tonos tierra del marco de las duelas en las que estaban enmarcados tus labios. Y junto a los granos de sal, hallo en una pequeña nota: "Hola, soy tu nuevo vecino, ése al que le puedes pedir con confianza todo lo que necesites. Sé que todavía no lo has hecho, pero espero que pronto lo hagas. Ven a verme cuando quieras". Las manchas de posos en la cubierta sin ventanas aportaban al papel un pedir de tu boca mientras enlazaba los puntos lagrimeados cual refresco de tus labios sabor moscatel rosado.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Ruego fiel


Hoy, ese lugar donde ubico los sentimientos más íntimos y secretos, siente la triste suerte aciaga de no encontrar la cama donde reclinar esa parte tan sensible de color cárdena. Hubo un tiempo en el que ese punto común y trivial se compadeció de sí mismo ante tanto desapego y la inoportunidad del frío del mármol encarriló el nuevo emplazamiento. En este paraje se levantó la tierra para cavar y ahondar las cartas sin responder, las despedidas sin réplicas, las palabras que no arribaron a la cresta carnosa de tu cabeza. Ahora como un fiel difunto, ese sitio busca que el trozo vivo de mi corazón logre el culmen de su salvación con preces de ruegos: no me olvides. Mientras se tramita la súplica con cierta celeridad, ajusto las gafas de papel para completar los trozos de las imágenes tridimensionales de anaglifo que todavía conservo en ese rincón inhóspito para presenciar como resucita tu alma. Así aparece tu esencia entre las brumas otoñales, como la recuperación de la zona infestada de orgullo.