Sale el sol sin una nube alrededor y en el taller de cerámica encuentro a un contrabajista sesionista disfrutando de una sentina como en un burdel de lujo. Mientras modela flores y árboles en el desierto, él siente que cada una de las clases representa su cuerpo con la vida y alegría de la rueda que gira en el torno a modo de obelisco. Sus manos de tierra describen ánforas, cuencos, platos, bandejas y botellas que delante de un cuerpo desnudo de arcilla imprimen los pasos que persiguen sus dedos a motivos y formas sin encargo ni cometido. Entretanto el tiempo transcurre sin prisa y sin llegar a perder la plenitud de sus manos punzadas crea un coloide en el que las cerámicas susurran un idioma tanto ex profeso como inadvertidamente, un vocabulario adaptado a todos los léxicos posibles. Ingrávida, alcanza a vender su alma al barro durante la clase impartida, en tanto abre y cierra las puertas de todos los fondos y caudales que conserva en su pequeña hacienda, refinando el zulo del argot artístico.
"¿Quién no escribe una carta? ¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
miércoles, 17 de octubre de 2012
Taller de cerámica
Sale el sol sin una nube alrededor y en el taller de cerámica encuentro a un contrabajista sesionista disfrutando de una sentina como en un burdel de lujo. Mientras modela flores y árboles en el desierto, él siente que cada una de las clases representa su cuerpo con la vida y alegría de la rueda que gira en el torno a modo de obelisco. Sus manos de tierra describen ánforas, cuencos, platos, bandejas y botellas que delante de un cuerpo desnudo de arcilla imprimen los pasos que persiguen sus dedos a motivos y formas sin encargo ni cometido. Entretanto el tiempo transcurre sin prisa y sin llegar a perder la plenitud de sus manos punzadas crea un coloide en el que las cerámicas susurran un idioma tanto ex profeso como inadvertidamente, un vocabulario adaptado a todos los léxicos posibles. Ingrávida, alcanza a vender su alma al barro durante la clase impartida, en tanto abre y cierra las puertas de todos los fondos y caudales que conserva en su pequeña hacienda, refinando el zulo del argot artístico.
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Con la elegancia que te caracteriza, volviste a llenar de sílabas esta vasija que nos ofreces. Para que nos llenemos de tu densa alma de barro soldada como una divisa, como un ánfora donde llenarnos con tu sabiduría o bien la copa con la que brindamos por todas y cada una de tus visitas. Ese poso amable y radiante con el que nos guías por tus laberintos, para ser el agua que fragüe oaasis en nuestros desiertos.
ResponderEliminarYo de vender el alma lo haría por algo mas interesante que el barro...
ResponderEliminarEn fin, para que pensar en algo inexistente...
Besos y salud
No se puede vender el alma.
ResponderEliminarQuienes lo hacen, nunca la tuvieron.
Me cuesta conectarme.
Un abrazo.
Modelar con barro es o debe ser una tarea relajante y creativa. No se a que viene este personajes que nos traes, a complicarse la vida con cosas del alma e "interioreces". Creo que debe vaciar su mente de todo y concentrarse en el placer de moldelar, en sentir el barro entre sus manos y poco más.
ResponderEliminarBss.
Vender el alma al barro es una buena metáfora para el que desea realizar una obra inmortal. Abrazos
ResponderEliminarDemasiado caro sale un botijo, por mucho amor, por mucho desafío que el buen hombre aplique. El Alma -si existe- no jugará en tan vano intento.
ResponderEliminarAbrazo y beso.
Pues a ver, a un artista del barro yo me lo imagino disfrutando como un enano al acariciar el idem y luego disfrutar de su obra. No creo yo que proyecte filosofía alguna en ella, simplemente se da el gustazo de hacerla.
ResponderEliminarUn beso
Y pensar que sus cerámicas han de ser el grito de sus manos, sus ansias, sus deseos, sus ausencias y todo aquéllo que las colma...Un abrazo.
ResponderEliminarPasar de barro a cerámica, he ahí nuestro camino de perfección.
ResponderEliminarDebieramos entender el lenguaje de la cerámica. Al fin y al cabo ¿no dicen que somos barro?. Luego no es extraño ese curioso maridaje en el que la compraventa se ha de realizar sin necesidad de traductor y la obra refleja al artista y habla por él. Interesante. Un abrazo.
ResponderEliminarEn La Gomera hay un taller de cerámica, tal cual nuestros aborígenes. Es cautivado e hipnotizante verlas trabajar.
ResponderEliminarBesos, Esi
tengo una amiga que lo hace con el pie,es una pasada...creo que es algo que tiene que relajar y al mismo tiempo, el crear, aparta mucha alegría
ResponderEliminarBesos
Yo he trabajado con barro, al leerte me has hecho recordar viejos tiempos.
ResponderEliminar¡Que sensación mas agradable es tener las manos llenas de arcilla!
Un saludo, y gracias por tu paso en mis blogs.
m.i.
a veces una imagen me lleva a otro lugar , otra situación. Esas manos de alfarero, me llevan a
ResponderEliminaruna escana de película " Ghost " y una bella canción
Yo siempre me quedo hipnotizada viendo lo sencillo que lo hacen... y lo complicado que es!!
ResponderEliminarcasi como moldear las palabras como tú... precioso texto!
Besos abisales
A mí me dio forma Donatella, una ceramista de Pomaire (camino a la costa), me miró a los ojos, me dijo soy tu prima, vengo de Italia y vengo a matarte.
ResponderEliminarBs.
El difícil arte de mantenerse ocupado...
ResponderEliminarSaludos
J.
Puede que sea un arte ancestral y supongo que la filosofía que entrama ya no será la misma que en el neolítico, pero poco más. Un contrabajista en un burdel... ese si que es un filosofo. Yo estoy seguro que si de pequeño llego a conocer esa profesión, la hubiera elegido.
ResponderEliminarAbrazos
Cuánto puede hablar el trabajo y sus creaciones de este señor, su obra y él se convierten en uno solo. Moldeas el texto con pericia procurando identificarte con el oficio que describes. Son las pasiones más sencillas las que encuentran asidero en la memoria de la gente y en este caso del lector y su posible identificación con la bella sencillez de la vida misma.
ResponderEliminarUn gran abrazo querida amiga.
El alma no se vende al barro, si no al arte que esas manos inmersas en él son capaces de crear. Por el arte ya han sido muchos los que la han vendido a lo largo de la historia.
ResponderEliminarEncantador y sugestivo como siempre.
Un abrazo
Las palabras como barro moldeable,... a fin de cuentas no es lo que hacemos,modelar palabra por palabra hasta que exprese lo que queremos.. somos artesanos imperfectos de la tierra.. un beso
ResponderEliminarUna buena comparación entre las palabras y el barro, que se pueden moldear, como los cuentos y quien los hace. Como el elemento donde surge la vida en la biblia.
ResponderEliminarUn beso, hacedora
Pocas cosas como el placer de crear con tus propias manos, de hacer de la nada un artefacto.
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