"Fue encontrado en su cama en un estado esquelético vestido con un pijama". Quería morir como vivió, inventando pájaros, proyectando aire sobre las últimas imágenes que recordaba de los mejores momentos evocados. Mientras inclinaba la memoria poco menos hasta volverla boca abajo para vaciar todo su contenido, sintió como los dedos de cuatro manos abrían las fotografías de las distintas generaciones de su familia. Allí encontró a la madre del abuelo atrapando monedas en el instante que ellos abandonaban su cuarto. Al abuelo sentado y golpeando su sueño dorado: profundizar la enseñanza musical que nunca pudo finalizar. Más allá encontró al niño sin padre viviendo con sus abuelos esperando la llegada de su madre dos veces al año. En la última parada discrecional, junto a la ventana frente al cosmos, su corazón comenzó a ralentizarse a la vez que encaminaba las últimas fuerzas hacia el sol. La fortaleza del suelo cedió durante el minuto que corrió delante de la tranquilidad de ataviarse con el pijama que compró para su viaje definitivo, respecto a la chocante consumación de aquella dulce noche.
Una vez ataviado con mi pijama, y habiéndole explicado al sol que tendría una persona menos a la que iluminar...me planteé una duda. Quién
ResponderEliminarpagará mi segundo plazo de hacienda, quíen hará una selección de mis libros y leerá mis párrafos escogidos, quién tirará mis calzoncillos...a quién le importará si llego tarde al trabajo, o si estas navidades no le llega mi christmas. No habrá mucho revuelo, porque ya se habrán desbandado todos mis pájaros desorientados, los que cantaban cada mañana y me levantaban de mi letargo.
Aishhhh que triste... que angustia, no?
ResponderEliminarcómo transmiten tus palabras!!
Besos abisales
Hola, vengo del blog de Valaf, leí tu original haiku y quise venir a conocer tu blog, me quedo, con tu permiso, hojeándolo.
ResponderEliminarUn beso.
Yo tengo asumido que cualquier día me van a encontrar tieso, frio y en pijama, por eso los he renovado todos...jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
La vida es un viaje en sí mismo, uno del que no conocemos su destino, sino sólo el medio para llegar a él.
ResponderEliminarSaludos
J.
Haciendo pájaros de barro, me he acordado de esa canción..."Hago pájaros de barro y los echo a volar..."
ResponderEliminarRediez, Esi, qué triste!!
ResponderEliminarPero como dice Abismo, transmite muchas cosas. Me decía mi abuela, que en paz descanse, que por más que envejecieran sus ojos, cada mañana en el espejo siempre veía los de la niña que fue. Es como si algo ajeno al tiempo latiera bajo la costra del aumento de la entropía. A veces me contaba cosas que nunca pudo hacer y quisiera haber hecho, era una mujer excepcional.
En su caso fue un camisón, un camisón azul clarito ribeteado en blanco.
Un beso
Esi, entre la imagen que pones y el título de la entrada... da miedo ponerse a leer. Y aquí que con el día encapotado que tenemos, más aún.
ResponderEliminarCuriosidad tengo (y no es broma) por ver que nos encontraremos en el otro lado.
Bss.
pd: te he dejado un comment en casa Valaf!
Inquietante texto, Un beso
ResponderEliminarComo Mar, yo también tengo curiosidad por saber qué hay al otro lado, si es que hay algo, pero no tengo ninguna prisa en saberlo. Prefiero seguir ignorante y vivo.
ResponderEliminarEso pasa por llevar pijama, lo mejor es dormir como Marilyn, unas gotas de Chanel nª5
ResponderEliminarUn beso
Noqueado quedo. Y el arbitro comienza con la cuenta atrás. Hoy das un paso más en esa introspección que no deja indiferente.
ResponderEliminarMe levanto,la vida sigue...
Ojalá pudiese tomármelo de esta manera y con pijama, y sin caer en los pensamientos oscuros que me acosan. Un abrazo.
ResponderEliminarEs una forma plácida de acabar, pero preocupado por quien lo encuentre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y, como decía Vicente Risco, descubrirá "que hay detrás de la puerta de paja"...
ResponderEliminarUna introspección mágica, como de realismo mágico o como de si de algún casi pariente de "Pedro Páramo" se tratara, dónde no había frontera alguna entre la vida y la muerte. Me gusta.
ResponderEliminarAbrazos
Meteré desde ahora mismito un pijama nuevito en mi armario, no vaya a ser que el otro lado me sorprenda con unas pintas poco propias para el evento.
ResponderEliminarEsi...cuando piensas y escribes estos alucinantes viajes ¿no tomas nada, verdad? ... ;) ¡Vale, que es broma!.
Que quiero decirte que admiro tus letras.
Besos desde las mías.
Un último vuelo para cerrar el círculo. Precioso final
ResponderEliminarbesos
Morir pensando en pájaros. Morir mecido arriba de un sauce. Morir es nacer. Nacer ya no es pecado.
ResponderEliminarUn beso.
morir dichoso, si ha vivido inventando pájaros.
ResponderEliminarprecioso!
Si había inventado pájaros, y sabía mirar los viejos álbumes donde la vida se refleja, lo de menos es lo arrugado que pueda estar el pijama que guardar en la maleta para el viaje a no se sabe donde.
ResponderEliminarTu prosa, esta vez, bella y estremecedora.
Un abrazo.
Solo la madurez nos lleva a un paso hací ala luz como tu lo explicas...es como volar sobre nubes blanditas...
ResponderEliminarBesos
Vivo en una ciudad grande, y de vez en cuando salta la noticia de algún anciano o pesona solitaria, encontrados muertos de hace años en su sofá o su cama. El último que recuerdo era un pensionista que llevaba más de un año... en su sillón, esqueleto con el mando a distancia en la mano, de una tele que seguía funcionando. Triste magia de las domiciliaciones bancarias automáticas.
ResponderEliminarUn post triste, ciertamente, pero evocador.
Muy buenas imagenes para un momento especial, de una especial historia.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
el envoltorio, al menos con sus recuerdos se envolvió
ResponderEliminaryo creo que voló, que fue pájaro
ResponderEliminarabrazo, querida*
Una vida tan triste, hay que dormirla de pijama. Por eso yo duermo en pelota.
ResponderEliminarsalu2.
con gusto te esperamos...
ResponderEliminarhttp://thedailyplanetbloggers.blogspot.com/
besos
Al final, toda una vida se reduce a unos renglones.
ResponderEliminarNo está mal morir en pijama, aunque morir solo ha de ser terrible.
Besos
Comprar un pijama para morir es una invitación a la muerte. Lo mejor es despistarla.
ResponderEliminarInquietante relato. Un beso
que dulce entrada, has escrito..... me ha gustado desde el inicio, desde el mismo título, me has hecho recordar muchas entradas mías en las que me dibujaba cómo sería mis últimos segundos de vida en este planeta podrido, aunque nunca pinté un álbum de fotos, la idea de que la mente es cruel y mecánica, sólo te lleva hacia tu pasado rebuscando en tus recuerdos cómo burlar a la muerte, no es para recordar con dulzura aquellos viejos momentos, es todo lo contrario, ya que el cuerpo está diseñado para querer protegerse, como una especie de instinto animal de supervivencia, busca ansiosamente una salida que no la encuentra, y es capaz de revolver todo el cerebro, vomitando en su desesperación cada segundo de vida atrapado entre lagunas olvidadas, iluminando cada esquina oscura perdida en el tiempo, hasta que simplemente el silencio y la oscuridad nos atrapa.... pero en la forma como lo has contado es dulce, tierna, sublime, todo una experiencia que todos deberíamos pasar, aunque lamentablemente muchos no encuentran esa paz a la hora de su muerta, siendo arrancados de este mundo sin poderse despedir ni siquiera de uno mismo, sin esos segundos tan amables que nos regala la muerte antes de darnos el golpe de gracia.... un besote gigante!!!!!
ResponderEliminarBuen relato :)
ResponderEliminarPrepararse para el gran momento y entrar en la ota vida con paso sereno, quién puediera acabar de esta forma, sin mala conciencia ni demasiado por hacer... besos
ResponderEliminarAhora mismo no sé cómo me gustaría estar vestida cuando me incineren...
ResponderEliminarNo creas que no me dejas pensando. Y bastante.
Beso, Esi
Solo y con su pijama, el repaso a las imagenes de su vida, me parece tan triste.
ResponderEliminarEsi, un abrazo.
Qué molesto y engorroso es el cuerpo en el último viaje...
ResponderEliminarSi pudiese, lo disolvería, lo evaporaría... sin tan siquiera dejar el triste rastro de las cenizas.
Pero mientras no llega esa última llamada para embarcar abordo de la nave de Caronte, sigamos exprimiéndolo al máximo... y no olvidemos satisfacer convenientemente sus necesidades vitales, espirituales... y carnales.
Acoger a la muerte con pudor...
ResponderEliminarBesos, Esi.
Bueno, dicen los que han pasado una situación límite que en ese momento una pantalla mental proyecta toda nuestra vida en segundos. Será como para hacer un resumen póstumo tal vez. Este señor quería irse recordando y engalanado para la ocasión con piyama nuevo, que no es ninguna mala idea, habrá que estar presentable para ingresar a la otra dimensión digo yo.
ResponderEliminar;)
Donde está mi amiga la participante de los jueves??? Mire que por alli la andan extrañando ... mire que no hay reglas, no hace falta dar explicaciones de porque uno deja pasar algún (o muchos) jueves sin escribir, mire que ahi uno siempre es bienvenido ... . Yo misma ando complicada de tiempo, con mucho trabajo, con mudanza y asi, pero un jueves cualquiera vuelvo y tan campante.
Igual pasaré a visitarla por esta su casa, no crea que se librará de mi tan fácilmente jeje.
=D
Un abrazo
Mi padre también se fue con el pijama de los domingos, aún siendo jueves, llevándose nuestros afectos lentamente.
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