Perdón |
Después de la negación del viático a fondo perdido llegó el momento de una descomposición fingida de la carne, a modo de una segunda fermentación a su madurez. A la esencia de su mente añadió licor de tiraje para provocar espuma blanca procedente del mar en aquel olvido ajustado a los viejos rencores. A pesar de que la localización de esa especie de hipogeo cerebral estaba repleto de archivos ocultos tras cenizas, logró hallar un sibil donde conservar fresca la carne del dolor y de la razón. Aquel cara a cara con un hombre condenado por asesinato solo contribuía a responder algunas de las preguntas que siempre se había formulado: ¿por qué quitaron la vida a su padre? ¿cómo podía vivir con un asesinato en su espalda? ¿qué argumentos se otorgó para destrozar la vida de su madre, la de sus hermanos y la de toda su familia? Recabó momentos perfectos para cubrirse con el último capote visionando una finalidad clara: amordazar los zollipos del castigo que él le impuso. Ella fue la única que se alejó del odio exacerbado, dispersando las justificaciones en múltiples direcciones y escuchando frente a frente a otra persona que era responsable y había participado en el asesinato de inocentes. Tras hora y media de reunión, él le extendió la mano y ella no supo que hacer.
Voy perdiendo la memoria
y olvidando todas las palabras...
Ya no recuerdo bien...
Voy olvidando... olvidando... olvidando...
pero quiero que la última palabra,
la última palabra, pegadiza y terca,
que recuerde al morir
sea ésta: Perdón
León Felipe
Discernir entre el bien y el mal, obrar en conciencia, ser responsables de nuestros actos...equivocarnos, concebir el dolor y el arrepentimiento como suplicio del error. Y volver a empezar, y volver a tropezar...
ResponderEliminar¿a quien le corresponde otorgar el perdón?
Si no somos capaces de lavar nuestra conciencia...el castigo será nuestro eterno desconsuelo vagando por el remordimiento, ese obstinado rencor hacia nosotros mismos, nuestro infierno.
De nada nos servirá entonces tender la mano suplicando la disculpa...
La virtud elevada a la perfección. El perdón que como llovizna lava las vilezas que se apretujan en la vida misma.
ResponderEliminarPonerme al día con tus textos es una maravilla que valió más de lo que te puedo escribir.
Un abrazo fuerte.
Alejo
La respuesta es esa: alejarse del odio, aunque ciertos sucesos nos son inexplicables. Abrazo.
ResponderEliminarSuele pasar que una mano extendida se interprete de diversas maneras. Si tenemos el alma dispuesta a perdonar, tarde o temprano lo hacemos.
ResponderEliminarVolví!!!
Besos para vos!
pedir perdón sería algo así como darle a la conciencia un poco de aire.
ResponderEliminarextender la mano es parte del respiro, mutuo, en muchos casos
besotes
Perdonar es un acto noble del cual se beneficia más el que perdona que el perdonado.
ResponderEliminarUn abrazo.
El perdón requiere responsabilidad por ambas partes. A veces no se está preparado/a para perdornar porque falta tiempo o madurez, o no sé sabe qué pero nos cuestas. Otras veces es más fácil perdonar pero difícil el olvido. También pienso que nunca debería ser un acto protocolario, sino que de verdad se sintiera la necesidad del perdón o de ser perdonado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que cosa más dificil es perdonar, siempre queda un halo hipócrita alrededor de os protagonistas, o es que soy muy desconfiado, no se...
ResponderEliminarUn beso
Perdonar para seguir viviendo sin rencores, en cierto modo es una forma de egoismo personal.
ResponderEliminarUn abrazo, Esi.
Me ha gustado tanto esta entrada. Mucho. Hablas de perdonar. Casi nada!. Se impone la reflexión después de leerte.
ResponderEliminarUn beso
En nosotros, conviven y luchan entre sì, dos lobos.
ResponderEliminarUno bondadoso, y otro rencoroso.
Cual gana?
Gana aquel que nosotros alimentemos.
Buen texto.
Un abrazo.
¿Un sibil sibilino?...¡Pobre Sibila, qué mala fama!
ResponderEliminarPienso que hay cosas imposibles de perdonar. No sé, espero no tener que vérmelas nunca con ellas, pero desde fuera, juzgo que las hay.
ResponderEliminarMientras, perdonemos las cosas simples.
Besos
Se pueden perdonar pequeñas cosas pero otras de más envergadura... lo veo dificil.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que todo es perdonable. Por supuesto que a veces se requiere del paso del tiempo y una buena cuota de madurez para poder resistir ese cara a cara.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Hola, hermosa palabras que no todos pueden pronunciar, esa palabra hace grande a quien la pronuncia. Un brazo.
ResponderEliminarTe perdono complicarme la lectura con algunas palabras que tengo por suerte el diccionario cerca….jaja (broma)
ResponderEliminarLo más difícil es perdonarse uno, el perdón ajeno se consigue mas fácil.
Un abrazo!!!
Es difícil el tema del perdón. Puedo decir hoy, aquí, ahora que esa reacción de no permanecer en el odio es la más sana, pero no sé qué sentiría yo en una situación así...
ResponderEliminarMe gustó la historia. Bien contada.
Abrazo!
Preobablemente una de las cosas más difíciles que existen en el mundo es tener la capacidad de perdonar, porque hay perdones que cuestan mucho de dar.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues yo no me perdono ni a mí mismo, así ando, esperando a que me alcance el mal alzheimer, a ver si de esa manera quedo en paz conmigo. ¡Jo! Espero que la contundencia de tus palabras no se deban a germanía (tercera acepción, no nos equivoquemos) por lo mí apuntado, me daría mal rollo.
ResponderEliminarY, otrosí, lo lamento, se me fue la olla, no estuve demasiado pendiente de las actualizaciones del blog "ganchodetuspalabras", tardo lo justo en eliminar tal título en mi blogroll, y lo bautizo como Esilleviana. No volverá a suceder, palabra.
Quedas excusada, un beso.
Hay tantas cosas que no perdonamos, y tantas que no tienen perdón que nos asfixiamos algunas veces de orgullo y de rencores.
ResponderEliminarBesos.
No hay perdón sin olvido, y el olvido no depende de nosotros. Podemos fingir el perdón, pero la memoria nos acompañará.
ResponderEliminarUn beso.
Después de leer la parte metafórica del texto unas cuantas veces, pues es bastante barroca (para poder entender y enterarme que se dice) y separarla, y antes de poder unirla a la parte de escritura directa, clara y lineal, desde donde empieza diciendo: "Aquel cara a cara..." y analizando el conjunto unido ya a los versos de León Felipe, considero que este Perdón te ha salido acojonante, es decir, muy bueno, me gusta mucho. Me parece que el lenguaje recargado del inicio, en su estructura, da sentido a la escritura total y refuerza la indecisión, la duda, la importancia del Perdón.
ResponderEliminarAbrazos
Un texto para reflexionar. Creo que no es fácil esto de perdonar.
ResponderEliminarUn saludo.
Es tan fácil perdonar que a veces se nos olvida hacerlo
ResponderEliminarEs importante saber perdonar pero mas importante es saber a quien y por qué. Un abrazo.
ResponderEliminarLa creatividad no es nunca un tema manido... fíjate lo que dice M. Bennett: "Lamentablemente, casi siempre, la persona se relaciona, escucha, lee y ve aquello que reafirma lo que piensa. No es frecuente encontrar personas que tratan de descubrir en lo otro, en lo diverso, en una mayor riqueza a su pensamiento, a su mundo." y en eso me parece que estás tú. Yo vine aquí por un comentario tuyo que leí en el Blog de A.Z.y reconozco que tuve que esforzarme para poder discernir si escribías con plena consciencia de lo escrito, abusando del lenguaje "literario" en determinados tramos de tus relatos, pero en este "Perdón" me lo has aclarado y he podido ver que lo haces con absoluta consciencia y con el empeño de que tu escritura sea, sobretodo, creativa. Espero aprender mucho aquí.
ResponderEliminarGracias y abrazos
me recordaste en el contenido a "maldición eterna a quien lea estas páginas", de manuel puig. el estilo, el tuyo, el de siempre, el que me maravilla.
ResponderEliminarmil besos*
El perdón, creo, es sólo un acuerdo consciente consigo mismo para ponerle lubricante a un piñón que se mueve con dolor.
ResponderEliminar¡Qué texto este tuyo! Un abrazote.
F.
Has tocado un tema difícil... Hay que perdonar, diría la mayoría, pero hay que estar en la situación concreta para poder tomar la decisión correcta.
ResponderEliminarTécnicamente impecable.
HD
El perdón, ese gran signo de interogación. Para mi es como un puerta detrás de la cual esta el camino a seguir. No querer o no conseguir perdonar muchas veces significa quedarse atrapado detrás de esa puerta cerrada. Salu2.
ResponderEliminarBlogger está haciendo cosas raras, niña... otra vez no me dejaba entrar en varios sitios -tu casa entre ellos- aunque parece que se me ha desbloqueado :)
ResponderEliminarTodo se puede perdonar menos rechazar el perdón (incluso eso, si se es un alma noble)... la gratificación es inconmensurable para quien pide perdón, mucho más que para quien lo otorga.
dos abrazos grandes y un beso por el retraso :)
Esilleviana
ResponderEliminarno se puede dejar comentarios en tu última entrada, algo falla...probaré mañana.
La mujer siempre es más fuerte que el hombre, y en ésto no tiene nada que ver lo físico ni lo muscular.
ResponderEliminarSaludos
J.
Es fácil perdonar lo que cuesta más es olvidar.
ResponderEliminarUn beso.
es que el rencor sólo trae más tristeza y frustración perdonar es perdonarse.. besos
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