"¿Quién no escribe una carta? ¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
jueves, 28 de abril de 2011
Fuga del emisario
Cuanto más subía hacía el acantilado de la barranca roja, para contemplar desde el mirador, más pensaba en las palabras con las que fue recibida: las fiestas de bienvenida no son siempre para los que regresan a casa. Retroceder al punto de partida, con restos de nieve en la carretera, alboreaba todo lo que fue en un sueño pesado y difícil de excluir, abatida por los días iguales como libelos en la sala de espera del dentista. Aposentada en aquella manera provisional de hospedarse, logró parte de la cosecha vital: esquivar su mirada con un volantazo. Desde que terminó la fiesta se desvaneció la avidez de verbos y trapicheos, recuperando el disimulo y el soterramiento. Aunque las culpas puedan parecer un asunto muy necesario, los permisos que contenen estas faltas y responsabilidades, con los años, se tornan totalmente superfluas. La noche anterior conversaron entre sí de los acontecimientos que afectaban a sus vidas, pero al llegar el hoy, la confusión y el desacierto rellenaban su habitación, limando continuamente la suavidad de sus palabras desde la estafeta, dilapidando los horas dado que la ausencia de oxígeno impedía el desarrollo de aquel fuego. A fin de cuentas, acometer determinadas resoluciones le mostraba cierto ánimo: no avergonzarse de no ser feliz. Una vida valiosa y agradable, con una calidad elevada de la misma, no se alcanzaba con la felicidad. Ahora bien, tampoco escrutó para qué se vive, hasta ahí no llegó, menos aún azorarse por tal desconocimiento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La ausencia de oxígeno...ya no solo no permite lugar al fuego, si no que también complica la labor de respirar allí arriba del acantilado. Ser feliz no es algo que dure, se trata de destellos...no debemos avergonzarnos de tener una calidad elevada de vida..pero quizás la moral a veces diagnostica. Y retroceder, no es malo en si...tener un punto de partida es disponer de una referencia para a partir de allí..avanzar, si es preciso.
ResponderEliminarAvanzar sin miedo, abrazar lo que nos agrade...enamorarse de todo y no conformarse con nada. Y vivir, cada instante como un regalo, y besar la alegría porque es para lo que se vive...al menos yo.
salud
Me gusta eso de "las fiestas de bienvenida no son siempre para los que regresan a casa".
ResponderEliminarSe vive para ser feliz, no me cabe duda. Por eso nunca miro atrás ni al fondo de los acantilados :)
Dos abrazos y un beso
la verdad? está muy bien narrado eh!! me vas sorprendiendo... realmente!
ResponderEliminarte dejo la parte que mas me gustó:
..."Retroceder al punto de partida, con restos de nieve en la carretera, alboreaba todo lo que fue en un sueño pesado y difícil de excluir, abatida por los días iguales como libelos en la sala de espera del dentista. Aposentada en aquella manera provisional de hospedarse, logró parte de la cosecha vital: esquivar su mirada con un volantazo..."
besotes gigantes, bello leerte...
Más que las culpas, lo que genera taras en la gente es el tedio de dar explicaciones y eso, no hay oxigeno que lo motorice...
ResponderEliminarEl regreso no es nunca posible, por lo tanto las fiestas son un remedo ficticio de un encuentro que alguna vez sucedió, tal vez un bautismo o un asado.
Feliz descenso de la barranca!
"Una vida valiosa y agradable, con una calidad elevada de la misma, no se alcanzaba con la felicidad."
ResponderEliminarClaro que no se alcanza con la felicidad. Pero, ¿Para que se quiere una calidad de vida alta si no se es feliz? Es preferible tener lo necesario y justo para vivir y ser feliz que no al revés.
Bss.
Definitivamente: es necesario exorcizar las culpas para que el peso del mundo no sea exagerado. No digo nada novedoso, sino, obvio. La culpa es la mochila innecesaria y sin justificación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Casi al azar:
ResponderEliminar"No quiero sugerir que la filosofía de la física contemporánea niegue o incluso ponga en duda la realidad del mundo externo sino que, de una manera u otra, suspende el juicio sobre lo que pueda ser la realidad misma o considera la pregunta incontestable".
Herbert Marcuse. El hombre unidimensional.
Llegué a la conclusión que deseo una vida con alegría, porque después de todo la felicidad no es más que una decisión, sólo eso: somos felices porque decidimos ser felices. La alegría, se siente sin más ni más.
ResponderEliminarEs solamente mi opinión, no una verdad absoluta y consolidada. :)
¡Un abrazo para Vos, Esilleviana!
Esi, "la conquista de la felicidad"; B. Russell.
ResponderEliminarMe gustó el optimista-realista.
Un abrazo y buen fin de semana
El eterno dilema de elegir...
ResponderEliminarfeliz finde y un abrazo
Hola Esilleviana. No me gustan las fiestas, me parecen tan vacías, me gusta mas la intimidad entre dos personas, así hay menos riesgo de que me juzgue alguien. Besos.
ResponderEliminarEsquivar su mirada con un volantazo... cuanto de eso anda recorriendo mis calles últimamente. Abrazo Esi!
ResponderEliminarcontentarse con lo que hay...no pensar...
ResponderEliminarmuy buena narrativa la tuya!
besos*
Vivir sin mil preguntas, sobre felicidad o un por que... sólo vivir el día ... que no es poco!
ResponderEliminarBesos abisales ;)
"... no avergonzarse de no ser feliz."
ResponderEliminarY tampoco de serlo y demostrarlo.
Abrazo!
Acaso existe la felicidad? Acaso sea una idea inventada para llenarnos de culpa por no serlo o mantenerlos ansiosos e insatisfechos mientras la buscamos..
ResponderEliminarSi la felicidad ha llegado a tu vida, retenla, no importa lo que piensan los demás, es la envidia que brota por sus poros. Un abrazo.
ResponderEliminarDebo evitar el impulso de igualar tu inteligencia ¡me quedo exhausto! Me limito a recordar que Schopenhauer escribió que el gran error innato en el hombre es creer que nacemos para ser felices. Otra cosita: el cristianismo reinventa el libre albedrío, para negar que toda persona esté animada por una fuerza oscura que surge del inconsciente. El cristianismo nos aherroja con esta cadena: libre albedrío=responsabilidad=culpabilidad=castigo. ¡Vaya turronazo que me ha salido! Perdona y castígame a lo que desees. Abrazo
ResponderEliminarGracias por pasarse por mi blog
ResponderEliminarSaludos
Vainilla
Aquí estoy, recorriendo tus fábulas, tu contar, aunque me queda bien claro que " las fiestas de bienvenida no son siempre para los que regresan a casa.". Aquí estoy, decía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es un lujo poder tener tiempo para leerte, prometo que aunque mi orilla se quede por un tiempo anclada, vendré a la tuya.
ResponderEliminarMuchas veces tenemos que buscar el oxígeno en sitios que, además, nos lo quitaron en un pasado... es un poco incoherente, pero es lo que hay...
ResponderEliminarBesicos