Luis Carlos Espinosa |
Lucía Caballo llegó al nuevo piso un atardecer de principios de octubre, cerrando la puerta del portal con firmeza y disfrutando de tener un domicilio a su nombre y un espacio en blanco que rellenar en el apartado que correspondía a su buzón. Durante la primera semana no se cruzó con ningún vecino ni en el ascensor, ni en garaje, ni en las escaleras, imposible registrar alguna experiencia en el diario personal que le regalaron con tapas de cuero y las iniciales H.C. Husmeaba historias de otros en los que anotar experiencias de un mundo hace tiempo perdido, cuando la ciudad de su Jaén natal no se abastecía del embalse de Quiebrajano, cuando la población judía destacaba sobre la cristiana y Hasday ibn Shaprut impulsó la Edad de Oro de la cultura judía. Deseaba ahondar en sentimientos, sueños, convulsiones, minuciosas descripciones de sus vecinos, además del aspecto físico que cada uno presentaba, para exhibir su cuento en el primer concurso de relatos al que se había inscrito. A continuación debería relacionar la vida de esos personajes aparentemente desconectados y lograr enlazarlos vinculando sus vidas. La señora del ático estaba enfrentada con todos los vecinos, la pareja del 1º A viajó en barco con el matrimonio recién casado del 3º B, los universitarios del 2º B eran compañeros de facultad del hijo mayor de los del 1ºB, la mujer separada del 3ºA era la amante de siempre del hijo de la señora del ático y ahora Lucía tenía que unirse y mezclarse entre ellos. El cuento que Lucía preparaba era como un calmante que se aplica en la piel para aliviar las magulladuras que un telesquí ocasiona al subir a las pistas más altas o el intervalo en que esperas pacientemente a que el especialista analice los resultados de una biopsia. "Pasamos el tiempo esperando una contraorden para nuestra muerte y cuando no tienes tiempo suficiente para una novela, bueno, ahí está el cuento corto. El cuento es la literatura del expulsado".
John Cheever
Se necesita una mirada y en lo posible critica para unir a tantos personajes que conviven en un mismo lugar. Ella también había sido expulsada?
ResponderEliminarBien por el cuento corto.
Buena semana:)
¡¡Me gusta el primer cuento!!... Y dime, si se llama Lucía Caballo ¿por qué las iniciales del diario son H.C.?
ResponderEliminarbeso
john cheever! qué maravilla!
ResponderEliminarme gusta la "definición" de cuento, claro, recuerdo que él fue expulsado.
por qué sería HC?
mil besos*
uy, es que siempre abstraigo todo, vos sabés, y si el cuento corto es la literatura del expulsado, los poemas? qué pasará con eso?
ResponderEliminaray ay, no me dejes divagar amiga!
que estés bien preciosa!
besotes
Cuando nos quedamos sin palabras, cuando las descripciones no cierran con ningún adjetivo, ahi aparece el cuento. Ingeniería del resumen, apología del anecdotario.
ResponderEliminarBesos!!
<3<3<3
ResponderEliminarPara mi escribir es vital, es salir de este mundo hacia otro mejor... o peor, me da igual, lo importante es evadir. Un abrazo.
ResponderEliminarEl cuento yo diría que es más bien el origen, pero lo expulsaron del paraíso...
ResponderEliminarMe hiciste sonreír con la comparación entre el cuento que se llevaba entre manos y el telesquí.Imaginación desbordante la tuya, donde las haya, para hilar ideas con un léxico desbordante.
Besos.
"El primer cuento", en mi opinión, lo encuentro más apropiado, es un cuento correcto, que el anterior para acudir a un concurso. Los jurados no suelen dedicarle demasiado tiempo a resolver crucigramas, no lo digo por otra cosa, no me gustaría ofenderte, ya que el trabajo, personalmente me gusta una barbaridad, pues tengo cierta afición a desentramar. No he encontrado en los comentarios ninguna opinión literaria sobre el asunto y eso me desconcierta al pensar en la capacidad de lectora de los asistentes.
ResponderEliminarVolviendo a "El primer cuento" tengo que reconocer que no he sido un gran aficionado a la lectura de John Cheever, pero no por él, que es sin ninguna duda uno de los más grandes y se merece todos los homenajes. Fue porque en el camino, hace 2 decadas me hicieron encontrarme con Raimond Carver y estuve enganchado durante años a releer todos sus cuentos y estos me llevaron al llamado "realismo sucio" lejos del "chejov de los barrios residenciales" y por ahí me perdí, aplacé, la mayor parte de la obra de este gran autor. En la actualidad y desde hace algunos años, parece ser que Gordon Lish, editor de Raymond Carver, se quiere hacer con todo el merito de Carver. Te digo esto porque le da mucho sentido al entrecomillado de Cheever. Carver parece ser que dijo, que jamás escribió una novela por atender a sus tres hijas, y esto le restaba tiempo junto a una vida, tal vez, demasiado complicada y agitada. A pesar de todo fue considerado como el mejor cuentista vivo.
Estoy encantado de haberte encontrado pues de alguna manera me reconforta la lectura de tu blog, ya ves, eso que me dijiste de la creatividad me tiene entusiasmado, además de tu capacidad para llevarlo a cabo.
Muchas gracias y ya mismo estoy retomando la lectura de John Cheveer, lo prometo.
Abrazos
Me gustó mucho la última frase. Creo que tiene una nota cruel, y al mismo tiempo verídica.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Escribir es liberar lo que està dentro de uno. Es una necesidad.
ResponderEliminarMe gustò. No conocìa a Cheever.
Un abrazo.
¡Madre mía, que frase de John Cheever para cerrar el relato!:"El cuento es la literatura del expulsado", magistral y demoledora. Eso dicho por quién se especializó profundamente en ellos, ya tiene miga.
ResponderEliminarVarios de sus relatos se llevaron al cine, entre ellos "El nadador", con Burt Lancaster.
Lucía debe de continúar indagando un poco más en las figuras de sus vecinos, le dará para escribir una buena novela. Materia hay
De momento algunos escriben cuentos para intentar abrir una carretera que quizás no lleve a ningún sitio.
Aquí te has lucido.
Un abrazo
Me ha emocionado, sólo le faltaron unas patatas Santo Reino a granel compradas en la esquina de la acera de enfrente.
ResponderEliminarPuede que haya muchos que piensen que el cuento es la literatura del expulsado, pero se equivocan, es problablemente uno de los ejercicios literatios más difícil. ¿Te acuerdas cuando nos pedían en el colegio un resumen de nuestras vacaciones? Era complicado, eh.
ResponderEliminarUn abrazo, todavía desde Dublín.
Para ser literatura de expulsados, aquí, el cuento que te ha salido muy bien y merece volver a ser nominado para tu vuelta a la literatura:)
ResponderEliminarUn abrazo.
Las expectativas son lo último que se pierden, dicen.
ResponderEliminarSuerte
J.
Si ya un cuento me parece imposible de escribir, una novela ni te cuento:)
ResponderEliminarYo no creo que el cuento sea la literatura del expulsado. Pienso que es un arte que sólo algunos poseen.
Besos
Deliciosamente delicioso. Indicaciones para escribir un cuento donde yo encaje de maravillas, o no sé, quizá, háganme lugar en mi propio cuento. Beso, dueña de la letra.
ResponderEliminarHay que disfrutar lo que se pueda. La novela es una relación más o menos duradera. El cuento, un encuentro apasionado... Claro que con tantos personajes, menuda orgía.
ResponderEliminarUn beso.
Hay gente que su diario es una sucesión de páginas en blanco, o eso o escriben ciencia ficción.
ResponderEliminarUn beso
Es muy difícil crear un cuento, yo soy creación 0, pero mas difícil es conocer a tus vecinos. Besos. P.D. ¿al final te has atrevido con el pastel?
ResponderEliminarQueridos antonio misas y esi...qué cuentistas estáis hechos...estas vidas cruzadas que imagina H.C. a partir de los relatos de CArver (Short cuts) y con el escenario de una comunidad de vecinos de Perec (Instrucciones de uso..) rivalizan con los cuentos de Cheever, que no escribía novela porque le llevaba mucho tiempo...claro.
ResponderEliminarChéjov, Cortázar y por supuesto el maestro:
Jorge Luis Borges, hicieron grande un subgénero literario en el que uno de sus mayores alicientes es condensar las historias y hacerlas densas, hasta convertirlas en puro cuento.
Porque con tanto acopio de realidad, y tan poco tiempo, quien no ha echado de menos alguna vez un buen cuento antes de descansar.
Colorín colorado...
¡Je!
ResponderEliminarQue no se queje Lucía, la culpa la tuvo ella por ver tan a menudo a Don Pimpón y Espinete. Que se hubiese quedado con la Gallina Caponata, mayormente "pava" que gallina, de esa forma no habría sufrido en tal forma. O con Piolín, o con el resabiado pollo aquél, Calimero.
¡Arggggggggg...! ¡Estúpida ignorante...!
Por lo demás, todo bien, perfectamente construido, se ve que lo tuyo fue el Mecano y, por ende, la Bola de Cristal.
Ea, con diò, un beso.
La ficción está donde menos se la espera. La posibilidad infinita de contar historias con quienes nos rodean como los mejores personajes.
ResponderEliminarAbrazo!
El cuento es la literatura del expulsado, del que le falta tiempo o paciencia
ResponderEliminarMuchas definiciones de cuento ya leí, ésta me pareció una nota bien afinada en la gran sinfonía.
ResponderEliminarUn beso.
HD
otra definición posible, el cuento es la génesis de una novela, ... besos
ResponderEliminarHola. Me decía después de leerte. Que bonito escribes chica, me ha sabido a poco. Y he pensado que te lo diría, y ahí queda.
ResponderEliminarRecibe un abrazo.
Aunque a algunos les preocupe la falta de capacidad lectora de los comentaristas yo te voy a decir que el cuento corto tiene esa capacidad de shockear en un instante. Millones de personas no encuentran tiempo para novelas largas. Verlo así parece triste.....pero es una realidad. Todos tienen lugar...
ResponderEliminarUn beso!
Conectar a los vecinos es un auténtico encaje de bolillos. Pero es una gran idea para un relato: sus vidas, sus alegrías, sus miserias, sus falsedades y verdades. La vida.
ResponderEliminarPor cierto, si "el cuento es la literatura del expulsado", mi blog debe de ser la del desterrado.
Un beso