Ayer me acosté tarde y hoy me levanté a deshora. En ese fuera de tiempo me sentí como una adolescente que realiza parte de sus trabajos en horas en las que se infiere conclusiones erróneas, pretextando mi enfermedad como la nieve gris teñida de la ciudad con marcas de neumáticos. Será que soy una inmadura permanente, pues vivo en esa edad que sucede a la niñez y que transcurre hasta el pleno desarrollo, en tanto que se potencian mis actividades nocturnas, espabilando mis dedos al tomar la pluma durante ese tiempo. Así, recurro a lugares comunes sin explicar nada hasta resolver un pequeño espacio ocupado por un cuerpo cualquiera con el deseo de cambios radicales: cambiar el horario del ateneo. Tras descubrir el pasadizo, llego a un mundo que se crea en las páginas virtuales que leo, en los poetas que pronuncio y silabeo. Pero la prisa cotidiana arrastra el núcleo de aprendizaje y las noticias se escriben con tinta de reestructuración del mercado de trabajo, del despido más fácil y barato, del blanqueo de dinero en Belice y el Coliseo romano cubierto de nieve. Por un momento me detengo ante la lectura de las reglas y el código de circulación con toda desconsideración, ya se acabó el tiempo presente de retoques en los cuadros. Es el momento de cancelar las letras de la hipoteca, entretanto estrujo el papel limón para sacar el jugo del meollo olvidando la belleza de las palabras, distanciando las conductas y los hechos intachables, a la vez que ensalzo la carne con arrugas, las estrías y la celulitis.
# No eres la única adolescente.
recurro a lugares comunes sin explicar nada hasta resolver un pequeño espacio ocupado por un cuerpo cualquiera con el deseo de cambios radicales: cambiar el horario del ateneo.
ResponderEliminarresolver el espacio ocupado por un cuerpo cualquiera, que podría ser el tuyo, o todo, o el mismísimo tiempo, para venir a decirte que no sos la única adolescente, que se escurre entre las carnes el tiempo, que en realidad, no existe
:)
no hay nada como descolocarse de vez en cuando
ResponderEliminarHasta yo, en edad de jubilación y júbilo, retomo la adolescencia por momentos.
ResponderEliminarNo, en eso nunca estamos solos...
Pues yo porque me metí una leche con el monopatín de mi hijo pequeño y no me atrevo...pero no mola ni nada patinar por el pasillo, entrar al salón y esquivar el jarrón chino que regalara mi suegra.
ResponderEliminarEp, que ser un poco Friky está de puta madre. Ya se encargará el tiempo (cataratas, reuma y demás historias) de hacer que nos tapemos con una mantita a pelar al vecino de enfrente.
Un beso
Envejecer en calma, madurar todo el peso del alma a golpes de tempestades y caricias de corazones que se cruzan. Dormir a deshora y fecundar la esperanza, perseguir la alegría como un papel que se quiere llevar el viento, descubrirse ante el sol y sus itinerarios. Festejar la huella que deja la vida en nuestra cara, en nuestros gestos, en nuestras palabras...confieso que he vivido, no me arrepiento de nada y seguiré esforzándome por sonreir ante la soledad y la desgracia. Tus palabras vienen llenas de nieve, es por ello que te adivino en el norte, ese por el que lucho y me desvivo...ese que no termino de encontrar en mi corazón cansado de ser un adolescente.
ResponderEliminarEs peligrosa la adolescencia para el presente.
ResponderEliminarTenemos esa edad que todo nos importa aún, afortunadamente, el coliseo nevado me influye y me da envidia no estar allí, Roma es una ciudad donde en cada esquina sacas inspiración para la obra de tuvida.
ResponderEliminarUn beso
Las letras de la hipoteca pueden hacer olvidar la belleza de las palabras, y esa es una conclusión preciosa. Quedate inmadura, infantil. Así, brilla tu diamante.
ResponderEliminarLas arrugas son el mapa de nuestra vida.
ResponderEliminarUn abrazo, Esi.
La gran mayoría de nuestras preocupaciones son superfluas, derivadas de un sistema que nos fue heredado y que nunca elegimos.
ResponderEliminarLas verdaderas inquietudes, las que importan, las que nos construyen como personas (niños, adolescentes, adultos, ancianos, etc...) y a ésas las debemos estrujar de la cotidianeidad, de esos momentos que son definidores, descriptivos.
Prefiero ser adolescente y no viejo amargado.
Besos!!
Hay un dicho alemán (no sé si te lo dije alguna vez)que dice: 'cuanto antes madures antes te caes del árbol', o sea vas al suelo. Por eso no viene mal algún baño de inmadurez de vez en cuando.
EliminarBesos, guapa.
Estoy de vacaciones, amiga del alma. Un abrazo.
ResponderEliminarPues deberías quedarte así para siempre. Me parece esta entrada una belleza.
ResponderEliminarUn abrazo
Teniendo en cuenta que lo publicaste el día 11 -que fue mi cumple- ese texto podría estar perfectamente escrito para mi :)
ResponderEliminarme resisto a no ser, alguna que otra vez, una adolescente :)
abrazos, ¡guapa!
Que poco es lo que necesitamos para evadir de la rutina, para sentirnos otra vez lo que deseamos no haber cambiado nunca, para imaginarnos lo que de verdad nos podría alegrar el día. Un abrazo.
ResponderEliminarpuede que tengas razón nena, pero la verdad , volver a la adolescencia no me seduce para nada. A lo mejor sí por unos minutos y solo para jugar a recordar un poco pero no son los mejores recuerdos los de esa epoca donde ni sabia donde estaba parada o lo que quería (ojo que no digo que ahora me sepa todo el libro). En fin, que fue linda y ya la pasé y no me dan ganas de volver
ResponderEliminarbesos
· Me encanta esa profundidad en la fotografía. Parece una corredoira gallega.
· un abrazo
CR & LMA
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La imagen que has puesto está tocada con cierto misterio, o al menos así me lo parece.
ResponderEliminarTrasnochar y luego levantarse a deshoras, es cosa de otras edades, pero que pienso al cuerpo le pasan factura, aunque es@s tenga 16 o 36 o 46...
Bss.
Nada más descorazonador que prestar atención a las palabras de los tertulianos, leer los titulares en negro y despeñarse por el peligroso tobogán de los gráficos.
ResponderEliminarEso si que pasa factura al organismo.
Un abrazo.
É certo que a aventura da adolescencia, que dura e dura como Duracell ten o seu encanto... Pero, sinceramente, a época das arrugas tamén é bonita, o corpo xa non é o mesmo, pero a alma, coa suma de vivencias, recupera a tersura que a pel perdeu, estira e engrandécese.
ResponderEliminarno sos la única, no.
ResponderEliminarcuál es la función del escritor en estos tiempos?
besos miles*
Conserva esa edad que va desde niña a adolescente, porque siempre tendrá algo que decirnos. Y tu eres suficientemente escritora para recurrir a ella y sacar las arrugas del papel.
ResponderEliminarGracias por el poema.
Un gran abrazo.
"Tras descubrir el pasadizo, llego a un mundo que se crea en las páginas virtuales que leo, en los poetas que pronuncio y silabeo."
ResponderEliminarExactamente eso siento... y vos lo expresás tan bien!
Me gusta leerte.
Abrazo!
La realidad es una vieja que está maldita.
ResponderEliminarMe preguntas que opino sobre la reforma laboral.Te contestaré lo mas brevemente posible:
ResponderEliminarSe quedarán sin trabajo los padres, para que los hijos ganen un sueldo de "mierda".
No suelo ser escatológico, pero me revienta contemplar como se van por el sumidero lo que tanto tiempo nos costó conseguir.
Eso sí: los culpables de todo este desaguisado, se siguen saliendo de rositas.
Mejor, no sigo. A mi edad no quiero encabritarme.
Un abrazo.
Algunos temas, titulares, algunas realidades digo, es mejor abordarlas a deshora. Es más, es la única manera. Aunque después haya que pagar la factura.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Y bueno, por otro lado seguro que a los adolescentes les da por ser un poco viejos maduros, viejos verdes o viejos sabios. Ellos, claro, basados en lo que imaginan que será. Tú miras atrás y recreas esa sensación adolescente en lo que recuerdas que fue llenando espacios vacíos con pinceladas aveces alegres, otras tristes. Yo creo que brincar edades es como probar galletas de una caja o comer pan de una bolsa. Pequeños mordiscos que cubren todo y todo lo llenan.
ResponderEliminarAh es que me pusiste nostálgico. A emborrachar el sueño entonces. Un abrazote mi querida amiga. Te ha quedadp muy bonito este texto.
F.
Como dilucidando los pensamientos que arremeten en las horas más jovenes del día, ahí cuando todo apenas empieza y todos duermen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ji, ji, ji...
ResponderEliminarTe quedó mono pero no me creo nada; te faltó el "pienso que me he vuelto a enamorar"
¿Sabes? Mentir es pecado. ¿No te enseñan eso en catequesis?
Hala, un beset.
Se vislumbra el camino hacia una nueva era. Eso es evolución.
ResponderEliminarUna madurita adolescente... me suena...
ResponderEliminar:)
Besos, Esi.