Rodeada de árboles y sin el deseo que destierres esas palabras de recepcionista de dudosa explicación, tomé de tu lenguaje el pináculo más sublime como cesión del idioma quiché. Distanciándome de las calles de referencia que la vieja unidad doméstica de tus frases apelaba, al citar tus revisiones junto con las atenciones que te caracterizaban, separé de tu eslogan las palabras y letras que delataban saludos lejanos, algunos acordes finales de canciones, además del gaudeamus reposado y mullido de tus labios. Desde el Estado de los Altos, las aclaraciones añadidas a tu voz estaban sujetas a los árboles anudado al linaje acelerado del grupo de palabras abstractas de tus adjetivos, desbocándome a pedir auxilio con pequeñas palabras a modo de óbolos. Ese glosario rígido, dejó de yacer en mi costado para establecer una desusada relación con otras cosas y palabras. La pieza de aquella heladera que me regalaste sin compresor, dejó de conservar el frío y ahora los pies de tus letras patean por las ramas de los arbustos. El último mensaje minimalista llegó en un reloj de agua con el que pude medir tus pulsaciones y la máquina de lluvia con agua de mar vaporizó cada uno de los granos de sal que acibaraba el aloe vera de tu medicina.
Vi a Madeleine dos veces en el Palau de la Música de BCN.
ResponderEliminarhttp://blog.clickandflat.com/arquitectura/el-modernista-palau-de-la-musica.htm
Yo creo que te gustaría.
El Palau, me refiero...
http://www.youtube.com/watch?v=5D_smyiIiLU
Cada una de esas pequeñas cosas que describes, son como piezas de un reloj que hace sonar al texto con la nota exacta. Un gran mecanismo de letras.
ResponderEliminarUn beso.
HD
Me gustó la estructura. Leí un desencanto, pero me puedo equivocar a estas horas de la noche.
ResponderEliminarUn saludo.
Necesito una cafetera, ahora vuelvo.
ResponderEliminarBonitaaa ;))
ResponderEliminarUn pistaaaaaaaaaaaaaaaa, porfaaaaaaaa
ResponderEliminarsnifff, qué espeso que ando hoy !!
Un beso
"Qué difícil. Pero me parece que aún es más difícil quedármelo para mí sola. Supongo que por eso lo hago. Tú siempre me preguntabas en qué momento había empezado a quererte. Empecé a quererte exactamente cuando me llamaste para decir que me dejabas. De hecho fue en ese preciso momento cuando olvidé el amor que sentía antes, me olvidé de la ternura y del sexo, de tu lengua, me di cuenta de que lo que había sentido antes no era más que el simple reflejo de lo que era el amor. Descubrí que no te había querido nunca. De repente pensé en aquella tortura que practicaban en Francia. ¿Sabes qué hacían? Ataban las extremidades de una persona a cuatro caballos y los azuzaban en direcciones diferentes. Pues así es cómo me sentí. Así es cómo me siento. Ahora ya sé lo que es amar. Te amo con esa clase de amor que había rezado por sentir cuando era una adolescente y que ahora rezo por no volver a sentir nunca más".
ResponderEliminar'Cosas que nunca te dije'.
Isabel Coixet.
tremenda película, tremenda cita...tan terrible como el amor ineludible que se asienta y nos desperdiga.
EliminarTendré que ver esa película...
EliminarO sea, que apenas queda nada, si es que alguna vez algo hubo.
ResponderEliminarRecomenzar es lo más sano en estos casos. A mi entender.
Besos
Perdón amiga; a esta hora de la tarde me encuentro algo calamocano y me pierdo entre la tupida vegetación de tu escrito.
ResponderEliminarHoy me quedo con la banda sonora.
Un abrazo.
Un puzzle, y me gusta tener todas las piezas a la vista para poder encajarlas donde corresponda.
ResponderEliminarAlgunas veces me lleva más tiempo completarlo, otras el puzzle se deshace en cuanto lo termino.
Me encantó leerte, Esilleviana :)
Abrazos
Ío
¿Sería la heladera una indirecta?
ResponderEliminarEl agua de mar siempre nos trae bellos recuerdos. Como óbolos.
Besos, Esi
Vuelvo a tus historias como náufrago a la orilla y me empapo.
ResponderEliminarSiempre un gusto leerte.
Abrazo!
Te leo y veo a una cirujana del vocabulario que lo acaricia como quien venera su ajado escapulario.
ResponderEliminarEn esa mecánica de seducción que eclipsa a cualquier clepsidra de tercera generación.
Te leo y me veo reflejado en el fondo de tus calendarios, que atraviesas como niña aviesa
ajada en su obituario.
En esa orgánica intuición que desmembró
a un experto malabarista antes de acabar su función.
Es raro (quizás no tanto) pero leyéndote me imaginé en un santuario repleto de helechos y a la vez en una cama que era, en el fondo, un ring.
ResponderEliminarBesos.
Así se queda un@ cuando se rompe el amor, que el pasado se congela y comenzamos a tener frío,porque ya nada nos abriga, y aparece esa lluvia salada en las orillas.
ResponderEliminarUn abrazo, alfarera de palabras :)
A veces el frío se convierte en hielo y corremos el riesgo de resbalar y desperdigarnos.
ResponderEliminarUn abrazo
Poco he logrado entender, pero es una cuestión mía... Será por esta lluvia que cae y todo lo moja por estos momentos...será.
ResponderEliminarTe mando un beso grande, ¡y me llego para desearte un hermoso 2012!
¡Saludos Esilleviana!
Me da que la narradora (o narrador) no tiene ganas de escuchar a su interlocutor/a o que ya se cansó de su discurso. Algo de eso hay :)
ResponderEliminarBss.
Las cosas pequeñas, los detalles son los que consiguen que la mayor parte de las cosas valgan la pena. Te lo digo yo, que en mi vida real, se me suelen escapar muchos de ellos y luego no dejo de arrepentirme. Cosas de la memoria.
ResponderEliminarUn abrazo
No teu novo escrito de carácter surrealista, entendo que todo se dilúe, que esas palabras que outrora foron de aloe, agora son acedas polo sal. Ou non? Tamén pode ser que ao non funcionar a heladera, o antigo frío tórnase calor, o calor do amor que volve renacer. Dúas interpretacións antónimas.
ResponderEliminarSaúdos, filispina.
No teu novo escrito de carácter surrealista, entendo que todo se dilúe, que esas palabras que outrora foron de aloe, agora son acedas polo sal. Ou non? Tamén pode ser que ao non funcionar a heladera, o antigo frío tórnase calor, o calor do amor que volve renacer. Dúas interpretacións antónimas.
ResponderEliminarSaúdos, filispina.
leerte es siempre esa sensación, la de entrar en otro espaciotiempo, en un mundo más allá del mundo.
ResponderEliminary aquí la fuerza de la palabra, que calienta o que hiela, la fuerza de la más pequeña de las palabras.
besos, esi*
Hola, vengo a invitarte a pasar por mi blog mañana, día 10 de febrero, pues cumple un añito ya y me encantaría contar con tu presencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
El emperador Adriano, decía: en lo pequeño se ensancha lo grande...
ResponderEliminarUn beso, Monique.
Siempre hay que buscar lo mejor de cada cosa o persona. besos.
ResponderEliminarSi sus palabras sonaban a recepcionista de dudosa explicación, mucho me temo que eso no lo sane ni el aloe vera...
ResponderEliminar;-)
Besos, Esi.
Sé de muchos que se dicen surrealistas que quisieran escribir la mitad de lo que escribis vos y nunca pasan de la segunda línea... Envidiosos por siempre.
ResponderEliminarSaludos
J.
Una vez escribí que 'las cosas pequeñas son las imprescindibles para tapar los huecos que dejan las cosas grandes'... tú lo ratificas con tus palabras
ResponderEliminarabrazos :)