"La llave está debajo de la puerta. Pienso en ti desde el sábado". Encontré tu mensaje después de desgarrar y arañar la pared que acondicionamos para dibujar el mural de mortero fresco y húmedo de aquel ultramarinos abandonado. Como un bumerán, columbré por tu forma de escribir que el muro por el que trepé desde el suelo que pisabas, se había tornado en una escarpadura donde el declive de la superficie dificultaba la visión de tu mesa caletre. El desnivel áspero de tus palabras procuraba un rincón de la lectura apacible que la plenitud de tu ser dona. A veces me siento inquieta ante la falta de precisión que me demuestran tus bocanadas de tizne, como arrojos de cuchillas de afeitar que por su lentitud desangran el flujo de vida recuperando pequeñas inyecciones en las hojas del periódico. Y una vez arriba, de puntillas, acariciando las nubes con patas, dejando a la zaga batallas y movimientos rápidos de tus encíclicas solemnes de Papa omnipotente, junto con tus expresiones faciales, encuentro todas las definiciones que te caracterizan. Guarecerme de la incompatibilidad de unirnos, así como de un posible arbitraje, me hace encontrar nuevas poternas para salvarme en el foso de tu paralelismo y desproporción. Lo mejor que nos sucedió fue crear en la imaginación el deseo de que una vez cada dos años una ola de frío traería algunas palabras escritas por nosotros mismos, en un nivel que sería el verdadero. Esas palabras serían estampas nítidas y exactas de todo lo contrario de la eternidad, como si en la perpetuidad la carencia penetrase a modo de un perfume, un gran instante permanente, alejados de la vida cotidiana y dejándonos satisfechos.
Está el rito de las palabras, que persiste en la memoria de una forma impoluta. Y mientras esperamos, el latente deseo nos da vida y aire. Un abrazo.
ResponderEliminarEso creo yo también que es el deseo, un perfume que va y viene en los recuerdos, iincluso cuando no son recuerdos, el perfume se paladea de lo cerca que está la vida.
ResponderEliminarUn besi
esi...hay días que te siento iluminada. Hoy es un día de esos...en los que tus palabras trepan por mis pensamientos, se hacen deseos...esgrimen argumentos para defenderte y palparte lejos de aquellos juegos que mantienes equivocada en los brazos de otro, que no te comprendió...que se entumeció con tus silencios tan elocuentes como aquella mirada...furtiva, extraña, ajena...distante y a ala vez coercitiva con la que me hiciste morador de tus entrañas, dulce okupa de tu serena distinción...en la limítrofe distancia que nos sublima y que nos hace merecedores de la esencia de la eternidad dividida en etéreos y transparentes pareceres...y a la vez y a veces...paralelos. Te quiero...pero solo en tus letras.
ResponderEliminara veces...
Te diré que mientras te leo estoy escuchando la melodía fascinante de la BSO Ricas y Famosas de Georges Delerue, y no te puedes imaginar la fabulosa conjunción que se ha formado entre ambas experiencias.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Si alguna vez te preguntan qué significa que tu gramática es un sol de mil cráneos me avisas y saco del garage los planeadores.
ResponderEliminarBesos.
pd. Chico Buarque tiene puestos/ los anteojos que dejé/ sobre un cuadreno con su rostro/ iluminando el cuarto/ algo entrando en la mañana/ carabelas de la nada...
Supongo que es muy difícil salvarse en el foso de la desproporción. Me resultó intensa esa frase, la del paralelismo y la desproporción.
ResponderEliminarPor lo demás, un bello texto.
Un saludo.
Entre un sábado (pienso en ti desde el sábado) y el sábado que se estropeó se han sucedido una serie de reflexiones que me lleva a imaginar que el mismo sábado que empezó a añorarlo, ya se había estropeado. Así de complejo.
ResponderEliminarBss.
tu deseo se ha cumplido. ha llegado el frio para tenerte
ResponderEliminarAmiga qué inmenso vocabulario me dejas anonadada, he de deducir, adivinar o imaginar lo que dices o más bien sugieres.. aún así me gusta.. un saludo
ResponderEliminarSon esos escasos momentos, esos instantes de satisfacción, dentro de una larga vida con muchas horas,minutos y segundos, los que en realidad resumen lo que deseábamos de ella. Lo demás es un simple relleno de tiempo en pos de una búsqueda a veces para algunos infructuosa.
ResponderEliminarUn beso Esilleviana.
Esa ola de frío ha llegado para darle realidad a lo que tal vez imaginabas. Segundos, momentos ...que dan forma a cuanto buscamos y somos.
ResponderEliminarUn abrazo
Comprendo, como en carne propia, el íntimo dolor que procura la carencia de áncoras a que aferrarse...Me reitero suyo afectísimo amigo,
ResponderEliminarM T R
De la misma manera que tú hablas del desnivel áspero de sus palabras, yo me acojo a las tuyas encontrando joyas como ese "columbrar" que me suena a mi Mancha más profunda, aunque me pierdo ante ese "poternas" que no sé si se perdió en el diccionario o es palabra nacida de la errata.
ResponderEliminarUn abrazo.
No encuentro la clave, la frase que me permita hacer un comentario digno de tu escrito. Te pido disculpas.
ResponderEliminarUn beso
Valaf, aunque no lo crea, ha dado con la clave, es mejor no interpretar que irse por los cerros de Úbeda. Esilleviana, encuentra cierto placer en escribir a modo de rompecabezas; Está es ideal: "Como un bumerán, columbré por tu forma de escribir que el muro por el que trepé desde el suelo que pisabas, se había tornado en una escarpadura donde el declive de la superficie dificultaba...(leerte)" pero en todo este metafórico (te encanta la metáfora que aleja del sentido principal y las palabrotas literarias) relato, se encuentra el sentido aquí "Guarecerme de la incompatibilidad de unirnos". Parece una chiflada que piensa demasiado en este que la dejó el mensaje y de alguna manera se siente acomplejada por alguien que la hace sentirse pequeña: "de tus encíclicas solemnes de Papa omnipotente, junto con tus expresiones faciales, encuentro todas las definiciones que te caracterizan" y su chaladura la lleva a decir lo contrario de, a lo que se quiere aferrar: "lo contrario de la eternidad" paradójico ¿no?
ResponderEliminarEs única Esilleviana, estupendo relato.
¡Muchos besos!
Algunas palabras simplemente son tatuajes imborrables sobre el corazón herido, otras solo se las lleva el viento áspero del un invierno, que para muchos, nunca acaba. Un abrazo.
ResponderEliminarAntonio Misas, es así de sencillo:
ResponderEliminar"nadie es más que nadie
y nadie es menos que nadie
y todos somos alguien.
Porque todo pasa,
sólo la dulzura permanece.
Lo esencial es quedarse sin armas,
con el alma en donación,
para bañarse de versos
y declarar el estado del gozo".
:)
Al menos una vez cada dos años y arropados por el frío, es algo a esperar...
ResponderEliminarBesos
Como desear algo impreciso, y aún sabiendo qué es, no se acaba de definir, ni la lógica de la incompatibilidad, y tu inquietud.
ResponderEliminarCon las olas de frío las palabras se congelan, se hacen visibles, quizás por eso asoman en un nivel de certeza, eso sí, pasajera.
Besos, Esilleviana
:)
Ío
las palabras casi siempre sobran, los gestos son los que mas hablan. besos.
ResponderEliminarDesear lo que luego sabemos que rechazaremos...¡ay, cómo somos de contradictorios! Pero sólo saber que nos espera, ya la piel comienza a prepararse.
ResponderEliminarBesos, Esi
La ola de frio nos debe traer más ganas de abrazarnos y estar juntos y unidos, pero... por desgracia funciona la calefacción, ahora que el óbito de mi perro dejó un hueco en el sofá, ¿por qué se aleja?
ResponderEliminarAyer hice el primer examen y creo que me salió de fabula, ya te contaré.
Un beso
me recordaste a mis "cenizas"...creo que nada es lo que parece...
ResponderEliminarbesos*
Está bien que, al menos cada dos años, alguien escriba unas palabras que retraten un instante permanente, aunque sean muy frías.
ResponderEliminarYa sabes que me cuesta asimilar tus textos, pero poco a poco, dame tiempo.
Me alegra verte de nuevo y espero repetir dentro de dos semanas.
Un abrazo.
Me parece triste tener que dejar al albur de la imaginación un deseo de satisfacción. Es lo que pensé a bote pronto.
ResponderEliminarSalu2.
Llegué cuando aún no habia comentarios, recien colgada tu entrada, me perdí en tus palabras, siempre lo hago, me sumerjo y me pierdo para encontrarte en cada línea, tu ya sabes como me gustan tus textos y este no iba a ser menos.
ResponderEliminarEsas frías palabras no se yo si las quisiera para asirme.
Maravillosa respuesta la que has dado a Antonio.
Un fuerte abrazo.
Daría prendas por comprobar que un solo instante permanente fuera lo contrario de eternidad: Lo haría mío de inmediato.
ResponderEliminarTexto de leer tres veces. A continuación, asirlo bien asido.
Como emanado de la pura imaginación, ¿Recuerdas?
Y sí, acertabas en tu comentario a 'Bromas'.
Fuerte abrazo
Dicen que la peor parte del deseo es cuando se cumple, dicen muchas cosas, dicen...
ResponderEliminarSaludos
J.
cuánto duran esas palabras? me refiero, hablás de eternidad, pero eso cuánto dura?
ResponderEliminar...como si en la perpetuidad la carencia penetrase a modo de un perfume, un gran instante permanente, alejados de la vida cotidiana y dejándonos satisfechos. Sólo por este remate, merecía la pena esperar los días que han tardado los duendes en actualizarme tu blog
ResponderEliminardos abrazos :)