Matilde Alonso |
Con el pestillo cerrado, ahora estarás sentado en tu mesa de madera de roble y patas chaflán con los dedos desparramados por el teclado mientras malgastas tus recursos en trenzar el esparto mate de los ciclones. Es una evidencia que no recabo un título nobiliario pero no logro resistir la tentación de mojarme hasta calar el sótano de mis vísceras en el tifón de las costas asiáticas con tu epónimo: Siempretú. Y así, armada con tus quejas, protestas, desvaríos, delirios y ensueños me despido con sonrisas y abrazos cada noche. Hay ocasiones en que me valgo de cualquier medio para atrapar globos de bujías que saltan con chispas eléctricas del arrebol de tus mejillas. Otras, escapo de las ruinas de tus desolladuras en los días de hielo, tras volar y aterrizar cojo un taxi y me quedo dormida en el asiento trasero, esperando a que bajes a recogerme. La persona que somos y todos nosotros somos dos, uno y uno, entendiendo y encontrándonos aún medrando con gestos pueriles de una solemnidad protocolaria hasta que los labios se agrietan mientras esperamos a que suceda algo. Ante el eclipse del baúl y la suavidad de tu voz, la velocidad de mi lectura se precipita en las noches esdrújulas.
"Hasta que los labios se agrietan mientras esperamos que suceda algo."
ResponderEliminarQué linda frase, me voy con esa en la mente.
¡Beso para Vos, Esilleviana!
debe ser apasionante el libro
ResponderEliminarEsperar, con libros en las manos. Las noches así pueden ser eternas.
ResponderEliminar"La persona que somos y todos nosotros somos dos, uno y uno, entendiendo y encontrándonos aún medrando con gestos pueriles de una solemnidad protocolaria hasta que los labios se agrietan mientras esperamos a que suceda algo".Qué lectura más apasionante.Me gustó mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Con tanto celo lleva lo que ocurre en su despacho tal que lo cierra con pestillo? Hummmmm... no me gusta la gente tan reservada!
ResponderEliminarBss.
Ciertamente, a veces nos acercamos, y otras nos alejamos.
ResponderEliminarEs el ritmo de la vida.
Esperemos lo inesperado.
Un abrazo.
Y YO, TONTA DE MI, EN NOCHES LLANAS...
ResponderEliminarÍntimo y confidencial relato, con la cadencia justa para sumergirse y viajar con tus letras.
ResponderEliminarAbrazos.
¡¡Esilleviana!! ¡Por todos los diablos! ¡No conocía yo esa faceta tuya! Ahora, resulta que gozas orgasmos al son de movimientos diversos y sones alternos sobre un piano de cola que teclea un susodicho caprichoso, y que te las piras para regocijarte con un conductor CUALQUIERA a quien exiges que muestre a las claras el "LIBRE" por si más menester conveniera, cuando el músico desafina. ¡Joder, joder, joder...!
ResponderEliminar¡Qué asco me doy!
Parece un sinvivir de relación... todo un huracán buf!
ResponderEliminarBesos abisales
Las noches esdrújulas son estupendas, y que los labios se agrieten, pues también. Lo que ya no me va mucho es que vengan después de días de hielo, desvaríos, protestas... Eso me dá malas vibraciones. Las noches esdrújulas pueden ser todas, sin hielo antes, y aún son más esdrújulas...
ResponderEliminarEse nosotros que son dos personas individuales es objeto de análisis en todas las culturas. Y lo que los une, es una utopía.
ResponderEliminarBesos!!
Dos que, como tantos, caen en las garras de la cotidianidad.
ResponderEliminarLuego sólo nos quedan palabras para intentar salir de ella.
Besos
Para mi que esta relación tiene las noches contadas, o acortadas, vaya usted a saber. Pero que no, que no es sano armarse con delirios y desvaríos del de enfrente.
ResponderEliminarU beso
Cuando aflora el Siempretú se pierden hasta las comas de la relación.
ResponderEliminarBesos, Esi.
Pues es muy interesante lo que dices, de hecho y como siempre, admite tu texto muchas lecturas. Una de ellas, la red de lecturas que nos asombran desde el epicentro de nuestro teclado. Y no está mal, de hecho...qué no hubieran dado nuestros antepasados por un contacto entre mentes tan inmediato y cercano? Eso sí, Matrix es Matrix y lo cercano y querido, el calor y el embrujo de la sonrisa amada, jamás debe ponerse en función de otras prioridades absurdas.
ResponderEliminarUn beso (gran texto)
Ja, ja, ja...
ResponderEliminarTe contesto desde donde tú sabes. ¡Ya lo sé, ya lo sé, jodía! Pero no me negarás que lo mío amb tú es mega y pialidoso. ¡A ver: ¿quién te dice las cosas que yo te digo; quién te dora la pídora más que yo; quién indaga en ti más que yo; quién, de ti, a veces, se queda más en ascuas (¡coño!) que yo? No me hagas sufrir, "condená", que lo mío amb tú se cuece entre lo empírico-aplatonado-surrealista, ¡qué más quisiera yo!, y si te miro, de soslayo miro al cielo más limpio, ¿qué cipote m'estás diciendo, mala persona?
Un besazo.
Estás hecha una saltimbanqui del amor, sólo te falta pasear por la cuerda floja. Por cierto, hay cremas muy eficaces para labios, sin necesidad de títulos nobiliarios.
ResponderEliminarBesos, Esi
Todos necesitamos esas noches "esdrújulas", al menos una...
ResponderEliminarMe gustó mucho, sí :)
abrazos
Hay intersecciones en la vida donde las esperas son demasiado largas, las pausas demasiado dolorosas y los silencios simplemente escuecen es cuando nos tenemos que decidir hacia donde girar el timón. Un abrazo.
ResponderEliminarnoches en las que nos gustaría acariciar algo más que el manojo de esdrújulas que viertes por tus veredas...noches para arremangarse los pantalones y caminar descalzo por la orilla de tus ideas esperando que salte la chispa que nos haga despertar de este protocolario letargo de andarnos sin pisarnos.
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