Los días de lluvia con luz intermitente, son los mejores para la pesca, ciertamente -copio esta palabra tuya-, cuando amaina la llovizna capto la risa del aire y del movimiento de los árboles. Observo la corriente del agua intentando poner en claro qué sucede en el fondo del lecho y entonces aparece la risueña insolencia de una bola de ramitas secas que se mueve con descaro por la orilla, con la soberbia de conocer bien el río y con el engreimiento de arrojarse a favor del viento sin temer el choque sobre el terreno fragoso y el arañazo áspero de las piedras. Allí, escudada con el impermeable y protegida por la caña de pescar, meriendo sin saber qué mastico acompañada por un trago de vino, mientras reconozco como otros pescadores remueven el agua con cebos vivos a la espera de que los peces aturdidos hagan más rápida su picada despojándoles, con gran tirantez, del éxtasis de todos sus sentidos. De nuevo la lluvia pone algo de clarividencia en el río de pescadores y, contribuye a que el destello del día deslice el engaño de los mansos y dóciles apresadores de peces flacos.
Se tumban en la hoja de papel
como los perros viejos,
y obedecen y lamen
la mano encadenada de su amo.
Pero el amor jamás nos ha pedido
las leyes que le damos.
No precisa el amor sobrevivir,
siempre busca los gramos
más mortales del cuerpo.
El manjar del amor
no necesita versos.
como los perros viejos,
y obedecen y lamen
la mano encadenada de su amo.
Pero el amor jamás nos ha pedido
las leyes que le damos.
No precisa el amor sobrevivir,
siempre busca los gramos
más mortales del cuerpo.
El manjar del amor
no necesita versos.
Pere Rovira
te leo, lo he hecho con una preciosa música de Tarantas de amor sicilianas
ResponderEliminary me has emocionado. Gracias por henchirme el alama
A mi me encantan los días lluviosos, y ese olorcillo a tierra mojada es la releche. Además, es PRIMAVERA, y como la sangre se altera cosa mala (o todavía más), un un remojoncete no viene mal, jajajaja
ResponderEliminarUn beso
Parece que sabes pescar...
ResponderEliminarLa lluvia en la ciudad es otra cosa.
Precioso el poema.
Abrazote
La risa del aire, hoy aquí a esta hora suena a carcajada, arrastra todo a su paso, aún así !que bonito suena!. La lluvia de nuevo comienza.
ResponderEliminarPrecioso Esi, llena la tarde de este viernes.
Un abrazo.
La pesca es un descanso para la mente, una alegría para el espíritu, una distracción para la tristeza, pero hay días de pesca que lo único que se pesca son historias y amigos...
ResponderEliminarabrazo
No concibo la pesca, porque no me gustan los que se entretiennen matando:¿imaginas un anzuelo clavándose en tu garganta y desgarrándola porque ha sido concebido para que no seas capaz de soltarte? y no es el hambre la que empuja al pescador: es el entretenimiento...
ResponderEliminarAquel remanso solitario del río parecía idóneo para mis fines....
ResponderEliminarCon un preciso lanzamiento vertical, situé el señuelo en el lugar adecuado...
Ya sólo era cuestión de esperar...
Y esperé...
Y esperé...
Y por fin, apareciste tú...
A todo esto, me encanta cómo escribes...
ResponderEliminarla pesca te evade a otro mundo, seguro
ResponderEliminarYo iba a menudo a pescar con el papá de mi niña, antes de que fuera el papá de mi niña, le encantaba, se evadía, desaparecía del mundo, se relajaba y era feliz, yo me aburría como una ostra, la verdad, pero me llevaba mi hamaca, un buen libro y una bolsa de pipas y me evadía también a mi manera.
ResponderEliminarEso sí, las truchas luego las preparaba yo.
Besitos
"A río revuelto, ganancia de pescadores"
ResponderEliminarCuando llueve los peces siguen el curso de la lluvia hasta las nubes, y como los versos, cuando escapan de la hoja de papel, nos pescan a nosotros.
Bss
a fuerza de que a 'el le encanta pescar no me quedo mas remedio que aprender a hacerlo o quedarme en casa aburrida algun que otro fin de semana cuando se organizaba una excursion. Y le tome el gusto y le tome la mano, y me gusta pescar hoy dia, pero mas me gusta haber aprendido a disfrutar del silencio y del movimiento del agua. Muchas pero muchas veces he solucionado grandes dilemas en mi vida en esos momentos de paz sola yo y mi cabeza parada frente al agua con una cania de pescar en la mano
ResponderEliminarbesos, linda
Supongo que tampoco hay leyes para pescar. Y perdón, me quedé con eso del poema. Me quedé prendado con esa idea de que le hemos puesto al amor ciertas cruces en la espalda... Un abrazo.
ResponderEliminar"la risueña insolencia de una bola de ramitas secas que se mueve con descaro por la orilla, con la soberbia de conocer bien el río y con el engreimiento de arrojarse a favor del viento sin temer el choque sobre el terreno fragoso y el arañazo áspero de las piedras"
ResponderEliminarAdemás de asesinatos (¡) otro tema que me apasiona es el río, me encanta escribir sobre él (Lozoya) pero sobre todo el de antes de la masificación en la Sierra, y sus aguas todavía traían peces... y sabandijas varias.
ResponderEliminarUn beso
Leerte es desplazarse por el cauce del río, "esa bola de ramitas" conocedoras de su lecho, se desplazan como lo hago por tus letras. Tu texto brinda serenidad. La pesca es para ello, pienso. Me recuerdan atardeceres a orillas del río, allá en Costa Azul, cuando iba de pesca con amigos.
ResponderEliminarUn beso!
Gaby*
Soy incapaz de pescar, no solo por lo que dice Mariajesús, que no lo suelo pensar, es que no tengo paciencia para estar pendiente de que piquen, solo en un tiempo, la pesca submarina y desde barco, me aficionó.
ResponderEliminarYo haría lo mismo que describes, me encanta, pero sin caña...jajaja
Besos y salud
"El río musical" es el nombre de una canción de un grupo argentino, de mi adolescencia, recordé mientras leía. Lo que lleva y trae, lo que dispara, lo que impregna, lo que canta y ese viaje que se puede lograr a su lado... y por cierto, también los peces y sus pecadores, perdón pescadores. :)
ResponderEliminarAbrazo!
que lindo, en verdad me has sumergido en un extasis de emociones, de querer estar allí contigo bajo la lluvia, esperando con paciencia que el pez intente morder el anzuelo, observando a los desesperados por cazarlos, que olvidan lo especial que es estar allí, simplemente esperando, estoy seguro que son capaces de lanzar bombas o colocar redes para pescarlos mucho más rápido.... hace poco vi la película "la pesca del salmón en Yemen" realmente quedé fascinado, tu entrada me ha hecho recordar cada segundo de la película y del transfordo que es estar simplemente pescando, nunca lo he hecho y creo que nunca lo haré, existen cosas de las que un hombre como yo no está hecho.... gracias por compartir
ResponderEliminarMuchas gracias Esi ;-)
ResponderEliminarA ver cuando de dejas ver tú... que ya me pica la curiosidad jaja!
Bss.
El pez grande se come al chico y al pescador se lo comerá el oso que lo acecha. Y así.
ResponderEliminarBesitos
Que maravilla de lectura... sumergirse en el agua, como el fondo de tu blog.
ResponderEliminarBesos abisales
"el amor jamás nos ha pedido
ResponderEliminarlas leyes que le damos."
Ni la mayoría de los pescadores van de pesca por deporte sino por contemplar el agua e intentar descifrar sus mensajes.
Mi padre así lo hacía: muchas veces ni llegaba a llevarse la caña:D él lo llamaba "ir a pescar ideas" ;)
Besos sin lluvia.
Que la lluvia y que los peces y tú que comes y no sabes qué masticas. La vida es una revolución y estamos vivos para contarla.
ResponderEliminarUn beso variado.
Me gusta lo de ir a pescar ideas que decía el padre de FRamboise, en realidad mis visitas por aquí buscan eso. Ideas, emociones, sensaciones, sentimientos...Es cierto que el manjar del amor no necesita versos, es la fangosa espesura del desamor la raiz de esta narcótica disciplina. Y nos dejamos llevar por la corriente, como las nubes por el viento, con el alma fuera del pecho.
ResponderEliminarBesos y cariños.
A mar revuelto ya sabes....paciencia se necesita para pescar,
ResponderEliminarpero es cierto, el paisaje bajo la lluvia y si es campeare tiene un aura misteriosa.
"mansos y dóciles" apresadores.. me gusta
besos
Sencillas y elegantes letras de ingeniosa pluma.
ResponderEliminarHa sido un verdadero placer leerte, he gozado lo indecible.
Soy una aficionada de nacimiento a la pesca y el mayor placer
y emoción es la espera y lo que bulle en ella.
Un abrazo y gracias.
¡Como en el amor!
ResponderEliminarEn los días de lluvia es mejor entregarse a esa languidez del momento, la espera puede ser lo que peor se lleve y la paciencia la mejor aliada...
ResponderEliminarPrecioso, Esi
Besos
La lluvia de invierno me trae nostalgia...es tiempo de dejarse ir...
ResponderEliminarEl amor se basta para envolver a cualquiera...
Besos
Y lluvia de primavera, con mordiscos de luz..
ResponderEliminarNo me gusta hacer sufrir a los pobres peces que no tienen la culpa de que el hombre no sabe qué hacer con su tiempo libre. No, no me gustan...
ResponderEliminarSaludos
J.
Sí a la lluvia que hace húmedas alfombras en los campos, que revoluciona el olfato, que nos acaricia la cara y nos hace estar alegres,
ResponderEliminarNo a la pesca. Seguro que los peces también frutan de esas gotas que llenan de puntos suspensivos el cauce del río
Un abrazo.
Claro-escuro este artigo. O comezo lévame a estes días pasados en que en Galicia semellaba chegar a fin do mundo, o dioivo universal, de tanta auga que caeu. E hoxe, vemos un forte sol ausente durante días. Pero ao remate do texto, percibo a tristura dos peixes que son privados de todos os seus sentidos. E éntrame morriña, como cando o gato me trae un rato de campo. Chega feliz coa presa, mais pobre presa!:)
ResponderEliminarwww.filispines.wordpress.com
Claro-escuro este artigo. O comezo lévame a estes días pasados en que en Galicia semellaba chegar a fin do mundo, o dioivo universal, de tanta auga que caeu. E hoxe, vemos un forte sol ausente durante días. Pero ao remate do texto, percibo a tristura dos peixes que son privados de todos os seus sentidos. E éntrame morriña, como cando o gato me trae un rato de campo. Chega feliz coa presa, mais pobre presa!:)
ResponderEliminarwww.filispines.wordpress.com
La lluvia de primavera me hace recordar las veces que capturaba pececillos flacos para exhibirlos en una botella.
ResponderEliminarUn abrazo redondo!
Tengo una paciencia infinita. Creo que sería buen pescador, pero al final del día, encuentro que nunca lo hice.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.