Al llegar a la villa miseria descubrió, sin excepción, que ingresaban mucho más dinero por todo lo que era de color negro que por lo que tenía distintas gradaciones en otros tonos. La naturaleza muerta arquitectónica atrajo la silenciosa mirada de la pequeña espectadora. Así registró en su cedulario: estaciones de tren desiertas, consultorios de dentistas despejados, teatros abandonados, polígonos industriales deshabitados, oficinas desoladas, bibliotecas baldías, piscinas desamparadas, colegios desocupados, fábricas infecundas que hacía más dura la vida, tal como coger un cigarrillo entre los dedos después de cinco años sin fumar. El harinoso aspecto de la ciudad contrastaba con el rigor mortis de la inmensa mayoría de almas que vagaban por las calles huyendo de su futuro truncado. Aquella ciudad de color negro había dejado de crecer desde hacía mucho tiempo lo que engendró graves problemas. El artilugio público y estatal quedó desabastecido sin prestar los servicios que se le presuponían al perderse los contribuyentes que costeaban con sus tributos las exigencias y obligaciones. Las imágenes pornográficas de la desdeñada ciudad avergonzaban a sus habitantes pero ningún político movió un dedo para evitar las ruinas del hermoso capitolio. Las urbes como las personas, nacen, crecen y se mueren.
¿Describes una ciudad intervenida por la UE? jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
Algunas, junto a ellas.
ResponderEliminarSaludos.
A dónde has querido llegar?, en qué semáforo nos hemos detenido?, es acaso esta ciudad el último páramo en donde nos caemos sin saber qué habrá más allá?
ResponderEliminarAh?
El futuro ya está aquí
ResponderEliminarNegro muy negro, igual al final del tunel ¿se verá luz? dificil.
ResponderEliminarUn Abrazo.
Menos mal que esto no es Chipre. Después de un pronóstico alentador de la tres sueldos Cospedal, siempre viene una catástrofe. Sobres negros, 38 Mill en Suiza, dietas en Navarra, Gurtel desde Pozuelo hasta Valencia-trajes, El Duque Em-Palma-Do, Matas, y los EREs en Andalucia. No iban a ser menos que el camarero y la folklórica con las bolsas de basura, Roca y Gil y lo que falta por llegar.
ResponderEliminarNegro lo veo yo también... Abrazos
ResponderEliminar¿Alegoría premonitoria? El dinero negro ennegrece las conciencias y las almas de los poderosos, y los pies y el estómago de los pobres.
ResponderEliminarBss
Elocuente retrato de un habitat que se va fundiendo a negro en las constantes degradaciones a que se ven sometidos los colores que lo pueblan.
ResponderEliminarDan ganas de perderse entre los cerezos en flor que anidan por los valles del Jerte y olvidar esta terrible realidad que nos va destiñiendo despacio.
Como sucede cuando los que administran nuestro esfuerzo son los parásitos a quien ya nadie cree, ni siquiera ellos mismos, ni siquiera en diferido.
y después vamos nosotros, la comida, el agua...
ResponderEliminarUn abrazo
Magnifico retrato de una realidad que se ceba en muchas metrópolis actuales.
ResponderEliminarMagnifico, pero triste y desesperanzador. Esos políticos que deberían solucionar el entuerto, bastante tienen con seguir afanando en su provecho.
Un abrazo.
Ningún político mueve un dedo si no lleva aparejado un rédito propio, ya se puede hundir el mundo, lo que pasa es que es más cómodo dejarles hacer.
ResponderEliminarUn beso
Cunde el desánimo en tus letras (el texto es precioso, me refiero a la musicalidad que tiene). Creo que ya sabes, o intuyes, que peco de optimista, a pesar de todo lo que se ve en las calles y escucha en los noticiarios. Soy de los que piensan que unos años muy malos, con tragedias que tienen nombre y rostro, no truncan o anulan el futuro de la humanidad. Y te digo más, espero que haya mucha más gente que lo ve como lo veo yo, de lo contrario la desidia está servida y el destino final de nuestra civilización será parecido al que apunta tu texto.
ResponderEliminarUn beso
Y mientras tanto hablando de las ciudades inteligentes, yo cada vez entiendo menos todo esto.
ResponderEliminarBesos
Prefiero pensar en verde. Aunque no me guste la cerveza.(ni la Aguirre).
ResponderEliminarque triste... pero es así...
ResponderEliminarnuevo concepto de decoración en la ciudad, los escaparates con carteles de cerrado, cese del negocio, se alquila... escaparates cerrando los ojos como la ciudad...
Besos abisales
Es verdad. Nacen, crecen, y de nosotros depende que se multipliquen o que mueran. En ocasiones el enfermo tose en forma de protesta y encima se le critica. Extraordinario aviso para navegantes. Un abrazo.
ResponderEliminarLo bueno de textos tan bien escritos es que pueden aplicarse a muchas ciudades. Lo malo es que sea cierto
ResponderEliminarahhh Nerón...Nerón Qué grande fuiste, verdad Incitatus?
ResponderEliminarBuen diagnostico, con poco furturo mas que el de la muerte pra los muchos sobrantes.
ResponderEliminarDura realidad.
Un abrazo :)
Terrible decadencia. Las ciudades en su infierno... Un abrazo.
ResponderEliminarMetrópolis cruel reflejo de ambiciones desmesuradas, corrupción y abandonos individuales...
ResponderEliminarBesos, Esi.
Ni Dios conoce el significado de ser verdaderamente humano. No hay experiencia previa.
ResponderEliminarBesosss.
como todo en esta vida, tiene un ciclo, ni el sol niel planeta tierra se escapa de esa regla, porque nada es eterno, ni siquiera el mismo dios, porque mueren cuando la gente también se olvida de ellos, y por supuesto muchas cosas nacen cuando algo muere, simulando ser el ave fénix, como nacen nuevos pueblos, nuevas razas, nuevas costumbres, nuevos idiomas, nuevos continentes, nuevos planetas, nuevos soles, nuevas galaxias, y por último, y quizás menos importantes, nuevos dioses y con ellos nuevas profecías y nuevas formas de extinguirse todo.... encantador :)
ResponderEliminarel ciclo de la muerte.
ResponderEliminarCiencia ficción que ya dejó de ser ilusión y está aqui mismo.
ResponderEliminarUn paso más solo falta.
Besos besos
El final era previsible. En aquélla ciudad deshabitada, la gente andaba triste, con una soledad definitiva llena de abrigos largos y paraguas.
ResponderEliminarabrazo
Una mirada biológica muchas veces explica las incoherencias de la política...
ResponderEliminarSaludos
J.
Has visto cosmópolis? Ha dejado indignados a algunos y obnubilados a otros. Yo la vi antes de viajar al Perú y al final no terminé de digerirla. A la ciudad la hacen sus habitatntes, es así?
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