Foto Georges Paramon |
El auditorio rebosaba de interés y acicate por escuchar al escritor invitado. Tras la presentación conveniente, los escuchantes/oyentes permanecimos prudentes ante la difusión de la propaganda del nuevo libro: "los libros funcionan como puertas a otras dimensiones. Este mundo al que nos transporta es muy similar al nuestro, los cambios son tan sutiles –una mancha en la pared, un rocío más perfumado– que los poco sensibles ni siquiera se percatan de que ha obrado una transformación y otros sienten que fue una falta de apreciación suya". La puerta abierta de la sala de conferencias deja ver a la señora de la limpieza fregando y limpiando los últimos metros de escalera que suceden al atrio del vestíbulo, mientras pone música a su capacidad de fijar la distancia entre sus sueños y la caducidad de algún momento culminante. Y por un momento, mi rodilla entumecida se remueve automáticamente buscando rozarse con la tuya que se mantiene alejada de mis deseos, en el límite de tu grado máximo. Con las palabras de fondo del escritor y, sin llegar a tirar por la ventana la iniciativa, prescindo de la imaginación al golpear mi pie con la butaca delantera, relegando la fantasía al entretenimiento de un crooner que busca divertirse con distintos estilos particulares.
Unha boa descrición da estancia nun acto dese tipo. E no medio do idilio, o golpe do xeonllo que devolve á realidade. Un Ai! que nos esperta. Xa había tempo que non che comentaba un artigo, pero é todo un pracer regresar a este mundo do blogeo e comprobar a constancia dos compañeiros e compañeiras. Saúdos.)
ResponderEliminarPues que estaba allí presente en esa presentación del libro, vi a la señora fregona en mano y sentí ese roce de rodillas. !Cuantas sensaciones llegan Esi!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto, cuando leo estoy en una dimensión intermedia, creo que más allá viviendo en primera persona la aventura, así me pasa me hablan y no me entero y en el bus me paso de parada.
ResponderEliminarUn beso
Es que una cosa es la presentación, que puede indagar en la obra y el autor, y otra muy distinta la propaganda a destajo.
ResponderEliminarCuando asoman esos momentos, esfacil distraerse con las musarañas y uno termina por atender todo aquello que en principio no fue a ver. Pero que también está ahí. Y estoy contigo, todo eso puede formar una melodía. Un abrazo.
Me has traído recuerdos de los roces furtivos bajo la tela que los ocultaba, excitación pura...
ResponderEliminarBesos y salud
Disfruto los mundos que los libros me regalan y disfruto los mundos que cada día veo enfrente a mi. Las rodillas, tema aparte, son mi talón de Aquiles...
ResponderEliminarNo estará tan entumecida cuando busca un roce.
ResponderEliminarPoco interesante sería el discurso del escritor, porque ni a la señora de la limpieza le interesaba... pero seguro que captó la estrategia de la rodilla...
ResponderEliminarBss
Y el brazo se me deslizó directamente, al roce de tu mano. ¡Larala, lalara¡
ResponderEliminarMe encanta lo de "los libros funcionan como puertas a otras dimensiones". Muy cierto.
ResponderEliminarBesos
Unos deleitándose con la cultura, otros trabajando en lo que trincan. Lo del roce sería que no era el momento...
ResponderEliminarBesos, Esi, besos
Lo que puede dar de si una conferencia:)...
ResponderEliminarAbrazos
Hay un millón de realidades... todas diferentes: la que vemos, la que nos cuentan o cantan, la que queremos o soñamos, la que rechazamos... la que tememos... y la que se abre con el simple roce de una caricia clandestina...
ResponderEliminarY sí... hoy me quedo con esta última.
Palabras de fondo que ponen música a una realidad paralela en la que el escritor podría ser espectador y el protagonista el "atento" oyente.
ResponderEliminar¡Cuántas veces ocurre que divagamos en otros mundos ajenos a todo cuanto sucede!.
Supongo que con la palabra crooner te refieres al cantaautor de baladas ¿no?.
Un beso Esilleviana ¡buen escrito!.
quien es el ponente, quien el recurrente..cuanto pesa un momento culminante en el latir de un mortal y cual es la distancia entre tu rodilla y mis sueños. Cuantas palabras son necesarias para expresar un deseo, cuantos besos para detener el tiempo.
ResponderEliminarMe temo que totalmente despistada de la presentación... por una buena causa imagino :)
ResponderEliminarBesos abisales
ResponderEliminar· Tus palabras queman los ojos. Debo cuidarlos.
· Otras, palabras, al oírlas queman las ideas. Esas podríamos emplearlas para deshacernos del cutrerio imperante.
· Abrazos
·CristalRasgado· & ·LaMiradaAusente·
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... evidentemente, este comentario es para el post siguiente...
ResponderEliminarCultura, trabajo,deseo, todo condensado en un bello relato, impregnado de un sutil aroma de humor.
ResponderEliminarLa vida que pasa sin avisar.
Un abrazo
Dimensiones infinitas!! No te ha pasado, seguro que sí, que has tenido el impulso de romper cosas? Es como que uno ha pasado demasiado tiempo escribiendo, divagando por múltiples dimensiones y de pronto, se acaba el relato y lo que único que queda es tirar una silla por la ventana.
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