Eric Tabales |
Con la franqueza de esa libertad formal que llega del gruñido ronco que parece pronunciar sus palabras ininteligibles, rebasa el preludio que él eligió para pasar a la invitación de ciertos monosílabos que completa la pieza musical. Escribir una partitura con onomatopeyas, carraspeos, gemidos y toda clase de secuencias sonoras crearía una original suite para orquesta. En cada verso deja entrever un querer asomándose a la letrilla mientras afila sus garras en las cuerdas de la antigua lira de Ur. A medida que la configuración de los sonidos va tomando cuerpo entre las adivinaciones, la preferencia por ese cariño se torna en un manto que yace verticalmente. El incesante rebufo de pasión que presenta la letra de la canción urde una seda en los esgarros serenos que fluyen de su interior. Pero como en toda melodía, al final la balanza por amor se inclina a favor de alguien y la unión clandestina se queda en blanco. Y así, como una cárcava erosionando el mensaje de la melodía que nadie llegó a escuchar ni entender, la mortaja de la letras encaja en la escala musical la adoración de aquella canción de amor que intentó imitar.
Lo de Ur ha sido una sorpresa que rompe lo dulce y trágico que he querido asumir con la lectura.
ResponderEliminarEs una ópera que nace en la montaña y yace en la neblina.
ResponderEliminarBesos.
No, no he escuchado la música a la que te refieres...
ResponderEliminarSalud y besitos
Les tengo mucho respeto a los compositores de antaño, lejos de la tecnología convirtiendo cada nota en obras de arte, pero no soporto a los que mezclan toda clase de sonido sin pie ni cabeza presumiendo luego que eso es música. Besos.
ResponderEliminarnada como una composición propia
ResponderEliminarde lugar y situacion
Percibo una tensión no resuelta, pero igual me equivoco.
ResponderEliminarY con lo chulo que es el Div, va y no lo usas.
Un beso
Un buen intento de esconder el amor entre las notas de la partitura. De cualquier modo, el merito de componer ya es un premio. la verdad que admiro a aquellos que entienden de partituras. Me crié con una madre que lee las partituras como yo un libro. Je, lastima que no me deje enseñar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bella melodía la que surge de trastabillar tus vocablos, bella historia de itinerario incierto hacia la prosopopeya..hacia una aliteración de sentimientos que parecen perecer en el fondo de los océanos, en su propia imaginación. Hoy sentí tu voz como una ficción...una auténtica ficción de amor.
ResponderEliminarEres una prestidigitadora del vocabulario, tu hipnosis nos hace sentir un poco mejor, gracias.
¡Una lira de Ur, qué lujazo! Aunque no la veo con la música contemporánea, por ser tú, querida Esi, hasta logro imaginármela.
ResponderEliminarBesos :) :) :)
Me gustaría escuchar esa canción. Esos sonidos que no llegan a descubrirse, a quitarse los velos hasta que los escuchamos con el corazón bien abierto.
ResponderEliminar:)
Abrazo!
Muy poético mi querida Esilleviana. Que caprichosa es la memoria que sigue reteniendo la misma música luego de tantos siglos...
ResponderEliminarUn beso y abrazo.
Una composición musical llena de monosílabos, onomatopeyas, carraspeos y gemidos, como sinfonía de amor seguro que está muy bien y es de lo más apasionante. Como pieza lírica no estoy muy seguro de que la pudieran estrenar en el Teatro Real y si la reina acudiría al estreno.
ResponderEliminarMagnífico, aquí nunca hay mentiras, siempre hay un dominio maestro del lenguaje. Bravo.
Un abrazo
Saludos. Vengo leyendo tus textos desde hace unas semanas. En silencio. Nunca he comentado nada. Me parece que va siendo hora de decir que realizas un estupendo trabajo. Complejo y de gran musicalidad sonora. Y que trasmite. Con tu permiso me sumo. Un saludo.
ResponderEliminarJuegas con las palabras haciendo arabescos con ellas, para hablarnos de una difícil sinfonía que solo puede ser escuchada por la autora del relato.
ResponderEliminarMe quedo con tu rara habilidad con el lenguaje.
Un abrazo.
Las uniones clandestinas nunca ganan en la balanza por muy buena sintonía que tengan... es lo que hay...
ResponderEliminarBesos abisales
¡¡ ERES PURA RETÓRICA !!
ResponderEliminarMe encanta tu manera de pensar ... y de ver el mundo.
Te sigo, a patir de hoy.
Un beso
intentó imitar lo inimitable,fue mortaja la palabra,no entendió.
ResponderEliminarabrazos, amiga*
A liberdade da vida sempre se converte en melodía, sempre acaba encaixando nalgún lugar, aínda que ser libres conleve gruñidos, carraspidos... e non sempre sexa doado. Apertas desde "mundo filispines".:)
ResponderEliminarA liberdade da vida sempre se converte en melodía, sempre acaba encaixando nalgún lugar, aínda que ser libres conleve gruñidos, carraspidos... e non sempre sexa doado. Apertas desde "mundo filispines".:)
ResponderEliminarMi pobre, total, para nada.
ResponderEliminarUna pena.
Abrazos, Esilleviana
Ío
Una mortaja o un Réquiem?
ResponderEliminar:)
Una blanca para un amor ciego y sin palabras?
Besos, Esi.
Debe sonar a gloria en esa lira de Ur...
ResponderEliminarbravo
dos abrazos