"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

jueves, 5 de abril de 2012

Paleta mendocina

Julio César Ovejero

Sentir el tempo presto de un soplo en el ojo, ayuda a captar la sudoración de horas que conlleva el impulso de la propia nostalgia. Hoy dejé abierta la quietud de la morriña como si de una exiliada se tratara, al ser expulsada de su país por una determinada ideología. La venero siempre que aparece, a modo de sencilla menina que sirve a la infanta de la retentiva. Irrumpe apaciblemente, con estampas rebosantes de palabras que se emborrachan y de "cucarachas" que tocan el violín. Y así, continuas rescatando y exhumando los restos del viejo cementerio hasta descubrir que el mismo sepulturero es un viejo amigo de la infancia. Sobre el tablero, con los pies en la báscula, tu secreta y enigmática presencia se tambalea en un adiós alterado por la sonrisa de algunos gajos de las flores que regalas. Entonces desde las pequeñas esferas concéntricas que se mueven los astros de tus pensamientos, haces sonar las alas, de forma repetitiva, en respuesta al silbato que imita el canto del ruiseñor, preparándome para disparar. Entre tanto, con una sola frase ladina y vivaracha consigues merodear haciendo ronda delante de la joyería, lustrando el pellejo de vino. Hasta llegar a la chispa eléctrica de la bujía de repuesto que guardas en tu mano, bajo la única barahúnda del neceser de tu locura, manteniéndose fiel a la máscara de tu piel. El humectante que recibo de tus yemas, estabiliza el contenido de suero que necesito para evitar deshidratarme.

19 comentarios:

  1. Y como si de un tango se tratase,
    bailan mis palabras ceñidas
    al estrépito de tu señuelo.
    Prosternado ante el carácter lenitivo
    de tus dulces y caprichosas vocales.
    Rendido ante el clamor perseverante
    de tus indómitas consonantes.

    ResponderEliminar
  2. Yo recibo el humectante de tus palabras para seguir hidratando mi alma. Beber de ti, de tus textos es enriquecerse interiormente y para agradecértelo muevo mis alas en señal de reconocimiento.
    Besicos, guapa.

    ResponderEliminar
  3. Que bien aplicado el tèrmino 2barahunda" a la locura.

    Hacìa mucho que no lo leìa.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. La química tiene mucho que ver con el amor y los sentimientos, hay algo en el aire que nos lleva a la atracción y no solo la fisica, afortunadamente, pues la fisica siempre la suspendí.
    Un beso

    ResponderEliminar
  5. Nostalgia, morriña, un viejo cementerio, el silbo que prepara el disparo...es la lluvia, la primavera a medio hacer.

    Pero el sol ya viene.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Pura ósmosis.
    Como leerte y aprender.
    Así.
    Más o menos.
    Y el ruiseñor que siga cantando, así nos parece la vida más llevadera.
    Besos, Esi

    ResponderEliminar
  7. Estaba volviéndome loca con tantos enlaces hasta que encontré "la "sonRRisa" de los dientes gengivosos" y ahí ya, Esi, ahí ya no pude más: ¿por qué te empeñas en volverme loca? por qué, por qué, que diría Mouriño...

    ResponderEliminar
  8. Al final ese humectante se cuela por todos los poros, tejidos y tejidos humectándose...melodías...

    ResponderEliminar
  9. La palabra cementerio se asemeja a comentario. Entonces callo. Y te adoro los dedos.

    ResponderEliminar
  10. Salto como esa cucaracha que toca el violín de enlace en enlace y no sé si me pierdo o me encuentro entre esta paleta y sus misterios ocultos tras los links. L

    Loca ya de tanto discurrir me dejo llevar y me imagino salvada de la muerte por el sepulturero amigo, volando por esa montaña exiliada de inicio.

    Un beso,

    ResponderEliminar
  11. Viajo por tus palabras, por este sugerente caleidoscopio y sigo las señales, los hitos del camino. Reconozco estar extraviado o despistado en un viaje de idas y venidas, atractivo y extraño. Un saludo.

    ResponderEliminar
  12. Entre los colores de esta paleta que me ha hecho salir y entrar tratando de visualizar todo el cuadro o escenario de tu recorrido, creo que voy a necesitar hidratarme.
    jeje

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. y yo que suelo tener algún que otro "ataque" de sensualidad/sexualidad literaria cada tanto, aquí me encuentro con este texto que juega entre humedades y locura. Nena, que se vuelan mil pájaros o al menos a mi me ha pasado

    besos

    ResponderEliminar
  14. Yo lo titularía, "caleidoscopio primaveral", morriña incluida. Hay que ver con qué maestría juegas con las palabras.

    Un beso

    ResponderEliminar
  15. Pues te digo que me leí cada uno de los enlaces que pones ahí. Qué cosa más interesante. Me dejó inquieto aquello de las cucarachas y el violín. ¿Se emborracharán para tocar el violín? Yo me a punto a semejante farra.

    Fíjate que este texto me hizo acordar casi en un latigazo El Cuervo mientras está parado en el busto: 'Sobre el tablero, con los pies en la báscula, tu secreta y enigmática presencia se tambalea en un adiós alterado por la sonrisa de algunos gajos de las flores que regalas. Entonces desde las pequeñas esferas concéntricas que se mueven los astros de tus pensamientos, haces sonar las alas, de forma repetitiva, en respuesta al silbato que imita el canto del ruiseñor, preparándome para disparar'.

    Con:

    'Mas cuando abrí la persiana se coló por la ventana,
    agitando el plumaje, un cuervo muy solemne y ancestral.
    Sin cumplido o miramiento, sin detenerse un momento,
    con aire envarado y grave fue a posarse en mi portal, en un pálido busto de Palas que hay encima del umbral;
    fue, posose y nada más.'

    Un abrazote. ¿Qué hiciste de S.S? Yo caminar montaña arriba, en barca río abajo y en cuerda en caída libre.

    :)

    F.

    ResponderEliminar
  16. Nunca llegamos a conocer del todo a nadie, ni siquiera a nosotros mismos, pero, dicen, que ese es lo interesante del mundo. No lo sé, yo no lo dudo, pero tampoco lo confirmo.

    Muy interesantes los enlaces, eso sí...

    Saludos

    J.

    ResponderEliminar
  17. Como exiliada voluntaria dejo penetrar tal vez demasiado a menudo a la nostalgia por las rendijas de mi barahúnda.
    Y merodean sin cese las viejas cucarachas que tocan el violín...
    Besos, preciosa.

    ResponderEliminar
  18. Dejar abierta la morriña y la nostalgia... no sé, yo creo que se nos escapa sin que realmente queramos, a veces :)

    Besos abisales

    ResponderEliminar