El fondo del retrato era indiferente, no recuerdo si aparecía un tabique gris o una cortina apagada, pero tus ojos bajaban ligeramente la mirada a algo que sostenían tus manos, quizá un libro o un periódico. Aquella asimetría facial te hacía inconfundible. Lo más destacado de tu cara era el iris marrón y verde oscuro de cada ojo, entre tanto ese manantial te hacía ser consciente dentro de los propios sueños. Aprendiste a poner toda clase de caras en las instantáneas que te tomaban, con una sonrisa voluble sin abandonar tus cejas irregulares y la nariz rumpole que siempre te caracterizó. Sin embargo, en aquella fotografía había un pequeño espacio que no resultaba visible a mis ojos, desprovistos de espejos calientes donde captar la radiación infrarroja de la evidente claridad de tu piel. Te propusiste dar la vuelta al mundo para mudar esa piel fría, llena de sombras que ocultaban la corteza que te despegaba. Y ahora que me apliqué a mirar con más profundidad los retratos de los demás, a descubrir una nueva piel en el grueso de los tejidos, aparece tu fotografía entre la viveza y la promesa de la movilidad de una nueva talla.
No, no creo que su mirada conducía a sus manos, iba mas allá, mas hacia el triángulo de las Bermudas que tenia enfrente con ella...jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
Siempre quise agujerear las fotos con mi gesto. Pero nunca pude. Todo va al basurero. Y aunque te apliques, mi imagen pronto ser{a absolutamente nada.
ResponderEliminar"Fui educada en el sentimiento de culpa: una perra sentada a la que le ordenan que se siente".
ResponderEliminarYa no recuerdo donde lo leí.
Quizás Hempel.
¿Una música?
Bonita, para compensar:
http://www.youtube.com/watch?v=NAcP-HT_wM0
Endavant...
la foto supo congelar la realidad de la mirada, estando frente a frente siempre logras manipularme, seducirme...
ResponderEliminarbesos, linda
Yo nunca me tomado una foto. O sea, sí, me las he tomado, lo que intento decir es que nunca he sonreído en una.
ResponderEliminarBs.
Cuando cada cosa nos lleva a su retrato, eso es amor...
ResponderEliminarUN retrato, una imagen que masticar. Un instante de ese ser que nos invita a abismarnos en la profundidad de su piel para ir descubriendo toda su esencia. Y sus ojos, como los míos de castaño y caqui, de camuflaje...para evitar ser descubierto en un pensamiento demasiado revelador, demasiado elocuente como para descubrir todo su amor.
ResponderEliminarCon tu post, el retrato, evoco la frase del escritor Nooteboom: El recuerdo es como un perro que se echa donde se le apetece...
ResponderEliminarUn abrazo, Monique.
una imagen congela el tiempo y hace que todo quede parado a nuestra merced
ResponderEliminarun abrazo
Las fotos parecen congelar el tiempo, pero están vivas, siempre...
ResponderEliminarun beso
en ella se atrapa el momento, un pedacito de alma
ResponderEliminarEl retrato no necesariamente es una fotografìa.
ResponderEliminarA veces, otras cosas nos pintan de cuerpo entero.
Buen texto.
Un abrazo.
Una foto es una verdad concentrada en una milésima de segundo. Solo eso. lo excitante es el antes y el despues.
ResponderEliminarUn abrazo
Las fotos son las únicas dueñas del momento que han retratado. Luego, ya nunca nada vuelve a ser igual.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro que te haya llegado bien. Espero que te guste.
ResponderEliminarUn abrazo
Esos retratos, que más allá de nuestros gestos... a veces nos retratan el alma :)
ResponderEliminarBesos abisales
No hay caso, no importa nada si ella tiene esos ojos tan lindos verdes-marrones...
ResponderEliminarBesos!!
Vuelvo y me reencuentro con tu prosa exigente y perspicaz que hace de cada relato un mundo por descubrir.
ResponderEliminarMuchas veces la fotografía es la llave de los recuerdos. Y otras son precursoras de nostalgias.
Lo que nunca pueden, es dar debida fe de los momentos vividos.
Un abrazo.
La asimetría en el rostro es lo que nos hace bellos (o no) todos tenemos un lado bueno para las fotos y para todo (y un lado malo)
ResponderEliminarUn beso
Siempre estoy buscando esas particularidades en las personas que me recuerden que somos imperfectos tanto por fuera como por dentro. Un abrazo.
ResponderEliminarSe distingue mejor ahora que se decidió a salir de entre la multitud y ser ella misma.
ResponderEliminarBesos, Esi
Entre tanto rostro siempre asaltan aquellos a los que la memoria se encapricha en reconocer, sin importar que el contexto cambie. Me encantó el hilo narrativo =)
ResponderEliminarUn beso y abrazo-
P.D
ResponderEliminarEsilleviana, de casualidad tienes noticias de Antonio, y de la "privatización" de su cuenta?
A mi me ha parecido el retrato de un retrato, que ya es curiosa la forma de enlazar la imagen y el movimiento que tiene en sí el texto descriptivo. Los retratos son instantes que se paran para que los retratados puedan continuar con los cambios oportunos que la vida nos depara, físico y espirituales.
ResponderEliminarUn beso. (Disculpa mi tardanza, es que la primavera me hace un poco ápatica -que no antipática- y me deja sin ganas de hacer nada )
qué preciosidad de fotoooo !!
ResponderEliminargracias, gracias, gracias por el enlace :D
Besos abisales
No querida, yo támpoco estoy invitado =P. Y no, no somos nosotros (jajaja no me había pasado por la cabeza), aunque como todo queda libre de interpretación.
ResponderEliminarUn beso
Cuántas veces interpretamos lo que vemos de un retrato, creando historias... incluso del nuestro, a lo largo de los años ¿recordamos qué mirábamos?
ResponderEliminarabrazos, guapa :)