Desde el último encuentro que mantuvieron, tuvo la confianza de que él se conservaría en un recuerdo permanente, al igual que la Biblioteca Nacional guarda con cuidado los manuscritos del siglo XV. De nuevo la espina de la nostalgia de aquel otoño se introducía en la carne y las demás aflicciones salían a su encuentro, sin celebraciones y guardando silencio, pero sobreviviendo al naufragio. La decisión estaba tomada, encubrió sus ojos viendo la realidad tal y como es, viajando a algún país de Latinoamérica en busca de oportunidades. No tenía claro qué punto elegir, la baraja estaba sobre la mesa: México, Argentina, Colombia o Panamá. Las ruinas del piélago le correspondían en la soledad autoimpuesta. Agotada de ir de ventanilla en ventanilla portando sus penurias, basado en un título universitario junto con la licenciatura que le concedieron con la beca de postgrado, en ocasiones advertía como la desventura empantanaba su ánimo inquietándose ante ese atosigamiento. De ese modo, los tres o cuatro hábitos sencillos que la escoltaron en su peregrinaje dominó su espíritu, puesto que la calamidad de uno persigue a los errores de los demás. Sujetarse firmemente mientras descendía por la escalerilla del avión fue como otorgar a la senda del éxito la final de su mundial, ubicándose como una española residente en el extranjero, alejada de todos y avanzando en su trayecto. Había vuelto a soldar sus ataduras para conseguir crecer.
Todo lo que cambia, donde cambia, deja detrás de sí un abismo.Antonio Porchia
Soldar las ataduras no es fácil, pero es imprescindible para crecer.
ResponderEliminar(¿serías tan amable de darme tu correo? lo busco en el perfil y no lo encuentro y necesito hablarte de Gógora y Quevedo)
Y la vida es un eterno cambio.... Bellisimo post...
ResponderEliminarPor favor vuelve a mandarme tu comentario a mi post, pues por error lo borre.
Isaac
Es posible que la madurez se demuestre en la capacidad de elegir en qué momentos hay que soldar y en cuáles hay que soltar.
ResponderEliminarHasta pronto.
Siempre tenemos que hacer sacrificios para poder seguir adelante y alcanzar lo que queremos o lo que podemos, en algunos casos. Bueno, no me hagas mucho caso, hoy parece que mi vena filosófica está mas hinchada que otros días. Jijiji. Besos.
ResponderEliminarsi ese sacrificio lejano conlleva ir a peor, uf, seguro que me lees cuando me pongo críptico en entrelíneas
ResponderEliminarDejar atrás lo que no nos enriquece es una forma de amarnos a nosotros mismos y de abrir nuevas etapas
ResponderEliminarA veces tenemos que recorrer mundo para reencontrarnos. Abrazos
ResponderEliminarHay que estar muy entero para salir a peregrinar, mas allá de la propia madures. Mirar no solo es abrir los ojos.
ResponderEliminarUn gran abrazo!
Así se encuentran por docenas muchos hijos de Sudamérica, que vienen en busca de oportunidades, que luego resulta que són espejismos. Lo mas humano es ayudar, pero no es lo politacamente correcto. Consuela qua algunos sí encuentran su tierra prometida en su peregrinar.
ResponderEliminarbuena reflexion. Saludos.
a veces no sabemos de dónde sale tanta valentía
ResponderEliminarno se tiene sino lo que se deja con el tiempo...
ResponderEliminarme encanta este texto, así, de una!
abrazos
Crecer, para poder decrecer en el camino, y seguir los ciclos
ResponderEliminar¿MANUSCRITOS DEL SIGLO XV? ¡¿DÓNDE?!
ResponderEliminarQuedarían bien junto a mi Códice Calixtino...
La de veces que he estado a punto de volar a México y dejarlo todo atrás.. no sé si para crecer o huír... cuando se toman ese tipo de decisiones, son de las de ya no hay vuelta atrás.
ResponderEliminarLuego lo vuelvo a pensar y ...
Besos.
Percibo que has cambiado el rumbo, y ahora me gustas más.
ResponderEliminarSalu2.
Hay que ir donde podamos madurar y crecer, donde podamos desarrollar nuestros conocimientos y nuestra vocación.
ResponderEliminarUn beso
Que momento tan dificil cuando se está en la encrucijada de la decisión. Siempre digo que la libertad que nos otorga ese derecho, a la vez se vuelve una carga demasiado pesada por la responsabilidad que conlleva.
ResponderEliminarprofunda entrada la tuya.
Un ab razo
La protagonista sabe lo que hace, siento que hay que estar en sus zapatos, de todas maneras latinoamérica no es sinónimo de barbarie ni troglodismo. En fin.
ResponderEliminarUn placer venir a apoyar tus relatos.
Un abrazo.
A ver, Señuela, esto no será autobiográfico, no? ¿No estarás pensando en irte?. Y de ser así, enohorabuena, yo siempre voy a estar a favor de los que busquen enriquecerse (no tanto de los que huyen)
ResponderEliminarSea como fuera: nos volvemos a ver en septiembre
Me dejó un sabor a exilio en las amígdalas, a un volver la vista atrás y descubrir un océano furioso.
ResponderEliminarAbrz.
esta historia se veia en España hace muchos años, pero ahora por desgracia, todos los jovenes tienen que dejar atras sus vidas para tener un futuro. Que bien describes esta situación tan desgarradora para ellos y para sus padres.
ResponderEliminarUn saludo
Terrible momento. Cuando parece que en TU lugar no se puede más. Si lo sabremos acá. Un beso.
ResponderEliminarSi lo ha decidido así, es que algo le espera.
ResponderEliminarLa seguridad en lo que hacemos ya es un gran paso.
Besitos
en cualquier punto del globo hay historias así, incluyendo las grandes y super desarrolladas urbes, es cosa de escarbar un poquito
ResponderEliminargran relato , lleno de reflexiva mirada
un alto en la vorágine para reparar en ello
Besitos Y mil felicidades!!
Hay ataduras de las que mejor desprenderse a tiempo.
ResponderEliminarSaludos
J.
la madurez no existe..
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tus palabras que llegan a todo aquel que ha vivido de una u otra manera esta experiencia...luchar, luchar, es lo más importante,mas adelante vendrá la libertad..¡gracias!
ResponderEliminarLas espinas de las nostalgias del otoño duran lo que se tarda en llegar a un lugar en primavera. Bajar la escalerilla del avión es reencontrarse con al esperanza.
ResponderEliminarUn beso
este posteo me trae muchos recuerdos. Porque esta especie de aventura forzada de la protagonista española en estos momentos, es la misma que muchas mujeres y hombres argentinos pronunciaron hace unos diez años desde mi país, Argentina (me toca muy, pero muy de cerca)
ResponderEliminary vos sabés que muchísimos de ellos tomaron como destino tu país. Es duro tomar la decisión, desgarra, aisla, templa caracteres, enseña a tragarse lágrimas y también fortalece en el crecimiento
besos mi querida
Hace unos años atrás estuve a punto de irme a buscar nuevos horizontes a tu País, un mes antes de viajar soñe a mis hijos llorando la ausencia, desperté bañado en lágrimas y ya no puede irme, la sigo luchando como muchos aqui, o afuera, es tan duro romper ataduras que no todos lo logran, yo no pude.
ResponderEliminarCariños.
Buena predisposición para nuevos horizontes...cambios y bautismos
ResponderEliminaren nuevas consonancias...
Qué bien me lo paso leyéndote!
a veces los cambios requieren valor,
pero el que no arriesga...
nunca vence, ni siquiera a si mismo.
Besos oblícuos...)
la calamidad de uno persigue a los errores de los demás... tan cierto como la luz del día.
ResponderEliminarMuy bueno, niña :)
un abrazo
qué cosas... mientras leía, escuchaba la música de la serie Perdidos