Al divisar tanta comida en la barra sintió como si un mago le escamoteara un par de palomas y un conejo, enmascarando su manducar con inapetencia. No soportaba que palparan la comida con las manos, si bien alguna vez había sentido ese deseo anormal por alimentarse a modo de un asturcón en un pedregal salvaje. Pero ese día de otro partido del siglo, al examinar a la escultura del cocinero acentuado y erguido sobre el estribo de un escalera de color, devorando atropelladamente espaguetis sin masticar, anticipó el anuncio de la resistencia natural, la incompatibilidad del organismo hacia el tejido transplantado: su corazón. Repasó el conjunto de platos, la carta del día, sin embargo no cumplió las condiciones exigidas para celebrarlo con un buen atracón. Y así, analizando el orden de las palabras del menú expuestas en el tablero, con un palabra tras otra inclusive la última, finalizando con un puntada en forma de nudo, descansando del que habla y del que escucha, se encontró con ella misma. Fabricaba percepciones, sentimientos, lamentos y conjeturas para distraerse, componiendo cualquier entidad interesante, tanteando identificarse con uno de los posibles significados, mientras presentía la falta de obligación y autonomía para consumir las palabras.
No se me había ocurrido pero...saldrá un buen poema de la carta de un restaurante???
ResponderEliminarESI, menudo menú a la carta, carta de colores o calores; Palabras estructuradas en el corazón que palpita en la mano. Por cierto, no comas palabras, a veces pueden ser indigestas, mejor un buen plato, sea el que sea.
ResponderEliminarUn abrazo.
y todo esto para que tus lectores dejemos de hacer ayuno!!!
ResponderEliminarbuenísimo...
Hablar de comida me cabrea, recuerdo lo que ya no puedo comer y me arrepiento con gran dolor de lo que no debiera haber comido.
ResponderEliminarUn beso
Me encanta la última frase...es como la guinda que corona una tarta, la miras, la tomas entre el índice y el pulgar, te la llevas despacio a la boca y te olvidas de lo ingerido anteriormente.
ResponderEliminarTe dejo un beso, Esi.
No es bueno comer sin hambre, como tampoco lo es beber sin sed, dormir sin sueño o incluso hacer el amor inapetente o amar por amor al romance...
ResponderEliminarCuando se trata del deseo o del alimento...
conviene y sería aconsejable, desear sin medida
y comer con apetito.
No nos podemos permitir encontrarnos a nosotros mismos en silogismos de temas que nos son totalmente irrelevantes e intranscendentes.
Sería tan solo una burda copia de nuestra identidad, una elocuente falacia de nuestro ser.
salud y buenos alimentos
Con los espaguetis que sobraron en el plato sin retirar del último comensal, elaboró las palabras: "menú del día". Se lo mostró al camarero, que tomó nota, y, raudo como una zeta, le trajo un plato con las letras del abecedario. -De primero, sopa de letras-. Dijo, dejando el plato sobre la mesa.
ResponderEliminarSaludos.
usted me perdonará, pero yo estoy encantada de venir aquí a "consumir palabras" y alimentarme con ellas.
ResponderEliminar:)
Nada como un restaurante, en comida solitaria para comer con los propios pensamientos y palabras...
ResponderEliminarEs que yo antes siempre pensaba lo que iba a escribir mientras desayunaba sola en la cafetería ¡tendré que volver a esas buenas costumbres!
Besos abisales
Es curioso pues, personalmente, no soy muy deseoso de la comida en general. Pero es cierto que algunos platos gozan de más estima que otros. Aún así, me dejo disfrutar de algunas comidas.
ResponderEliminar¡Como siempre un abrazo Esilleviana!
P/D: por la ocasión, ¡buen provecho! :P
Si viéramos la barra vacía de platos, y de palabras comestibles, nos atacaría un pánico insufrible, una desazón inacabable, un terror eterno porque sin comida o sin ese ritual de palabras alrededor de la comida no somos humanos. Y convertirnos en animales sería muy molesto.
ResponderEliminarEsta muy bien distraerse, no sea cosa que se de un atracón, que la deje atragantada con alguna palabra.
ResponderEliminarUn beso.
Pd: a tu pregunta, SI!
Va pensando en una comida (¿homenaje, social,...?) y descubre que no es capaz de digerir ni una sola palabra. ¿Le sucederá lo mismo con la comida cuando se ponga a leer?
ResponderEliminarBss.
se me vino a la mente una época, hace tiempo ya, donde la soltería me había pegado por el no querer nada "serio", por estar dispuesta a la diversión solamente. Allí estaba tu barra llena de platos para poder elegir, optando casi siempre por el plato mas sencillo, ese que no me trajera una indigestión al día siguiente
ResponderEliminarno me digas nada, ya sé, pero me vino a la mente eso, je
besos linda, un abrazo
¡Hola!
ResponderEliminarPues si aveces las sensaciones mandan...
Saludos de J.M. Ojeda
OLE OLE y OLE
ResponderEliminarbesos y abrazos :)
cocinaba historias....
ResponderEliminarmagnífico, como siempre.
mil besos*
palabras disosiadas que nos llevan a otras, a percepciones a sentimientos, tantas como la comida en la barra, a veces dan vértigo...
ResponderEliminarEncontrarte a ti mismo y alimentarte con tus propias palabras es autofagocitarse. Difícil escoger a la carta, y probablemente indigesto.
ResponderEliminarESI, jajaja....
ResponderEliminarSaluda de mi parte al gran lider...mañana lo tenéis por allí...ya sabes....acabo de verlo en la tele. Increible. Y, sabes lo peor?. Las encuestas dan ganador al partido en una Comunidad que ha sido siempre de otro color más carmesí.
Un abrazo.
Empacharme de palabras y quedar gustosa del atracón de mi vida.
ResponderEliminar:)
Abrazo!
El tiempo pasa irremediablemente
ResponderEliminarMás rápido de lo que queremos,
Vamos a disfrutar de cada momento,
Vamos a ser más feliz.
Los recuerdos de buenos momentos
Que sea con nosotros,
Vamos a vivir plenamente y con alegría
Y que no está solo.
No perder el tiempo,
Vamos a vivir con dignidad,
De la vida cotidiana
Suavemente expirado.
karolina ; ))
Tienes la soltura y la contundencia de plantar a tu lector frente a una escena que, a veces, hasta pareciera trivial, luego lo llevas por sinuosas galerías interiores del (los, la, el) protagonista y lo sacudes al final.
ResponderEliminarFelicitaciones.