Frente al bloque de barro frío emprendió la pequeña obra que entrañaba cierta dificultad: esculpir el molde de barro a partir del diseño de la máscara que ella misma había ideado. Debía evitar que el papel se pegara al molde cubriendo toda la horma con aceite quemado. Una vez desprendida la matriz añadió papel maché y papel de periódico con una mezcla de almidón de yuca, secando más tarde toda la máscara al sol. Poco a poco fue separando distintas piezas de papel, a modo de troquel, volviéndolas a unir con cemento para tener una máscara hueca. Una vez desecado la máscara comenzó a decorarla a su gusto. Al colocársela se dio cuenta de que había elaborado una máscara para descubrirse y aparecer ante el disfraz de los demás, bajo el pretexto de apoyar su cabeza sobre quimeras imposible de realizar, lejos del barro con el que se tapa los agujeros del jardín.
Más teatros, máscaras y apariencias en el blog de Neogeminis
Dices con poesía, escribes con sentimiento. Las máscaras, las quimeras, todo, está hecho de barro, lo diferente está en como lo manejamos.
ResponderEliminarEso me pareció descubrir en tus palabras y me gustó quedarmelo.
besos.
Quien no tiene mascaras?
ResponderEliminarYo tengo varias. No las uso con mi novia. nada mas.
En el trabajo si.
Un abrazo.
Las palabras nunca serán una máscara, pero sí tal vez un disfraz.
ResponderEliminarUn beso.
Menudo trabajo se tomó, yo hubiera ido al chino a comprar una...jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
"una máscara para descubrirse"...muy apropiada metáfora para eso que llamamos búsqueda de identidad y que tantas veces termina siendo burda copia de modelos impuestos.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por sumarte
¿Una máscara para descubrirse alejada del barro? Yo lo llamaría Evolución de la consciencia en la materia. Y me parece un uso muy bueno de la máscara.
ResponderEliminarExcelente.
Un beso
Casi mejor descubrirse que andar con la máscara puesta todo el día ante el prójimo... Buen relato. Abrazos
ResponderEliminar¡He vuelto! ya toca ponerse las pilas y volver a escribir, leer y estudiar y entremedias a trabajar, bueno poco a poco.
ResponderEliminarBesos
Todo el proceso lo conozco, he hecho máscaras papel maixé, las he decorado, no hice dos exactas, no se puede con las manos reales, siempre muestran "detalles" que las hacen únicas e intransferibles.
ResponderEliminarBesitos.
¡Que maravillosa paradoja! Muchas veces le damos vueltas a eso del continente y contenido. Y otras tantas no sabemos si aun estando a solas olvidamos quitarnois el disfraz. O ponerlo. Maravilloso este relato Esi. Te superas de manera formidable. Y para que no existan dudas, te lo digo a calzón quitado. Saludos
ResponderEliminarUna máscara que nos haga sinceros y transparentes, tal y como creemos que somos, el problema es cómo nos verá la gente y si realmente somos como pensamos ser. Sea como fuere, en ocasiones es un signo de prudencia utilizar la máscara más conveniente, dado que los puñales están al alza y nuestra espalda está demasiado expuesta a los rayos del sol, habrá que ir pensando en filtros solares que incluyan un poco de barro en su composición...Para volver al paraíso, la imaginación ya la ponemos nosotros
ResponderEliminarYo creo que no conocemos nuestra propia realidad, aunque tengamos cien años: siempre nos preguntaremos ¿por qué hice esto o aquello?y no encontraremos respuesta. Y, si no nos conocemos, ¿como vamos a mostrarnos a los demás?
ResponderEliminarMuy bueno lo de hablar hoy de quimeras...
Hola, Esilleviana...;)
ResponderEliminar¿Son nuestros yoes pequeñas máscaras?
Me da que el concepto es muy amplio y, a menudo, inevitable. La máscara es sinónimo de falsedad, a veces, aunque no siempre.
B7s
Mascarita que en verdad nos deja desnudos ante el mundo...Y un abrazo.
ResponderEliminarTodos se ponen la máscara para ocultarse y tu personaje lo hace para descubrirse, curioso matiz y giro el que has dado al tema. Por cierto, que siendo de este modo no me extraña que se tomara tanta molestia en preparar la máscara... Un beso.
ResponderEliminarHay rostros que son falsos como máscaras baratas y hay máscaras que son reales como el reflejo de un espejo.
ResponderEliminarLo difícil es distinguirlas. Un abrazo
todos llevamos una máscara que lamentablemente no está construida con almidón de yuca ni con papel, y que no hace falta ponerle aceite quemado para que no se pegue al construirla, simplemente la vamos construyendo con sueños rotos que mientras más nos aferramos termina siendo picapica, moldeada con nuestras lágrimas que se van cayendo al suelo y aunque tratemos de vitarlo se escurren por nuestros dedos, se va secando con el odio que el mundo nos contagia por vivir al lado de seres grotescos, y se va endureciendo como nuestra alma mientras secamos al mismo tiempo nuestro corazón y nos damos cuenta que el rostro al vernos al espejo ya no es el mismo, que una horible máscara cubre nuestras facciones, nuestra sonrisa tímida, nuestra mirada inocente, nuestro llanto que es absorbido por aquella máscara que nos cubrirá por siempre....
ResponderEliminarToma ya! Por una vez que digo mira, hoy esta ella sin dobles sentidos ni profundidades, que va! no serías tú entonces. Otra vez haciéndonos pensar
ResponderEliminarUna máscara para desenmascararse? Que interesante propuesta ... una máscara para desenmascararse ... perdón que repita pero estoy pensando ... que máscara elegiría para desenmascararme. La de la comedia sin dudas, me parece que a través del humor se puede contar la historia mas terrible o la mas triste. Porque además si hay humor la gente escucha; si uno ataca de entrada con el lamento y la lágrima todos huyen ... .
ResponderEliminarMe gustó su reflexión che (o mas bien lo que yo entendí de su reflexión, parece que su deshibernador de ideas funciona!)
Abrazos pensativos
Tanto trabajo para elaborar una máscara con la que descubrirse es señal inequívoca de que desea con todas sus fuerzas mostarse al mundo tal y como es, sin fisuras ni engaños. Cosa rara hoy en día en que todos andamos ocultando nuestras propias pequeñas miserias cotidianas.
ResponderEliminarGenial y diferente como siempre.
Un abrazo
¡Qué buen final¡
ResponderEliminarTodos llevamos máscara, con barro y papel o sin él,
Si los demás la llevan, hemos de tener a mano siempre las nuestras. Y ser más prácticos.
ResponderEliminarBesos, esi
Nunca he construido una máscara, y tras leerte, estoy seguro que seria tan yo, que no merecería la pena el dolor de la goma en mis lindas orejitas.
ResponderEliminarAbrazo sostenido
Forma de construir una máscara, luego el usarla ya es optativo. Un beso
ResponderEliminarMagnífica vuelta de tuerca antes del punto final. Me encanta eso de descubrirse ante las máscaras de los demás ¿no es verdad que todos llevamos una dependiendo de las situaciones y circunstancias? . ...¡incluso yo misma!, llevo un dibujito de un rostro por perfil. Y claro, lo hice y lo dibujé pensando en mí seguramente ... y esto me da qué pensar...y mucho. :)
ResponderEliminarUn abrazo Esilleviana
Y es que aveces pasa Esi, que las máscaras que nos ponemos por largo rato al quitárnoslas se nos llevan pedazos de piel. Y nos vamos con ellas y nos quedamos sin nosotros. Ser es muchas veces parecer, ¿no? ¡Un abrazo enorme! F:
ResponderEliminarMás fácil resulta llevar el rostro limpio y lavarlo diariamente con agua y jabón...
ResponderEliminarBesos, Monique.
p.d. nuestro gran poeta Octavio Paz, decía: máscara la sonrisa y máscara el rostro...
Por fin te has pasado a las manualidades, jaja.
ResponderEliminarAbrazos
Decálogo de intenciones, descubrirse ante el disfraz del resto... y en el camino el trabajo de realizarse desde el barro de la tierra madre hasta el moldeo personal de la vida. Una vez te reconoces la máscara desaparece...
ResponderEliminarBesos!!
Una máscara que desenmascara... hummm interesante. Hay tantos que llevan siempre puesta la máscara, que ya forma parte de su integridad como persona.
ResponderEliminarMuy original, Esi.
Bss.
Muy bien, aquí pasa al revés, ella se descubre, porque son los demás los que llevan la máscara. Muy bonita la descripción que haces.
ResponderEliminarUn abrazo
Quiero que sepas que cuando escribía eso, casi me había puesto en tu lugar de "escritora", aunque claro, es difícil alcanzar la complejidad del lenguaje del cual hacés gala.
ResponderEliminarY ahora que vengo a decírtelo, pienso en el paralelismo de nuestros escritos, las máscaras, la luz como artilugio, todo lo que nos vela, nos desnuda o nos oculta demasiado. Un abrazo.
Conocía algo el proceso de cuando era niño, pero me ha gustado mucho recordarlo. Muchas gracias por tu entrada. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Me encanta lo de la máscara que descubre tu auténtica realidad. Creo que a pesar de lo que podamos pensar de nosotros mismos, todos necesitamos en cierta medida una máscara así, o al menos eso parece desprenderse de ese descubrirse "ante el disfraz de los demás".
ResponderEliminarUn abrazo.
Una máscara para desenmascararse, que paradoja, y qué bien lo relatas.
ResponderEliminarTantas veces hacemos lo contrario que nos parece que tus palabras fueran una utopía, pero ojalá que no, que mucha gente se tome el trabajo de ser uno mismo, una vez más.
Un abrazo.
Bonito relato de una transformación... todos pensamos que necesitamos máscaras...pero el tiempo las hace desaparecer ;)
ResponderEliminarme gustan tus relatos del jueves!
Besos abisales
Para vivir sin máscaras hay que tener el culo muy limpio.
ResponderEliminarEL hombre siempre esconde una máscara debajo de su rostro, y una debajo de esa, y otra, y otra y otra...
ResponderEliminarExcelente texto!
Saludos
J.
puro teatro...
ResponderEliminarUna máscara para descubrirse, me gusta el camino que has elegido para tratar el tema de esta convocatoria, normalmente ocultan pero ese sentido de exponerse me ha gustado. Mucho trabajo elaborarla para descubrirse...
ResponderEliminarUn abrazo.
Tu relato me recuerda un chiste. Un judío pregunta a otro donde va y este responde que va a Varsovia.
ResponderEliminarAquel le abronca diciendo: dices que vas a Varsovia pra que yo crea que no vas a Varsovia y, realmente ¡tú vas a Varsovia!
Como aquí, formar una máscara para poder ser uno mismo.
Abrazo.
Todos tenemos nuestras mascaras ocultas para los demás y aun visibles ante todos. Un abrazo.
ResponderEliminarLa máscara para descubrirse, yo creo que también la usamos tod@s a veces.
ResponderEliminarYo también, como Natalí, he sido "fabricadora" de máscaras con papel maché y cada una sale con personalidad propia jejeje
Besos
Hola guapa, cuando puedas pásate por aquí
ResponderEliminarhttp://patchworkdeideas.blogspot.com.es/2012/09/nominaciones-y-premios.html
¡Qué fascinante es la identidad!. Quizás ponernos mascaras es un camino de experimentación, de prueba-error, para ir construyéndola. Lo malo (y en eso coincido con María Jesús) es que en la mayoría de los casos nos faltaran años.
ResponderEliminarUn abrazo
ibso
Qué bonito relato. Una máscara para descubrirse puede ser un gran arma...
ResponderEliminarBesos
Máscaras, como las que todos llevamos debajo de nuestros rostros cotidianos...
ResponderEliminarSaludos
J.