La respuesta al daño que ella sufrió no fue proporcional a la agresión que creyó lamentar pero de algún modo fue un recurso eficaz para contener la venganza sin límites. Con un sencillo cuentagotas de cristal, poco a poco logró verter el líquido de su verdadera vendetta en feroces declaraciones de imposturas. Y así preparó algunas vindictas secretas y anónimas: una noche en la que él aparcó su coche cerca de un punto ecológico, al amanecer su vehículo emergió cubierto de diferentes clases de basura: plásticos, materia orgánica, vidrios, cartones. En otra ocasión, él se disponía a acicalarse para ir a trabajar cuando al abrir su enorme vestidor, encontró seccionados todos los picos de los cuellos de sus camisas junto con pequeños cortes en el canesú de la costura vertical de las mismas. Ella aprovechaba cada una de sus obsesiones para marcar las cicatrices: una tarde, cuando él disfrutaba de un partido de fútbol con sus amigos, ella se empleó a fondo en la limpieza del retrete con su flamante cepillo de dientes eléctrico. No llegó a ganar el apacible futuro con el que soñaba solo se enfrentó con una esfera en cuyo interior el multilátero espacio precisaba un orden infinito de creencias contradictorias, incapaz de controlar el olvido y la indiferencia.
Más revanchas y ajustes de cuentas en el blog de Teresa Oteo, PuntosSuspensivos
Amo, AMO a todas las mujeres.
ResponderEliminarBs.
yo soy ese cepillo de dientes.
ResponderEliminarun abrazo.
Cada vez me doy mas cuenta de las ventajas de mi vida en solitario...
ResponderEliminar¡Puag, que asco!
Besos y salud
Hay ofensas que pueden olvidarse, otras, como la indiferencia, lastiman tan hondo que muchas veces abren las puertas de los más bajos instintos.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Una mujer vengativa de largo recorrido? Lo que me ha tocado la fibra mañanera es eso del cepillo y el retrete. De todos modos, igual él se había acostumbrado a esa manera de ser y hasta le hacía gracia. O le parecía sexy, jajajaja (para desesperación de ella, supongo)
ResponderEliminarUn beso
Olvido, aunque duela.
ResponderEliminarOlvido total.
jaja.. no hay peor sentimiento que el de la necesidad de veganza.. se llama rencor? Me ha gustado.. pero que se libere de él...un beso
ResponderEliminarAh ..para responder a todas esas preguntas en privado, pero no puedo acceder a tu email.. más besos
ResponderEliminarLa venganza maquinada con sofisticado empeño, no sé si le cundió.
ResponderEliminarPalabras que manipulas y les das la vuelta como el cuello a las camisas, o las cepillas eléctricas.
Besito.
Yo no hablo de venganzas ni perdones,
ResponderEliminarel olvido es la única venganza y el único perdón.
(J. L. Borges)
Ufff, con lo que cansa eso de odiar. No creo que merezca la pena.
ResponderEliminarEsas venganzas tienen un sabor particular. Lo que no tiene caso es la desaparición del vengado...el juego pierde la gracia. Un abrazo.
ResponderEliminarSeguro que esto le hizo mucho más daño que cualquier otra venganza más impactante, poco a poco para ir minando.
ResponderEliminarBuen relato
Un abrazo
Una venganza a pequeñas dosis, cotidiana, continuada...me da que la misma vida quiso vengarse de la protagonista.
ResponderEliminarB7s
Oh la del cepillo de dientes es buenísima! ahjajaja!
ResponderEliminarLa verdad que una venganza fraccionada e interminable sería terrible. Es como el suplicio chino de la gota de agua mas o menos ...
un beso
No sé que toqué ... pero la arriba figurante es Any de Remando (por si las moscas ...)
ResponderEliminarbesos bis
ninguna venganza es igual al olvido y la indiferencia.
ResponderEliminary mirá que ha tenido ideas!
saludos!
Fuerte, mucho, porque no se atreve a enfrentarse y apaga su resquemor con pequeñas fechorias...lástima que no se despegue...
ResponderEliminarbesos
Pequeñas venganzas que espero no lleguen a más. El tiempo ayuda a aplacar esa ira. De todas formas, son para él, molestias pero para ella otra tortura. El costo de la venganza siempre lo pone el que se siente ofendido, en este caso se le irá pagando en módicas cuotas. Saludos Esilleviana
ResponderEliminarPues un buen abogado le pondría una buena solución al asunto. Pero el retrete seguro que le quedó bien limpio... a ver si coge una infección de encías el maldito y le caen los dientes uno a uno...
ResponderEliminarBeso, compi!
¡Como me ha gustado eso de limpiar el retrete con el cepillo eléctrico!, que visual, ¡por favor que asco!, jajaja.
ResponderEliminarHay tios que se merecen una venganza, no se si esa, jajaja, pero si que en el momento de máxima tensión en el partido de fútbol un cortocircuito repentino bloquee toda la instalación eléctrica por un buen rato. Y luego un hasta nunca.
Un abrazo
Jajajajajajaja...
ResponderEliminarsutil venganza, bueno, la del cepillo eléctrico no sé si es sutil jajajaja
Besos por besos
Por presumido¡
ResponderEliminarLeo el rencor de ella, el que se tiene cuando no se alcanza cuando no se alcanza la atención del otro.
ResponderEliminarSon lo que mi madre llamaba "venganzas del chinito", venganzas trabajadas y anónimas.
Besos.
Uy! esto si que es ser mala, mala, en frío preparando venganzas
ResponderEliminarSi entre dos se ajustan cuentas, seguro que los dos pierden.
ResponderEliminarMe alegra reencontrarte.
Un abrazo.
A mi me parece buena chica. Tanto es así que cuando aún está tramando la próxima putadita ya lo está casi lamentando. Y tanto es así que hace daño a sus cosas, pero a él le respeta. Tal vez le falte un punto de fiereza que supongo irá apareciendo, por cuanto hay partido de futbol todos los domingos y habrá que inventar nuevas artes. Me encantó.
ResponderEliminarPor cierto el anterior también me encantó, tal vez fue que yo me expliqué mal.Saludos
No sé yo si utilizar el cepillo de dientes eléctrico para limpiar el váter y tus frustraciones es lo más adecuado, pero desde luego es muy original.
ResponderEliminarDespués de tanto tiempo, ya ves, aquí estoy leyendo y visitando a los amigos.
Un abrazo.
Pues no entiendo yo mucho que haga estas cosas, con lo fácil que es hacerle la maleta (que se lo agradecerá seguro...) y decirle donde está el camino hacia la puerta. Vale, siii... antes que limpie el retrete con su cepillo eléctrico, jajaja, ¡que mala es!...
ResponderEliminarMe ha gustado, me marcho con una sonrisilla malévola
Besos!!
Y lo que se tiene que entretener maquinando esas pequeñas venganzas, qué mala idea!, pero como dice Matices, ahí tienes la puerta!
ResponderEliminarDivertido tu relato Esi.
Muchas gracias por tu participación.
Besos.
P.d. Hoy sí lo he entendido jejeje
Una vida dedicada a las pequeñas venganzas, a las pequeñas revanchas que nada repara,... ¡no, gracias!. Eso sería como condenarme a morir en vida.
ResponderEliminarComo te dicen por ahí arriba: puerta y olvido.
Un abrazo
ibso
PSD.: permíteme el atrevimiento de hacerte esta puntualización: creo que falta un punto y seguido después de "No llegó a ganar el apacible futuro con el que soñaba"
Una larga venganza, sufrida por ambos, aunque parezca que solo sufre uno de los dos. Buen trabajo
ResponderEliminarNo hay venganza como el olvido.
ResponderEliminarDesconozco la naturaleza de la ofensa, pero lo que me resulta claro es que las pequeñas venganzas que lleva a cabo, la perjudican a ella en la misma medida que a él. No se puede vivir rumiando rencores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa venganza a cuenta gota, como veneno, va accediendo tan lentamente que al final no se a quien mas daño hace. O si. Pero de acuerdo, y totalmente de acuerdo que no hay contra el olvido.
ResponderEliminarUn abrazo grande :)
De a poquito esta venganza, sufren los dos, tal vez mejor poner tierra por medio y olvidar, no se, ¿oye y limpia bien el cepillo de dientes electrico? jejeje, nada una pequeña maldad.
ResponderEliminarCuanto desamor se respira y que bien lo expones.
Besos.
Pones demasiadas palabras y empañas la escena. No entiendo que te pueda gustar tanto la palabrería, de verdad. Siempre se ve poco entre la niebla.
ResponderEliminarAbrazos
Ejemplo de que la mejor venganza se sirve fría.
ResponderEliminarBesos, Esi
Me ha gustado tu relato amiga. Como he leído más arriba en uno de los comentarios, la mejor venganza es el olvido. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Las silenciosas son las mejores venganzas...
ResponderEliminarSaludos
J.
Una venganza trás otra y cada una mejor que la anterior!!!
ResponderEliminarMe encantó!!!
Un beso
Entre venganzas y revenganzas se pierde la vida sin vivirla.
ResponderEliminarbesos
¡Que trabajazo ese de maquinar a diario una maldad para hacerselas pasar canutas. Bueno, igual se lo merecia. pero digo yo... eso es rumiar el dolor, ¿no?
ResponderEliminarUn besazo
¡Vale! lo has conseguido, me acojonas. Soy tu amigo, soy tu amigo me repito mientras miro el puto cepillo.
ResponderEliminarBeso y abrazo sostenido -quince segundos bastarán-
no, no quiero llegar a esa vida con ese tipo de venganza y odia a aquel que tanto ame por culpa de... quizás todo o algo que nunca existio
ResponderEliminarYo soy una de las personas mas pacificas que conozco, o es lo que me dicen, aun así el ojo por ojo lo entiendo perfectamente y lo apruebo. Un abrazo.
ResponderEliminarMoraleja: huele el cepillo antes de usarlo. Jejeje. Excelente historia. Un saludo.
ResponderEliminarla mejor venganza es la indiferencia;lo demás sólo alimenta el rencor y crea úlceras en el estómago...
ResponderEliminarQue feo vivir así, en tensión permanente, desconfianza, intranquilidad, se pierde el goce, el autorespeto, la consideración a los demás, la lista se hace interminable. Para qué mantener una relación en esos términos? Se cae demasiado bajo aun para darse cuenta.
ResponderEliminarMuy buen relato Esilleviana, abrazo
Me ha gustado. Pero más por las palabras elegidas que por el destino de los personajes.
ResponderEliminarUna redacción pausada pero punzante, llena de giros interesantes, atractivos, sorprendentes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Si al final vengarse no sirve de nada... Bueno, quizás para vivir en un sinvivir constante pensando en cómo devolver el daño que te han hecho... A mí me parece una pérdida de tiempo y de energía eso de las venganzas...
ResponderEliminarEso sí, en el plano de la ficción literaria es otro cantar, jijijiji... Lo digo por mi relato, que se las trae... ^_^
Besitosssssss, Esi. Ya te seguía pero nunca te había comentado. Lo hago ahora que soy "oficialmente" juevera. Anda que, ya me vale, eh? GLUPS!
;)