Gerhard Richter |
El final de agosto, desde hace años, se repite asiduamente sin necesidad de aligerar el paso, tan solo necesito descansar los pies sobre un cojín para que la ceremonia comience. De cualquier modo me siento atrapada por el calor húmedo de las palabras que escucho de tus manos hasta alcanzar el vapor que sale de tu existencia muelle y disipada. A modo de una gota de plata, abro los ojos y veo las barbas de pluma blanca y ligera en el techo como esquifes para escapar a tierra firme. Y tus manos continúan sirviendo en bandeja, copas de aloque con fresas y moras. Los últimos días de este mes hago mi agosto como una concesión gratuita a las noches que nos acurrucamos sobre una alfombra Kilim de Anatolia.
me pesa la cabeza
tengo las rodillas destrozadas
y todo cubierto de barro
avanzo a trompicones hacia tu luz que se enciende y se apaga.
Nazim Hikmet
No sé el motivo, pero leo esta prosa como versos y de seguido...Me gusta y mucho.
ResponderEliminarAbrazo mañanero
Pues anda que, ANDA QUEEEEE...agosto se finiquita, y con él dos sensaciones: a) Rediós qué corto y jo qué pena. b) Que te den, majo, que te den si al marcharte te llevas este calor y humedad delirantes; ese que hace que te despiertes como si cuatro chinos de esos de peli de Bruce Lee te hubieran pillado por banda y atizado hasta en el DNI.
ResponderEliminarPero qué corto se me ha hecho.
Un beso
Estás muy bien así, acurrucada sobre alfombra...Un abrazo.
ResponderEliminarAl pobre Nazim no le enseñaron como utilizar las rodillas apropiadamente, pena...
ResponderEliminarBesos y salud
Se acerca septiembre y el fin de vacaciones para algunos... mañana empiezan la segunda parte de las mías
ResponderEliminarUn beso
Nunca hemos estado en agosto porque nunca hemos atravesado el calendario. Creo estamos es Brumario y mañana iremos a ver los cisnes al lago.
ResponderEliminarEl final es tremendo.
ResponderEliminarAsí me siento.
Un abrazo.
...y sigo recibiendo llamadas, que ahora ni contesto.... tan sólo veo su nombre en la pantalla y dejo que se siga sonando aunque la gente que está a mi lado me mira extrañado.... mi hermana sonríe cómplice al recordar lo que le he contado en aquellas noches en que hablamos de cosas íntimas para poder conocernos mejor y volver a enlazarnos como hermanos.... mi madre me observa algo molesta y pregunta quién es la chica que me llama y que no quiero contestarle, entonces suelto de huesos le digo el nombre, su reacción es pausada como tratando de conseguir todos los recuerdos que le traen ese nombre tan común, entonces reclama a voz en cuello, que es una buena mujer y que yo ya debería de dejar de estar soltero por una maldita vez, entonces le respondo.... que ella tan sólo quiere "sacar su agosto" para luego simplemente desaparecer hasta que su cuerpo le exija volverme a llamar para tener sexo.... pero que esta vez si no me paga, pues no lo haré, esta vez también quiero "sacar mi agosto"
ResponderEliminarA mí me sobra ya lo que resta de agosto. Esta parálisis, esta calma chicha resulta insoportable. Que arranque septiembre de una puñetera vez y que comience la acción.
ResponderEliminarSe va. Augusto. Y llegan, sí, las moras, las uvas, los higos...lo dulce llega en septiembre, aunque con él venga también el trabajo duro.
ResponderEliminarY en otoño, tumbarse en la alfombra, al lado de la chimenea comiendo un queso fuerte, riquísimo: extremeño, por ejemplo.
Qué pena que se acaba el mes, y que relax de micro nos dejas.
ResponderEliminarCasi me pude asomar a tus palabras
Besos
que preciosidad de final de mes...
ResponderEliminaren cualquier caso yo estoy encantada de que acabe, llámame rara pero me encanta la entrada en el otoño, necesito un poco de viento fresco que me espabile del sopor veraniego XD
Besos abisales
Ya las manos ofrecen,
ResponderEliminary los ojos se mecen
en columpios de plata;
cuando el calor enmudece...
Son las plumas blancas
que recoges de entre mis capas,
las que te otorgan las alas
con las que has de sobrevolar
esquivas capadocias pasadas.
Embriaga esa ceremonia de tacto y sabor, todo muy slow. Acogerse a ese especial sentido del manjar resulta un auténtico bálsamo.Sobre todo cuando en ocasiones se piensa en el otoño que se avecina. Se agradecen mucho estos aromas.Un abrazo.
ResponderEliminarMe quedé pensando como sería una existencia muelle y disipada, y aunque no alcanzo a comprender cabalmente el significado de muelle, me parece que quiero una de esas existencias ... ahjajaja!
ResponderEliminarY también quiero fresas y moras, para mi con crema por favor.
Agosto siempre se termina yendo y se lleva el invierno con el, o casi porque todavía está bastante fresco por aquí.
un abrazo
este agosto que me toca en suerte vivir es diametralmente opuesto al tuyo, obvio, hemisferios diferentes. Pero entiendo perfectamente el mensaje aunque el calentamiento global ya ni haga coincidir las estaciones por mas hemisferio que hablemos. Solo queda ponerle actitud y adecuarse, nada más
ResponderEliminarun beso
Escrito así, con esta virtuosa forma narrativa: el final del verano me parece el inicio de una bonita novela en la que la narradora se acurruca sobre su alfombra para contarnos aquel invierno de hace años en el que ocurrió ... ¡bueno!, puedes seguir tú misma ¡que lo haces de maravilla!.
ResponderEliminarBesos Esilleviana.
La ceremonia comienza.
ResponderEliminarmandala, escribiste un mandala
ResponderEliminarabrazos*