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Haleh Bryan |
Toda una artesana atípica con gafas de sol y como respuesta al oráculo de los nuevos dioses, de su mano dimanaba la empuñadura de una percha de batel en el que alojarse en el punto exacto. Allí, en un capricho egocéntrico de la voluta bajo la cuerda de la reserva, restauraba y reconstruía barcas de poco calado pero con un lastre bien diseñado en el centro. Delante de todas la imperfecciones, en el pequeño astillero encontró la resiliencia como la moderación al "modo
de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas" ayudandole a que el propio ritmo no decayera. Una vez recuperadas y aún con nimios balastros, lejos de las vías del tren, paseaba con sus barcas de vela latina por los canales a todos aquellos que estuvieran interesados en disfrutar de la vista. Así pasaba la primavera y el verano por el medio del canal, sobre el río, con el sol oscureciendo sus brazos en una versión provisional.
"La poesía es la ocasión".
Ella vestía los trajes cortos de la primavera.
Andaba con paso de ribera o torso yacente
dejando caer los brazos por entero a lo largo de sus manos más
imprevistas.
Alumna desprendida del aire
la mañana llevaba su color igual que los vidrios la llevan a ella.
Ella seguía enamorada.
Álvaro
Cunqueiro
Alumna desprendida del aire que prendes resiliencias en estelas que se desdibujan...
ResponderEliminarentre versos de ocasión
y medias docenas de tres por dos.
Egregia estirpe de dimanante rocío
esculpes la simiente con diamantes heridos.
MAestra de vicisitudes incontenibles
reina de mis desvarios.
Beso la huella que me impide
seguir de cerca tu sigilo.
No recuerdo quien los escribió: ¿Marti Pol? ¿Margarit?...
ResponderEliminarSon los versos que, ahora mismo, vienen y van por mi pensamiento:
"El meu cor es cansa d'esperar,
però mai no es cansa d'esperar-te"
Hacia días que no me acercaba hasta aquí, !que boba! siempre disfruto, es todo un placer, hoy paseo entre esa barca que recupera lijada a lijada. Y para remate un poema. ¿se puede pedir más? Prometo no retraserme tanto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Preciosos y sutiles son las embarcaciones que talla, pasear en esos ocasos inolvidables montados en su arte. Un abrazo, maestra!
ResponderEliminarResiliencia.
ResponderEliminarLo que necesitamos para que la vida disfrute con nosotros.
Besos, Esi
Dirige las velas adecuadamente... y aun con viento desfavorable llegarás a buen puerto.
ResponderEliminarLa vida es una barca. Y nos lleva de la nada a la eternidad.
ResponderEliminarHermoso texto, y buen poema.
Un abrazo.
exacto texto para el poema de cunqueiro.
ResponderEliminartu relato, vaya a saber por qué, me recordó a "la pasión", de winterson.
besos, maestra*
la primavera no es del corte inglés
ResponderEliminares tuya
El amor permite esa indumentaria.
ResponderEliminarEsilleviana, sos la artesana atípica, escritora de barcas hechas con la pasión necesaria para sobrevivir a mucho más que a la primavera y al verano...
ResponderEliminarUn beso.
En un astillero encontró la resiliencia. Puede subir sus anclas y andar. La poesía en este entretiempo es un buen puerto donde descansar.
ResponderEliminarUn gran abrazo!
La poesía y el amor. No necesitaba muchas más excusas para sus paseos estivales.
ResponderEliminarPermanecer enamorada. Permanecer.
Abrazo.
Encaminar bien los paseos, disfrutar de ellos, de la temporada... imagino un tiempo de ensoñación entre canales...
ResponderEliminarBesos abisales
Desafiando los embates de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo amiga.
El amor y sus condicionamientos... Me gustó la fotografía, eso sí.
ResponderEliminarSaludos
J.
Primavera, agua, amor y cierta melancolía. No por tópicos las cosas pierden su belleza y su necesidad, jamás hay que dejar de escribir al amor.
ResponderEliminarUn beso
Pensar na primavera leva a pensar inevitablemente no benquerido Cunqueiro. Nos seus textos que invitan ao soño, á ilusión, á evasión polos mundos máxicos. Se tes ocasión le algún dos relatos de Escola de Menciñeiros, agora estou coa súa lectura e disfruto moitísimo, era xenial, e aínda río ben con el.
ResponderEliminarSaúdos, Rosañ.
Pensar na primavera leva a pensar inevitablemente no benquerido Cunqueiro. Nos seus textos que invitan ao soño, á ilusión, á evasión polos mundos máxicos. Se tes ocasión le algún dos relatos de Escola de Menciñeiros, agora estou coa súa lectura e disfruto moitísimo, era xenial, e aínda río ben con el.
ResponderEliminarSaúdos, Rosañ.
A ver...! Te cuento: lo que más me fastidiaba de hacer guardias era que nadie pasaba por la vía del tren que cercana a la garita, me aburría. Yo estaba loco por que se escuchara algo y, así, poder gritar: ¡alto, ¿quién va?! (Por desentumecerme y pegar un balazo, haciéndome el héroe). Pero ho había manera. Por eso, me habitué a mi amiga María, bien lo saben los cristales de mis gafas, ¡cuánta querencia a María! hasta que María me dejó dormido desde su poesía y la cagué. El teniente de guardia me pilló dormido y se murió el encanto. Algo parecido ¿no?
ResponderEliminarEl arte es una pretensión recalentada a la timidez de la bacinia urinaria, la histeria nacida en el taller.
ResponderEliminarTristán Tzara.
Aprende, mujer.
Será en enero, será en junio, los canales nos visten de carnavales fatuos.
ResponderEliminarBs.
Poesía, mujer, y una barca en primavera...
ResponderEliminarNaveguemos!!
Besos, Esi.
Ya ves mi querida Esi, mi papá hace muebles. Es carpintero. Su trabajo concentrado -algunas veces a punta de bolero y tango- mientras talla y esculpe y corta, me da la impresión que es como quien se talla a sí mismo. Como ella, que esculpe los barcos por los que navega su propia sangre. Me acuerda esto mucho de "La luz como el agua".
ResponderEliminar¡Un abrazo de buenas noches! Hoy he caminado dando más vueltas que el carro de la basura que me urge vino y cobija.
:)
F.
Hay personas que disfrutan llamando la atención, paseando sus encantos por doquier. Es un estilo de vida, es una manera de sentir algo distinto o no tanto o simplemente sentir algo. Un abrazo.
ResponderEliminarSolo nos tenemos que dejar llevar por las poesía cuando uno lo necesita. Besos.
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