Punta de bombón |
Como si se tratara de arte marginal clásico moderno, creaba sus dibujos en aquel club de solitarios fuera de los límites de la cultura oficial. Entre mesa y mesa del comedor comunitario, rodeada de gays, lesbianas, chinos, rumanos, latinoamericanos y demás españoles, ella era una versión definitiva. Recogía materiales que encontraba en el suelo, así los papeles, los vasos de plástico o las etiquetas de diferentes productos formaban parte de los elementos con los que dibujar y completar los murales de papel continuo colocados sobre las paredes de su habitación. El yugo liberador de los dibujos constituían un razonamiento emotivo que traía a su mente todo un conocimiento indispensable y nutritivo. El secreto compartido de cada uno de sus murales temblaban como un sudor frío ante el anonimato, sin firma y fecha de realización. En aquel tiroteo amistoso dejaba al descubierto el desequilibrio psicológico que atenazaba su memoria: la violencia y profanación de algo tan íntimo y recóndito como su propio cuerpo. Desde entonces, un estribillo acompañó todas sus conversaciones: "en apenas unos segundos, la vida cambia para siempre". Entre las terapias alternativas que le propusieron para aquel misterio sin resolver que su mente no dejó desprender, abrigó aquellos dibujos/murales enraizados en su propia historia. Vivir en el permanente museo de arte contemporáneo facilitó a parte de su familia, sus vecinos y amigos aceptar lo ocurrido aquella noche del mes de enero, que como una periodista discreta había ido derramando su dolor.
Ese estribillo lo he escuchado este año en demasiadas ocasiones, y es así, todo cambia en un instante, unas veces para bien otras para mal y cuando lo hace puede producir esa situación tan limite. Ella vivió en su mundo, en sus murales, los otros olvidaron al parecer consolados por las ganancias.
ResponderEliminarSiempre maravillosas palabras.
Un abrazo.
Estremecedor, Esilleviana.
ResponderEliminarUn besazo
la terrible profanación de algo tan íntimo,
ResponderEliminarcomo la libertad del ser humano,
lo demás fue la angustia atornillada en las paredes.
Siempre llegas a la fibra sensible, esi.
Eres la dulce profanación de mi aliento.
Estamos todos cortados con el mismo cuchillo.
ResponderEliminarBS.
Mentes dementes que hacen posible lo imposible...
ResponderEliminar¿En qué lado de la cuerda está la locura?
A veces solo esperamos que el tiempo borre lo pasado, pero no es fácil y para mucho es prácticamente imposible y la mancha negra que reside en sus almas al final se extenderá y salpicara a todo el que se encuentre en el camino. Un abrazo.
ResponderEliminarQué maravillosa capacidad esa, de arrancar luz del dolor. Y tu mano y tu palabra, tanta luz...Un abrazo.
ResponderEliminarAdmiro tu palabra. Como cada vez que te leo los límites parecen no tener fin.
ResponderEliminarEstremecedor.
Un abrazo
Cada día me sorprendes más. Tu texto de por sí ya era un oxímoron como ese "yugo liberador", pero complementarlo con el relato de Joyce Carol Oates ha sido la guinda... o tal vez 'la levadura'.
ResponderEliminarun abrazo admirado, niña :)
Algunas heridas se curan creando, otras lastimando más y más...
ResponderEliminarSaludos
J.
No sé Esi, creo que cualquier terapia sería buena para tratar de arreglar o enmendar algo que se rompe para siempre. Ha sido sobrecogedor este relato, la vida puede cambiar para siempre en un segundo, lamentablemente es así. Pero déjame decirte que en este caso de violación se pierde el norte y el centro, se pierde la propia vida.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
La vida puede cambiár en apenas un segundo, lo que ahora es blando puede tornarse negro en sólo un instante. Es una realidad inalterable. Creo que todos hemos vivido alguna situación que lo afirmaría y con ello muchas veces te cambia la vida ya para siempre.
ResponderEliminarUn abrazo
Es lamentable que la vida nos cambie bruscamente por causas naturales, pero ademas, es deleznable que sea a causa de un depredador humanoide, capaz de arrebatar a otro ser humano lo que es tan íntimamente de su propiedad y que profane el interior de ese templo que solamente uno mismo desea, y tiene derecho a ello, abrir a quien crea oportuno.
ResponderEliminarDebería estar tan penado como un asesinato, al fin y al cabo asesinan el espíritu y la libertad de la persona agredida.
Un beso Esilleviana..
Supongo que cuando una situación te cambia la vida y si no te la cambia, te marca un antes y un despues, habrá unos momentos (horas, días, semanas...) en lo que uno piensa "y ahora ¿qué?, ¿como sigo hacia adelante?" Terapias, de los más variopintas que se ocurran, mientras funcionen, bienvenidas sean.
ResponderEliminarBss.
No es difícil comprender
ResponderEliminarque su vida haya cambiado
para siempre en manos
de esa cuadrilla de violadores
y lo peor saber que han
salido absueltos de tan horrendo crimen,
mataron su cuerpo y su alma
que ahora grita desde las paredes.
Encoge el corazón este relato.
Abrazos y besos
Cuando algo te arranca el alma ya no queda nada por que luchar. Besos.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarEl alma es capaz de escapar al dolor.
Saludos de J.M. Ojeda.
Leí hace tiempo una historia de amor de ella y me impresionó mucho. Era cruda sin rodeos.
ResponderEliminarUn abrazo, Esi
impresionante intertexto tu oxímoron.
ResponderEliminarbesos, maestra*
Hay cicatrices del alma que no sanan nunca, dejan de sangrar quizás, pero se convierten en la marca que nos recuerdan para siempre esa única, trágica, cruel y despiadada vez.
ResponderEliminarExcelente relato, Esille, terriblemente conmovedor.
Besazos.
Es absolutamente cierto, un segundo, incluso menos, es definitivo. La vida sigue, pero ya no es la misma.
ResponderEliminarHay momentos bisagra en esta vida, me encanta detectarlos en el momento exacto.
ResponderEliminarUn beso enorme.
HD
Siempre me queda un regusto amargo, cuando te leo. Y junto con la admiración, me llevo la sensación de que algo se me escapa de tu mensaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta mucho la palabra oxímoron.
ResponderEliminarY sentir esos instantes previos a que algo pase, a que quizás todo empiece a ser levemente distinto. El vértigo, no sé.
Abrazo.
:)
Otra concepción de arte, con el mecenas indicado saltaría a la fama sin duda.
ResponderEliminarComa sempre, un texto que nos reta a interpretar e pensar. E cada un a sentilo dun xeito diferente. Relelo e relelo e cada vez máis rico en matices. Noraboa.
ResponderEliminarComa sempre, un texto que nos reta a interpretar e pensar. E cada un a sentilo dun xeito diferente. Relelo e relelo e cada vez máis rico en matices. Noraboa.
ResponderEliminarInquietante lo que esconde una vida.
ResponderEliminarQuizá el arte muralista, expresado en lo popular y al aire libre, adquiere su raíz y sentimiento más profundo como medio pictórico de plasmar sentimiento encontrados, identidades, razones de ser, etc...
ResponderEliminarUn abrazo, Monique.
Un "yugo liberador" y un "tiroteo amistoso"....la complejidad de una vida sencilla...
ResponderEliminarQue increíble es la mente humana, cuando algo no sale con palabras puede escaparse en otras maneras de expresión, que atentos hay que estar, mirar no es solo poner los ojos, y desocultar un dolor, no es nada fácil.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Lo entiendo, lo entiendo, no me queda otra opción que entenderlo.
ResponderEliminarGracias por escribirlo tan bello
Un abrazo para ti
Ío