Al guardar el guión en el sobre, escuché el silencio del suspiro mientras la sal se escabullía por el aire como aroma de mar en la guarnición de plata. La idea fue clara al igual que el lamento del guerrero, que el receptor encontrara aquel naipe impactante resultaba el equivalente a acertar con 75 euros de descuento al efectuar una compra en la pesquería de perlas. El guionista/archivero menospreció el sonido de la sal al recorrer el interior del sobre misteriosamente oculta entre las guías, los inventarios y los catálogos de la repisa metálica donde estaban colocados las demás cubiertas de té. En la selección del croquis, un paleógrafo habría despejado si las perlas aparecidas en la nota del esquema escrito eran del Mar del Sur o de agua dulce, pero la realidad era otra, destacaba una verdadera competición por captar la atención de los productores valiéndose de la venta directa de las ideas. Negarme a aceptar que el aplauso final depende del estilo en el que lance y choquen con fuerza las perlas de mi exposición, ofrecidas con cierta potencia y bastante claridad de lo propuesto, es persistir en una realidad engañosa. Y así comencé la presentación: con las manos en el bolsillo de mi pantalón y varias miradas furtivas al fondo del bolso donde guardaba las instrucciones. Ajusté la exhibición a la venta de un caramelo formateado en relación con otros condotieros y la embriaguez de las perlas de agua.
«Vender es el proceso mediante el cual el vendedor consigue que el
cliente piense o actúe de una manera no prevista por él. Y en beneficio
de ambos.»
Pues yo afirmo: eres capaz de venderme, con la prosa que tienes, un 600 por BMW 730.
ResponderEliminarUn beso
Está vendido. es un texto lleno de perlas, quién sabe de qué mar...
ResponderEliminarme encanta el poco avanzar y quedarte ahí atrapado en la brevedad que cuentas.
ResponderEliminarEn los condotieros me perdí... pero el resto anterior sí que me atrapó. Conozco gente que saben y podrían vender congeladores a los esquimales :)
ResponderEliminardos abrazos
frase muy verdadera.
ResponderEliminarPd: Te invito a que visites mi blog de cine, ahí también publico cuentos mios.
Dicen por aquí que "el arte está en el vender" Y creo que esta vendedora tiene todo el arte:)
ResponderEliminarBesos
Volver a vender al mismo comprador, eso es lo difícil.
ResponderEliminarPor cierto, las liquidaciones se practican sobre aquello que tiene mala salida...si las ideas son buenas no será necesario liquidaras.
Un abrazo
Un buen vendedor, crea "necesidades" en el comprador.
ResponderEliminarQuien no tiene deseos, nada compra.
Original texto, como siempre.
Un abrazo.
los granos de sal devienen en salario
ResponderEliminarsalario por ideas
no vendo, menos liquido
comparto, sí, con perlas y tés de todos los mares
besos, Esi, que estés bien, y, como siempre, un placer leerte*
!Cuidado!, hay mucho mercachifle y buhonero, tratando de vender ideas de segunda mano, argumentos tendenciosos y tramposas realidades.
ResponderEliminarHay que morder la perla para cerciorarse de que las ostras existen y también existen los milagros.
Un abrazo.
Qué perla más reveladora compartes hoy. Un buen vendedor se adelanta a las necesidades y hay quien consigue hacer una necesidad del algo valdío.
ResponderEliminarUn beso
Dice mi experiencia que puedes llegar a convencer al cliente de que tiene hambre, y de que la paella está estupenda, o que el traje le entalla estupendamente a pesar de las arrugas.
ResponderEliminarCrear la necesidad con el producto listo para satisfacerla.
En ocasiones el beneficio es de ambos, pero en otras ese equilibrio es bastante frágil.
Excelente texto.
Un abrazo
Que difícil resulta vender unha idea, convencer... para iso precisamos as perlas de auga, a imaxinación e estar convencidos do que imos vender. WWW.filispines.wordpress.com
ResponderEliminarNo sé por qué me vino a la cabeza una elección presidencial. Casi una transacción. De cerebros.
ResponderEliminarBesos.
A nadie le amarga un dulce, ni tus perlas inciertas y verdaderas.
ResponderEliminarMe embriago con esta lluvia de ideas que me deja un cielo despejado de nubes y de estrellas.
Aunque en algunas ocasiones preferiría hacer trampas y rebuscar en el fondo de tu bolso las instrucciones de tus mecanismos.
Para crearme esa necesidad de saber de tí a traves de tus vocablos, de tu ser hecho ideario,
para recorrer a diario la piel salada de tu inventario.
te beso las letras...
En epoca de rebajas, hasta las ideas entran en el lote :(
ResponderEliminarPrefiero las tormentas de ideas. Son mucho más enriquecedoras aunque el fin sea vender.
Bss.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminares que para vender, lo que se dice vender, primero tengo que comprar yo. Si ésto sucede, el proceso es más que simple porque parto desde una afirmación. Pero si yo no puedo comprar la idea original, mejor me despido de ese proyecto y busco otro mas eficaz
ResponderEliminarbesos
ahora sí, borré el anterior comentario porque estaba complejo de entender
otro beso
Ajá, esto me ha dejado algo perdido y embriagado. Jejeje ¡Buenísimo! Es que vender es engañar un poco y comprar es buscar, entre otras, el placer de ser un poquitín engañado. Y no sólo en un intercambio económico, en un negocio. ¿Qué tal en un debate? ¿Qué tal en una pelea de enamorados? Nos confrontamos para establecer para nosotros nuestra valía, para verificar que disponemos de las herramientas, que no las armas, para armar el tropel, o comprar la TV, o vencer el sofisma.
ResponderEliminarMuy chévere esto. Pero por la sal, mejor no tanta en la sopa. ¡Un abrazote!
F.
La primera vez que vine y leí el relato no pude entrar porque esta ventana no estaba habilitada, menos mal que hoy sí.
ResponderEliminarPero sabes que recordé al leerlo, al pobre chico del cículo de lectores que traía su guión bastante aprendido, y yo actúe de manera imprevista, pero no de forma ventajosa para él. Después de todo me dio pena, él se estaba ganando la vida, pero en un principio me dijo que no había obligación de comprar, y cuando entró en casa, las cosas fueron de otra. Sinceramente el chico actúo bien, lo que pasa es que yo no me creí el papel.
Un beso.
(Te llegó mi emai?)
Leyéndote por momentos y no se porque, pensé en esos momentos en que el vendedor, puede hacerlo a cualquier costo. Pero es cierto que quien compra por algún lado le entraron.
ResponderEliminarA mi me convences fácil con tu texto, je
Un abrazo!
Si no tenemos nada que vender, no importa, no es importante.
ResponderEliminarAunque una perla podría sintetizar ciertos sueños, pocos pueden soñar tenerla...
Compro!!
Esi, creo que por el momento he arreglado el entuerto.
ResponderEliminarCreo que esa última aseveración, no es cierta; todo vendedor tiene en mente que su exposición ha de ser lo bastante convincente, como para que el comprador actúe de la forma que él ha previsto; comprando.
Salu2.
Subliminal, un señuelo, como el título de tu blog.
ResponderEliminarY me ha gustado
Te respondo: es que a veces necesito evadirme un poco, o un mucho, de todo este mundo blog, entregarme a las palabras, quererlas en soledad, por eso algunos días me quedo conmigo y le pongo un candado
Abrazos, Esilleviana, besos
Ío
Saber vender es un arte, saber comprar es un don. Un abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarQué difícil es vender algo de lo que no estas totalmente convencida que vale la pena. Besos.
ResponderEliminarSi solamente piensas en vender sin importarte que el comprador se convierta en asiduo o no, utilizaras todas tus argucias para vender un paquete de tornillos y una llave inglesa como un mecano de última generación. Si lo que te importa es la fidelidad del comprador, intentaras dar a este lo que realmente necesita al precio mas adecuado.
ResponderEliminarHay que ser del segundo tipo de vendedores y ser mas honesto con uno mismo.
Un besazo Esilleviana.
Si todos quedan contentos, es que la venta salió bien. ¿O se dice engaño? Bueno, es casi lo mismo.
ResponderEliminarSaludos
J.
el beneficio de ambos?
ResponderEliminarmmmm no sé yo, en todo caso, ya sabés, como siempre extraigo algo, hoy me quedo con esto mirá:
"La idea fue clara al igual que el lamento del guerrero, que el receptor encontrara aquel naipe impactante resultaba el equivalente a acertar con 75 euros de descuento al efectuar una compra en la pesquería de perlas. El guionista/archivero menospreció el sonido de la sal al recorrer el interior del sobre misteriosamente oculta entre las guías, los inventarios y los catálogos de la repisa metálica donde estaban colocados las demás cubiertas de té."
ése párrafo, no me jodas, tiene una descripción que me fascina....
me estoy poniendo al día con tus textos :)
te contesté en mi blog lo que me escribiste, te aviso por si no lo leíste todavía!
♥