Sentada en la cuarta fila de la sala, el teatro aparacía de un tamaño mayor al que recordaba de su última visita. Antes de que comenzara la actuación y desde su posición, observó la línea de luces de las candilejas, evocando aquel deseo que creció con ella: su mayor ilusión era trabajar entre focos, en la parte del escenario más inmediata al público, saludando desde el proscenio una vez terminada la actuación. La boca de escena enmarcaba el escenario a la italiana, al cual emergía desde la ciclorama un auténtico personaje: la melancolía. Con su peculiar exhibición, contorsionándose por su propio dolor, a la vez que ensortijaba la bilis negra alrededor de su boca, presentaba sus papeles. A continuación le acompañó un segundo protagonista: el chisme y el cotilleo del mundo literario, con el murmullo y el zumbido de la vida de real de telón de fondo, transfigurandose al sonreir mientras chismorreaban al tiempo que se elevaban los suspiros y el siseo. Con cierta lentitud y dificultad, se dejó ver la timidez, con la modestia de un furgón y la cortedad de un caracol incómodo, recogido de una junco húmedo. Despacio, con sus tempos sincronizados, fueron flotando los distintos intérpretes de la obra de teatro entre las marcas de la escena. No se contuvo la ternura, acudiendo puntualmente a su cita y alegrando al público, mientras colocaba el dedo en la llaga, dando con el punto clave y más conflictivo del asunto: la exposición del cariño y la delicadeza. A su lado tocando el laud, la desdicha y el desconsuelo consumen una maldad de inferior calidad: la desgracia, que sería la peor infelicidad. Entre ficción o engaño y profundizando en un baile de cifras, cambiando una letra por un número, se manifiesta de forma inesperada la inteligencia. Con su buena intención de descubrir la verdad y la facilidad de entender las demostraciones, "dejándole la elegancia al sastre". Y siguiendole muy cerca, el interesado, oportunista, que solo sale con los amigos para que le inviten a cenar. Así, desde la terraza se aprecia como ejecutan su labor los actores, interpretando las señales a través de la cual se adivina el futuro.
"¿Quién no escribe una carta? ¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
domingo, 27 de marzo de 2011
Teatro
Sentada en la cuarta fila de la sala, el teatro aparacía de un tamaño mayor al que recordaba de su última visita. Antes de que comenzara la actuación y desde su posición, observó la línea de luces de las candilejas, evocando aquel deseo que creció con ella: su mayor ilusión era trabajar entre focos, en la parte del escenario más inmediata al público, saludando desde el proscenio una vez terminada la actuación. La boca de escena enmarcaba el escenario a la italiana, al cual emergía desde la ciclorama un auténtico personaje: la melancolía. Con su peculiar exhibición, contorsionándose por su propio dolor, a la vez que ensortijaba la bilis negra alrededor de su boca, presentaba sus papeles. A continuación le acompañó un segundo protagonista: el chisme y el cotilleo del mundo literario, con el murmullo y el zumbido de la vida de real de telón de fondo, transfigurandose al sonreir mientras chismorreaban al tiempo que se elevaban los suspiros y el siseo. Con cierta lentitud y dificultad, se dejó ver la timidez, con la modestia de un furgón y la cortedad de un caracol incómodo, recogido de una junco húmedo. Despacio, con sus tempos sincronizados, fueron flotando los distintos intérpretes de la obra de teatro entre las marcas de la escena. No se contuvo la ternura, acudiendo puntualmente a su cita y alegrando al público, mientras colocaba el dedo en la llaga, dando con el punto clave y más conflictivo del asunto: la exposición del cariño y la delicadeza. A su lado tocando el laud, la desdicha y el desconsuelo consumen una maldad de inferior calidad: la desgracia, que sería la peor infelicidad. Entre ficción o engaño y profundizando en un baile de cifras, cambiando una letra por un número, se manifiesta de forma inesperada la inteligencia. Con su buena intención de descubrir la verdad y la facilidad de entender las demostraciones, "dejándole la elegancia al sastre". Y siguiendole muy cerca, el interesado, oportunista, que solo sale con los amigos para que le inviten a cenar. Así, desde la terraza se aprecia como ejecutan su labor los actores, interpretando las señales a través de la cual se adivina el futuro.
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Hola Esi, es para mi una alegría cada nueva entrada... Veo que has tenido en cuenta el día mundial del teatro, como yo tuve en cuenta en su día el de la poesía...
ResponderEliminarPues eso es la vida, este baile en el que sueños y realidad bailan entre la materia y la verdad, dando vueltas y vueltas en un recorrido
sin final...no se contuvo la ternura, ni se contendrá. Pues seguirá buscando el acento que queda sin pronunciar.
qué de lindo sería, poder conversar con usted sin prisa..
Buena entrada amiga..cada dia tras las bambalinas y hace tiempo , lo más cerca del público...siento a diario el mundo con focos y sin ellos.
ResponderEliminarUn abrazo
hermoso relato para conmemorar el día del teatro, Felicitaciones
ResponderEliminarhace mucho tiempo que no voy a ver una obra, como mil años jajaja, a veces el tiempo y los deberes nos alejan de nuestros deseos culturales
un abrazo y buen inicio de semana
besitos:)
La vida es un gran escenario de un gran teatro y nosotros los actores entre tantos decorados desoladores. Somos actores natos y actuamos impulsados por distintos motivos, pero todos lo hacemos en algún momento de nuestras vidas, por amor, por desdicha, por proteger y no perder o por trabajo. La vida es un gran escenario de un gran teatro y los decorados desoladores son los mismos actores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Conjugaste "el teatro del mundo", de la vida, con el Día Internacional del Teatro. Una idea estupenda y una visión muy especial de los papeles que tenemos que asumir cada día.
ResponderEliminarBesos
Con tu maestría -jugando con las palabras- nos has abierto el telón y mostrado los ingredientes de una buena obra y un mejor público. Me recordaste la primera vez que me subí a un escenario -con público- y el agradecimiento que sentí a ese enorme foco que me cegaba impidiéndome ver las caras de quienes sí que me veían a mi, objeto momentáneo de esa brillante luz.
ResponderEliminarTe felicito, hermanita. Siempre me atrapas :)
abrazo de domingo
Extraordinario desfile de personajes.
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo
Me alegro , un saludo!
ResponderEliminarMi comentario no ha sido el mas apropiado, pero me has pillado con el estado de animo a metros bajo tierra. Gracias por tus amables y constantes respuestas a mis pajas mentales. Un abrazo.
ResponderEliminarDesde que se abre el telón interpretamos un texto improvisado que en cualquier caso es nuestra única y mejor función. Mejor orientarse hacia la comedia o el musical ¿no?
ResponderEliminarNo me cansaré de decirte una y otra vez que escribes muy bien.
ResponderEliminarLa vida es puro teatro, el teatro da vida y se inspira en la vida.
¡Feliz lunes!
(http://anapedraza.blogspot.com/)
Decía una tía mía, que cuando se levantaba cada día y después del aseo diario se miraba en el espejo y se decía- Ya estás en el escenario a ver como te portas. Y llevava razón pues la vida es puro teatro.
ResponderEliminarGracias por tu visita al blog de Josefa.
Ya soy tu seguidora. Un beso.
Admiro mucho a los actores de teatro, nunca podría hacer lo mismo, el miedo escenico me atenazaría, pero es una de las maravilas del mundo, una buena obra y un elenco decente y ¡a soñar!
ResponderEliminarEl teatro es una quintaesencia de nuestra vida. En lo bueno, en lo malo.
ResponderEliminarDevuelvo tu amable visita a La Acequia, en la que espero hallarte siempre que lo desees.
Nací, vivo y moriré actor. Bellisimo texto. Y ya sabemos lo que dicen: La vida, intenta continuamente parecerse al arte.
ResponderEliminarEra tan completa la obra de teatro descrita que casi parecía la vida.
ResponderEliminarcon la modestia de un furgon me hiciste recordar una coreagrafia de Pina Bausch
ResponderEliminarte agradezco la visita y te saludo
Comienza la función!
ResponderEliminarNo sabia que era el día del teatro. Mira que bien.
ResponderEliminarExcelente el post!
La vida es puro teatro, y el teatro representa a la vida. Lo has contado de una forma maravillosa.
ResponderEliminarMuy buena manera de recordar este dia.
UN abrazo
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Karolina ; ))
Te invito pasar por mi casa de letras para recoger un premio y de paso, si te apetece, seguir la cadena de un cuestionario. Un abrazo.
ResponderEliminarLa maga del teatro. Esa sí es magia pura y atrapadora.
ResponderEliminarEs inevitable que, una vez en escena, uno interprete el papel que le ha tocado, no siempre se trata del que le gustaría pero es lo que hay. Cada personaje expresa su sello personal y a muchos...se les ve venir.
ResponderEliminarEres fantástica!
Te dejo un beso.
Con este texto me hiciste acordar a una canción de Fito Paez, Actuar para vivir.
ResponderEliminar"Aquí te aplaudirán, te aplastarán. Aquí la frustración, la piel, las ganas. Aquí serás payaso, domador. Aquí serás el juez, el perdedor. Aquí se invertirán los roles..."
Gracias por pasarte por mi espacio y por el comentario hermoso que me dejaste.
permitime que mi mirada sea un poquitin distinta, yo la veo haciendo introspección. Mirando se a sí misma en este escenario que es la vida, momentos de tristeza, de melancolía, de ternura, de desdicha.
ResponderEliminartal cual se ve una obra sentada en una butaca del teatro así la veo a ella viendo pasar imágenes que componen su vida
te digo más, hasta por momentos insinua adivinar la concreción de proyectos sin realizar pero deseando que se cumplan, como futuro premonitorio
besos, mi querida y mi disculpa por demorarme en pasar pero estoy con muchisimo trabajo
Es un bello texto, amiga, bien escrito y con un par de lecturas. Me gusta pensar que ella se va metiendo en el mundo del escenario y ve desfilar en su imaginación todos esos personajes de lo más interesantes.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Un beso.
Humberto.
La vida como teatro, el teatro como vida.
ResponderEliminarMe gusta leerte, Esi.
Besos
Que bella forma de mostrarnos el teatro, quizá, en algunas caras que no vemos, mientras reímos o lloramos.
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