Si alguna vez hubiera entrado a formar parte de la colección
Série Noire francesa, la desgracia de los peores percances se instalarían a su lado, así como el miedo, al temor de sentirse víctima de sus adulaciones sería inevitable, avalando la intromisión del criminal mediante su mirada asesina. La gran atracción que sentiría por aquel actor homicida correspondería a la devoción, que entre los orientales, les conmueve una almea mientras improvisaba versos, danzas y cantos a la vez que provocaba y revolvía sus fluidos en el laboratorio. En la Série, el deslinde de los 140 caracteres escritos en línea recta conseguirían vadear los arcanos, muy secretos y misteriosos galanteos que el criminal dedicaría a su víctima, no en vano, ella pretendería construir un baluarte para contener el agua de la riada. Pero llegado el capítulo a este punto, los episodios de impaciencia y exaltación de su decisión ya no importaría. Aquella adoración, hacinada bajo el lecho, se tornaría en una opresión de todo su cuerpo, con una boca de incendios sin llave de riego suficiente para sofocar el siniestro. A medida que leía el libro, iría comprendiendo que aquel comezón producido por su tardanza en agonizar, desuniendo su vida, era la mejor espuela con la que picar a la caballería para montar a la jineta. No llegaría a ajustarse al parecer de su asesino, puesto que él arrinconaría las ranuras convenientes para introducir las monedas en la máquina expendedora, tratando de comprar sin la presencia del dependiente, siendo su actuación impecable, distanciándose de la luz. La muerte le abordaría como un refresco, para tratar con ella un asunto.
Es lo peor. La agonía. La muette es la que tiene mala fama, pero la agonía es la que duele.
ResponderEliminarDistanciándose de la luz. Es lo que viene siendo lo mismo.
¿Acaso se me nota tanto que estoy triste y sin musas?
BONUS TRACK:
ResponderEliminarMira la poesía pura hallada en el Tuiter de Alejandro Magno, perdón, Sanz: "Hoy no, ella esta gritando.. No me va a oir.. Hoy la luna es un estruendo.. Casi quema... Me tiene achantao, aplastao... La luna no me quiere oir, la luna me sobrevuela. demasiado para mi".
Oh, maigod.
Si la actuación del asesino resulta impecable...más aún lo son tus palabras.
ResponderEliminarUna boca de incendios sin llave de riego suficiente para sofocar el siniestro no llegaría a ajustarse a los deseos del asesino.
En aquella adoración turgente que pretendía desmembrar un mito hecho ovillo.
Para en su cirujía lanar volver a hilvanar, una nueva ofrenda tejida
con su último aliento, el del asesino...
al morir víctima de un ataque fe que le propinó
la máquina expendedora de sueños mientras se hacinaba erguido en los rincones de su laboratorio.
salud y disculpe por haber alborotado sus palabras a mi antojo...
El asesino jamás le preguntaría cosas, ni le contaría sus penas ni sus planes, simplemente levantaría una ceja y antes de apretar el gatillo dejaría caer una lágrima por su mejilla.
ResponderEliminarEs posible que la realidad no sea tan hermosa como nosotros la imaginamos, sin embargo me quedo con la imaginación, siempre me consuela. Un abrazo.
ResponderEliminarAsesino y víctima en un episodio dantesco que precede a una muerte inminente. Uff! Qué espanto, que horror!
ResponderEliminarBss.
Llego a tu blog siguiendo la huella que dejaste en el mío de fotos. Y te invito a que visites mi otro blog donde hago montajes delirantes y escribo o lo intento.
ResponderEliminarhttp://elalmacendelosdiasperdidos.blogspot.com/
Tu blog es elegante y enigmático, pero sólo le he dado un bocado, tendré que degustarlo con más tiempo.
Un beso,
"... intromisión criminal mediante la mirada asesina..." quizá siempre una mirada lo comienza todo
ResponderEliminarBesos!
Para esperar la muerte con calma desesperaciòn, hace falta tener imaginaciòn.
ResponderEliminarBuen texto.
Un abrazo.
Inquietante escrito, siento tras mi cuello el aliento del asesino y la certeza de no poder escapar.
ResponderEliminarUn beso
hilvanando palabras y emociones, has escrito un texto conmovedor, donde todo se mezcla, todo engaña y produce certezas. Exquisito!
ResponderEliminarCreo que entiendo el relato, y, que sin desviarte de la finalidad del mismo, lo embrollas, supongo que adrede.
ResponderEliminarSaludos
Almea, demasiado complejo para mí.
ResponderEliminarSalu2.
La anticipación de la muerte. Uno de los peores instantes del pensamiento.
ResponderEliminarUn abrazo!
je, estás consiguiendo lo que tantas veces me venís diciendo en estos ultimos tiempos, enrevesar el relato. En el de hoy, lo conseguiste nena
ResponderEliminarreconozco no saber nada de la Série Noire, al menos no hasta empezar a leerte, pero bueno lo he googleado y sí, entonces comprendí un poco más la historia
me encanta leerte y opinar o decir lo que interpreto, esta vez me perdonas linda, te lo debo
¡Hola!
ResponderEliminarAsunto delicado, sin duda.
saludos de J.M. Ojeda
Mejor no pensar en eso y vivir el día sin agotarnos el mañana.
ResponderEliminarAbrazos
Que thriller, intentar salir al encuentro de lo que ya se ha de esperar con el fin de asesinar la espera rotunda.
ResponderEliminarSaludos,
Alejo
Yo siempre he sido un gran seguidor de las novelas de serie negra. Tengo una buena colección, sobre todo de autores clásicos. Es un género genial.
ResponderEliminar"La muerte le abordaría como un refresco, para tratar con ella un asunto". Me ha gustado ese final.
Un abrazo
La muerte le abordaría como un refresco, para tratar con ella un asunto. ¡Magnífico colofón!
ResponderEliminarDos abrazos :)
pd. De vuelta en casa. Ahora toca esperar resultados (impresiones en una entrada que he hecho en el loco)
ahora que he leído lo que es Série Noire, entiendo y francamente lo has conseguido
ResponderEliminarFelicitaciones!!!
más abrazos:)