"Girl with a cat", de Balthus |
"Me pagas
con palabras". Su compromiso se escurrió por mi boca como un azucarillo
con aguardiente, ésa era tu condición. Desplegada en la mesa de masajes, el espíritu etéreo de la
vieja canción del verano se asentó en el lugar más disparatado de la dialéctica
como un buque en una playa de Blangladesh, sobre las limaduras que desprende el
desguazado de la embarcación. La sábana que cubría la camilla mediaba como una
aspiradora capaz de atraer todos los aromas que mi memoria es capaz de
conservar. Sus manos guardaban la vacuna contra la desavenencia de la espalda,
el cuello y los hombros, con movimientos largos y suaves logrando abrir y
dispersar la caja de sensaciones que guarda la piel al contacto. Con sus
tenacillas oleaginosas, se apoderaba de mis pesadillas y delirios, que se
resisten a la suerte sin una finalidad determinada solo por el mero placer de
sentir las huellas hasta transformar el efecto táctil de las vibrisas que
esconden tus dedos por imágenes apalabradas. Abro los ojos y antes de
levantarme de la mesa dejo de anotar palabras a modo de calambur. ¡No sé si tú tendrás algo que ver con ésto!
Hay manos que estaría adorando la vida entera...
ResponderEliminarBesos y salud
Si es que muchos problemas se pueden resolver con un poco de tacto...
ResponderEliminarDespués de leerte, creo que voy a cerrar los ojos y levantarme un poco mas tarde
ResponderEliminarHay masajes y masajes, está claro... Los de mis fisios habituales no me inspiran tanto ni tan bonito como a ti: mis palabras hacia ellos suelen ser más bien tacos :D (en un primer momento. Luego les doy las gracias por su arte)
ResponderEliminarUn masajito al corazón, con dulzura... ¡Disfruta!
Besos, Esil, con sonrisa. :)
Un par de manos divinas estimula el flujo de palabras... casi seguro... Un abrazo.
ResponderEliminarUn delicioso masaje que traspasa del cuerpo al alma con amor. Y tu narración masajea mi entendimiento con suavidad literaria.
ResponderEliminarBesos.
Yo no se pero igualitos igualitos no son los tratamientos de mi fisio, jajaja.
ResponderEliminarMuy buenas manos y muy buenas palabras, a ver ese teléfono.
Besos.
Tú también me pagas con palabras, jaja, gracias, muchas gracias, me anoto el calambur, contigo es una gozada, siempre se aprende algo.
ResponderEliminarUn beso
Aceites esenciales los versos, las palabras, los navíos táctiles....
ResponderEliminarBss
ABRES TUS OJOS Y DAS TEMBLOR...!
ResponderEliminarBESOS
A ver a ver, por el principio: tal y como nos tienes acostumbrados (yo diría que malacostumbrados), de nuevo lo que leo es una pintura hecha con palabras. ENHORABUENA!!!!
ResponderEliminarY luego...ENTRE LA COSA DEL MASAJE Y LA POSE DE LA CHICA DE LA PINTURA...me largo pitando que hoy no están los mayores at home, jejejeje...
Pero un besazo, sí, eso si. Un besazo!!!
algo así como un Spa para el alma...
ResponderEliminarBesos y regalo:
¿Qué impulso hace al colibrí
detenerse en el aire
–la cuerda floja del aire–
trazar con el pico una flor en el aire
y en esa flor de aire
sostener su vuelo?
Rómulo Bustos
Me pegas con palabras, me hieres con miradas.
ResponderEliminarSuerte
J.
No hace falta mucho para currar el corazón solo lo necesario. Un abrazo.
ResponderEliminarPalabras y caricias, no está nada mal la receta para seguir disfrutando aun cuando el amante esté ausente, porque la piel tiene memoria y hay dedos escribanos que saben como tenerte entretenida emulando al sultán de "Las mil y una noches".
ResponderEliminarUn relato que junto con la pintura resulta muy sensual y refrescante.
Un beso,