Todos los días circulo lentamente por la calle principal hasta que asoma como una pantalla de fotogramas, un trozo de cielo en el reducido estacionamiento imprescindible que todo conductor necesita para continuar orbitando en torno a planetas humanos. Delante del aparcamiento, siento que colonizo el territorio ante el requisito de poseer un espacio frente a los demás mientras sujeto el volante con fuerza y decisión proyectando dirigir el esfuerzo hacia el interior. Apago el motor y me dejo llevar por el impulso irrefrenable de exigencia de los otros, que una vez saciado abro la puerta con la idea de que se desfigure el miedo hacia ellos. Al salir del coche, la pierna izquierda suelta el lazo que me une con la idiosincrasia del viejo ladrón que atraca un banco frente a su patronato hasta cerrar la puerta y, recorrer a pie la deriva continental del trayecto diario.
Todos tenemos el mismo libro,
idénticamente escrito.
Lo abrimos el día señalado, y comenzamos a leer.
Charles Wright
un trozo de cielo es suficiente, quizás no haya otro límite que nos circunscriba en mayor medida a nuestras posibilidades de adaptación al medio.
ResponderEliminarY a orbitar, que para eso somos profesionales de la fuerza de la emotividad.
¿Tan caro te parece el estacionamiento? :))
ResponderEliminarBesos y salud
Apología del volverse loco ante un aparato circular llamado manubrio. ¿Sabías que los coches también saben volar?. Pero los otros.
ResponderEliminarUn beso.
Cada uno saca del mismo libro lo que le parece importante y rescatable. Y nunca nos ponemos de acuerdo con lo que es importante...
ResponderEliminarMe encanta el relato de un acto diario, habitual y realmente árido, antipático...hasta que se encuentra ese pedacito de cielo que nos salva de un ataque de nervios.
ResponderEliminarBesos, me ha encantado.
Yo no tengo ese libro: donde trabajo hay aparcamiento propio y siempre hay sitios de más: la mayoría de los trabajadores viven en la zona y no usan el coche...solamente yo y cuatro pringaditos más...
ResponderEliminarUn día de estos te dejará de temblar la pierna y la práctica pasará a ser verdadera rutina, entonces, dejarás de ver ese trozo de cielo.
ResponderEliminarBesos, a mi también me gustado mucho.
Posibles soluciones: transporte público, bicicleta o ir andando. ;)
ResponderEliminarCuando he podido, he utilizado la tercera por ser el medio idóneo para pasar gradualmente de un mundo a otro.
¡Ánimo!
Abrazo y sonrisa.
----siento que colonizo el territorio ante el requisito de poseer un espacio frente a los demás ---
ResponderEliminarEsilleviana, todo ha sido un placer leerlo, pero esta frase me parece muy muy a destacar: LA POSESION frente a los que no tienen, es tan características del ser humano, que bien definido, que acierto.
Besos muchos ♥♥♥
Nunca aprendí a conducir...ni tuve deseos de hacerlo.
ResponderEliminarMe gusta ir de copiloto jaja y no molesto jamás al que me lleva, siempre me parece que lo hacen bien...
Me encantó tu manera e estacionar el auto.
Besos Esi.
por única vez, me he atrevido a leer a todos tus amigos, entre tantos comentarios existen muchos muy divertidos, que no tienen ni idea de lo que has escrito, dejándote comentarios tan fuera de sitio que en verdad espantan, pero como siempre digo, cada quien ve el mundo desde su propio cristal, y todo depende del cristal con que se miren las cosas, pero me quedo con uno que es mi preferido de Tramos Romero, que hasta este instante es el único que ha dado en el clavo con su comentario que hasta me dan ganas de abrazarlo y decir a voz en cuello "... y el ganador es..." jajajajaja estoy loco, no me hagas caso.....
ResponderEliminarme encantan tus escritos, tan llenos de trampas y cubiertos de palabras rebuscadas que muchas veces el lector termina mareado y confundido más de lo que debería, si una entrada de blog sirve para pasar el rato y entretenerse con alguna historia que añadimos a nuestra memoria, tus entradas siempre resultan todo un acertijo, y no es una crítica, no, todo por el contrario, me siento como una especie de detective o mejor aún me siento parte de alguna especie de mentalista tratando de averiguar que es lo que está pasando por tu cabecita cuando escribes una entrada, y me fascina, aunque muchas veces no logro averiguar nada y me animo a confesar que no atiné en ninguna palabra, es creo yo, como una especie de ejercicio, el que tú haces y el que nosotros nos animamos a intentar descubrirlo, me encanta aunque aveces me espanta, quisiera decirte que estoy muy contento de haberte conocido y felicitarte por todos tus escritos, inteligibles o no, son todos muy buenos.... miles de besos
UN TEXTO DE IMÁGENES QUE INDUCES A LA LIBERTAD.
ResponderEliminarBESOS
jajajajaja, hay que ver algún comentario, uno, vaya, uffffff, vaya tela.
ResponderEliminarEn fin, ya en tu texto pues altamente interpretable, como casi todos, vaya. Pero a mi me ha parecido aquello de la agorafobia, bueno, más menos.
Un beso
En algún momento habrá que aparcar en doble fila, aún a riesgo de ser sancionado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
La exigencia... eso que no debería movernos de lugar!!! Un abrazo.
ResponderEliminarConducir trae consigo la pesadilla de aparcar, ¿verdad? si además añadimos un ladrón y algo más... ya ni te cuento :)
ResponderEliminarLlevo unos meses desconectada de la blogosfera, no me encuentro con ánimos. A ver si este otoño que acaba de arrancar me motiva y vuelvo :)
Bss.
Y las malditas constelaciones humanas invadiéndolo todo...
ResponderEliminarSuerte
J.
Comprendo que en ocasiones, es completamente necesario, pero, obtendríamos el cielo entero, si usásemos menos el coche.
ResponderEliminarCon tu prosa, siempre criptica, extraes desconocidas consecuencias del simple acto de aparcar.
Espero que mi comentario pase el listón de algún sesudo poseedor de la verdad literaria.
Un abrazo.
Esa es la escapada, competir con los demás para colonizar un sitio.
ResponderEliminarEstacionarse, ganarse un amor e incluso, buscar una verdad primer (alcanzar en ella).
Saludos amiga. Me detengo es tus entradas porque no me decepcionas.
:)
Ja ja ja, me veo a mí misma buscando aparcamiento...o cualquier otra cosa...¡ay!
ResponderEliminarMe encantó, sonreí a esta hora, ¡imagínate!
Un personaje como expulsado de la vida por la costumbre de la cotidianeidad. Todo es tan normal y automático como la tecnología que mueve la maquinaria de este nuevo mundo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
yo siempre miro bajarse a las señoritas y señoras de los coches. Jamás me han dado una propina. mi educación quedaría maltratada, por que No sou un gorrilla
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ResponderEliminarAlguna vez todos hemos tenido esa experiencia,muy gratificante cuando se compite por ese espacio que pasa a ser nuestra inversión inmobiliaria por un tiempo limitado.
En cuanto a ese libro... cada uno lo va cerrando a su ritmo... o te lo cierran.
· un abrazo
· CR · & · LMA ·
Uf! Esi, que casi me retratas.
ResponderEliminarMenudo curso nos espera.
Un abrazo.
A veces si me parece estar realizando una película y querer salir de los fotogramas, por más que lo intento todos actúan a mi alrededor siguiendo un guión ¡cómo me rebela!
ResponderEliminarUn beso
aunque la historia sea idéntica, los miedos son personales e intransferibles
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