Desplomada de cautelas
Desde aquí abajo, la publicidad de tus palabras no está envuelta en proposiciones capciosas. Tumbada, te veo con una intensidad reposada cuanto más busco la levedad de tus caricias en las manos amantes que afanosas escoltan mi falda. No podría renunciar a esta comitiva especial de remilgos y cursilería por muchas semanas, sin embargo más de seis días de concomitancia
entre tus enredos e intrigas es como beber zumo de pomelo desaborido. Pero mantienes en tus once, doce y trece todo el arte de amar de manera gratuita hasta volcar intacto el dislate de mi lengua para licitar por aquel jarrón chino. Sé que me disfrutas entre interrogantes y sigilos y en la desviación, percutes tu abdomen atrapando cierto pulimento en la tersura de mi vientre. Y así, al presentarme sin previo aviso en tu casa, te despojo de lo accesorio invocando besos y caricias con carácter mágico entretanto prometes ciertos acontecimientos futuribles
. Con esta escena, configuro la utilería
precisa de tu imagen donde encajo la ración justa que me ofreces en cada una de las luchas cuerpo a cuerpo.
Convéncete.
Hay cosas que no cambian.
Por mucho que haya avanzado el mundo, en estas lides, no
he de capitular sin condiciones.
María Rosal
Tampoco se pueden poner muchas condiciones hoy día... Abrazos
ResponderEliminarP.D.- Fue mi cumpleaños y por eso celebré el más uno, porque se me hace muy largo decirlo completo (61). Mi jubilación fue en diciembre(a los 60) así que no llevo ni seis meses, todavía estoy "encontrando el sitio" porque es muy difícil adaptarte, cuando llevas tantos años siguiendo una rutina. Ya veremos. Gracias por los comentarios.
al final del recorrido siempre se vuelve a lo mismo, a lo básico
ResponderEliminarno hemos avanzado mucho
las relaciones humanas siguen con sus dimes y diretes
con sus tiras y aflojas
con sus negociaciones varias
abrazos y buen comienzo de semana
A veces, me gusta perder esas batallas cuerpo a cuerpo. Otras, me conformo con el empate.
ResponderEliminarLo previsible y futurible me deja algo tranquilo, son cosas que suceden sin provocar incertidumbre. Aunque de vez en cuando es lindo ponerle sorpresa a la vida!
Besos!!
No es zumo de limón lo que encuentra en tu jarrón chino...
ResponderEliminarbss
Pues una manera muy literaria de describir la pasión, su juego y, sobre todo, la importancia de eso que se llama amor y algunos llaman cursilería...
ResponderEliminarUn beso
Me gustó mucho esta entrada , enhorabuena.
ResponderEliminarEso de "las luchas cuerpo a cuerpo" me ha encantado para rematar ese lujo de juntar palabras para expresar lo que quieres comunicar.
ResponderEliminarComo puedes ver, voy aprendiendo :))
Besos y salud
Cuando se cae rendida... todo, hasta el slogan amoroso menos creíble, nos convence. Y todo seguirá así, predecible hasta lo impredecible.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Tal parece como si el amor y el deseo fuese tan predecible que no admite dudas ni vacilaciones, aunque el sentido común dicte lo contrario.
ResponderEliminarNo hay quien pueda oponerse a jugar ese juego.
Brillante, como siempre.
Un abrazo.
Claro, leo esto un día domingo y qué esperas?, partir como demente a buscar puertas que se abren...
ResponderEliminarBeso.
TEXTO CON UN ALTO GRADO DE SEXUALIDAD, SENSUALIDAD MUY ADULTA. ME GUSTA.
ResponderEliminarUN ABRAZO
en la lucha...siempre vencen dos
ResponderEliminarUna mente sana es aquella que guarda el debido equilibrio entre la cautela y la confianza...
ResponderEliminarHablando de desplomarse, un día una amiga me dijo: "¿Sabes que Alicia ayer cayó rendida a los pies de Eduardo?...
Sí le dije, pero también me dijeron que cayó rendida ante Eduardo porque se le rompió un zapato...
abrazo
Ojo, que futurible nunca da seguridad al futuro.
ResponderEliminarTu diviértete sin espectativas, por si acaso la percusión no termina dónde cantan.
Sin previo aviso, ahí reside la maravilla del mundo. Un abrazo.
ResponderEliminarMantenerse en las donce, las doce y las trece, me lleva a tu anterior texto, en el que declamas tu indignación muy razonadamente. Ninguna batalla está perdida. Un abrazo.
ResponderEliminarLuchas cuerpo a cuerpo donde no hay vencido que no sea vencedor. Perderse para encontrarse... pero en el presente: no creo en el futuro y cada día menos.
ResponderEliminarMagnificamente descrito.
Un abrazo.
Si aún sorprendiéndolo con las visitas, es capaz de todo eso, consérvalo, anda.
ResponderEliminarBesitos besitos
Qué bonito¡¡¡¡
ResponderEliminarEs perfecto¡¡
Un beso.
Ese pulimento de la tersura de tu vientre me ha percutido y repercutido desde que leí esta entrada por primera vez.
ResponderEliminarHabrá que invocar al oráculo para encontrarte de improviso por mi barrio sin equipaje. Hacer una campaña de publicidad de alto octanaje que te rebaje de los tacones y subraye tus dislates más memorables. Como aquella vez en que coincidimos mirando la misma luna, en el mismo instante, a la misma distancia el uno del otro, sin saber que nos pensábamos.
que más se puede pedir??? muchas veces no vemos lo que tenemos ante nuestras narices por estar deseando lo que no tenemos, y es que el humano siempre estará dispuesto a desear lo que nunca tendrá, más perderá el tiempo soñando que viviendo, así que sólo te podría apoyar en tu teoría, de mezclarnos con lo que nos da la vida y gozar todo lo que podamos mientras tengamos vida, que la muerte es silenciosa y nada cautelosa, que cuando menos nos demos cuenta ya estamos cruzando la frontera, que vivir al cien por ciento lo que nos ofrece la suerte o el destino es lo que deberíamos hacer todos, aunque muchos confunden aceptar lo que dios nos da con ser conformistas, creo que ser inteligente y sacarle provecho a todo lo que nos rodea no es ser conformista.... excelente entrada, adorable!!!!
ResponderEliminarEl vientre es la fuente de todo erotismo, como ya lo sabemos.
ResponderEliminarSuerte!
J.
Jolín Esi, una de las cosas más bonitas que te he leído, hasta el título es precioso.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos
Momentos para vivirlos sin pensarlos demasiado.
ResponderEliminarBesos
Evocar besos y caricias mientras se prometen futuribles...es perder el presente.
ResponderEliminarUn abrazo
el capitulador que capitule, buen capitulador será
ResponderEliminarLas raciones poco a poco son para degustarlas con la misma lentitud que las caricias, así saben mejor, poquito a poco para captar bien su sabor y masticarlo entre sueños.
ResponderEliminarBesicos.
Ves, aquí me gusta ese jugar con las palabras, el tema lo requiere, claro. Hasta puede que inventes algo con esto de escribir que tiende a la sencillez y a ti te da la gana complicar. Vengo a decirte que siempre ha sido un placer venir aquí y recibir tus visitas. A decirte gracias por haberme permitido tensar tanto la cuerda, tantas veces y tantas veces, y aunque alguna vez te saqué un poco de tus casillas, nunca me guardaste rencor. Gracias por haberme entedido. Gracias por tu inteligencia. Y que si pudiera volever a ser niño me gustaría encontrar una maestra como tú, Esilleviana. He querido en enviarte un e-mail (pero no me deja) para decirte esto que te digo y no sé si algo más amiga, no es lo mismo ser espontaneo que pensarse una historia.
ResponderEliminarMuchos besos, gracias.
Entre interrogantes, a golpe de imprevistos... a veces es lo que toca. Y a veces así es más puro.
ResponderEliminarUn beso
En la espontaneidad está el encanto. Me ha gustado mucho. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarTe leo en domingo pasado, ¿es de imaginar que sigues desplomada? espero que sí. Mágnifico.
ResponderEliminarUn abrazo.
si las manos amantes son muy buenas pueden convertirse en otra cosa?
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