"Entre seducir y correr, donde la mujer excita al hombre y más tarde le abandona; otra de las expresiones es que el hombre intenta entrar en el cuerpo de la mujer y lo consigue (solo en el baile)". Inés explicaba en qué consistía la rumba, un baile de salón con variados estilos, mientras ella se imaginaba zarandeando sus caderas como una sencilla imitación al contoneo que reflejaba el profesor de baile. Rellenar el pasatiempo que su amiga proponía resultaría un intrincado crucigrama. Cinco horas de lunes a viernes sería suficiente para indagar si existían posibilidades de adquirir el singular talento de algunas mujeres por dominar al hombre usando sus encantos femeninos. Se consideraba enérgica y con cierto brío aunque nada comparable con el donaire y la agilidad graciosa y sensual que manifestaban sus compañeros latinos. Resolvían los movimientos con una cadencia ordenada y ajustada a los tiempos y, al espacio concreto donde sus cuerpos se desenvolvían. Cuando sus compañeros extendían las manos para sacarle a bailar, sus musculos se tensaban porque no era sencillo adivinar algunos de los pasos a seguir. Bailar aquellas consonancias planteaban ciertas dificultades: mover las caderas y la cintura levantando escasamente los pies del suelo con una oscilación de suave de los antebrazos. Y todo con el único objetivo que su amiga Inés declaraba: "buscar una relación pasajera, sí ligar, no pasa nada...". Las palabras de su amiga oprimian las demás certezas entretanto su profesor tan pronto le acariciaba con el dedo la cintura, enunciándole con voz lisonjera "lentamente" y la lentitud arrullaba en el canto de la oreja y sellando sus ojos se dejaba llevar por él.
Conozco a algún japonés que ha estudiado flamenco en el Sacromonte que de no ser por sus rasgos nadie hubiera dicho que no era gitano de pura raza. Eso de que determinados artes se llevan en la sangre... no sé yo.
ResponderEliminarAhora bien, ¿cómo no sucumbir a la sensualidad de esos bailes, estando tan pegaditos? ¡Sin ligar!, lo veo complicado.
Saludos y hasta la próxima.
Texto redondo, como el baile.
ResponderEliminarLo que me gustaria bailar un rumba como Dios manda.
ResponderEliminarPero soy bastante negada para los bailes de salsa.
Desde luego son bailes muy sensuales, que requiren un cadencia de movimientos paerfectos. Y yo creo qeu se liga y mucho.
Saludos cordiales.
Lo vi!
ResponderEliminarY bailé y se me fueron los pies y me paseé entre las notas de la sensualidad de la rumba.
Besos.
Seguramente será porque carezco de sentido del ritmo, pero el baile me la bufa. Dar saltos cerveza en mano, eso sí que mola.
ResponderEliminarFornicarse al profesor, todo un clásico.
...
¿ME ESTÁIS MIRANDO A MÍ?
Yo que de baile tengo la misma gracia que un mono quitándose una pulga, los ritmos latinos están muy bien, pero como espectador, bueno, los otros también, yo como mucho, el baile agarrado que se decía antes.
ResponderEliminarUn beso
El ritmo de una rumba invadiendo los cuerpos es una imagen muy sensual. Abrazos
ResponderEliminarEntiendo que se puede bailar así con cualquier mujer, siempre que no se trate de aquella a la que amas...¡Que tenga usted un buen día, señora mía!
ResponderEliminareso va por las venas
ResponderEliminarbailar, cualquier danza está en las venas!
te lo dice una argentina que ama el flamenco más que al obelisco...
abrazos nena,
ah y la foto, me encanta!!!
Buen relato.
ResponderEliminarY eso que hay gente que va por ligar e smuy cierto!!!
Ahhh (suspiro) la rumba, uno es feliz bailando.
Bailando se van todas las penas, me encanta la rumba.
Un abrazo inmenso!!
El texto tiene ritmo.
ResponderEliminarAl igual que el tema.
Un abrazo.
No suelo leer los comentarios antes de hacer el mío... pero el del Gaucho está ahí mismito y tiene toda la razón, así que ¡¡¡aaaassssuuuuca!!! como diría la gran Celia Cruz :)
ResponderEliminardos abrazos
pd yo soy andaluza atípica, ni sé bailar ni tengo gracia así que la salsa pa'huntar :)
El baile, sensual intermezzo entre dos cuerpos, puede ser herramienta de seducción o punto final irreductible. Para bailar hay que dejarse llevar, para moverse en consonancia con otro cuerpo hay que ceder el poder, rendirse a las manos, sucumbir al ritmo y perderse en las pupilas del otro.
ResponderEliminarEso también sucede en otros ámbitos, por supuesto...!
Besos!
No se si apuntarme, parece muy sensual y divertido, me falta el culete de una cubana y ya sólo tendría que seguir el ritmo.Besos!
ResponderEliminarestoy seguro que no pensó en el baile, tú al escribirlo sí, pero también en ambas dos.
ResponderEliminarbuenísimo.
Voy a decir algo de Perogrullo, hay que sentir la música para bailar bien. Me dan verdadera pena esa gente que aprende los pasos y luego los van recitando mentalmente sin escuchar el son. Me recuerdan al lémur ese de Madagascar. El tema del ligue es otra cosa, o vas a bailar o vas a ligar… aunque todo puede suceder.
ResponderEliminarHabía un bailarín americano, pareja de artistas de gran fama, que jamás sobó a una mujer; la asía con las muñecas, cosa harto difícil como podrás imaginar.
Salu2.
Baile sensual la rumba. Si yo pudiera y además tuviera algún ritmo me encantaría bailarla. Lo has descrito de una manera fantástica.
ResponderEliminarMe agradaría verte en el concurso de Paradela
Un abrazo
Alguna vez, una amiga mexicana, dijo que las cubanas bailaban como p... Leyendo esta entrada me encanta apreciar que alguien puede ver a través de esas cinturas, porque la rumba te lleva, porque la rumba te alcanza, porque el compañero no puede más que decir: Suavemente. Versaba una letra rumbera, al decir de un rumbero sin razón: Porque la rumba soy yo.
ResponderEliminarEs sensible quien puede ver el espíritu de un baile ajeno
Bailar, no. Pero cuando me bailan...eso me derrite.
ResponderEliminarun beso
Si me ven bailando, seguro que estoy borracho.
ResponderEliminarClaro que si no bailo, es probable que también lo esté.
Un beso.
Te agradezco tu comentario en mi blog, no te conocía y me alegro de conocerte a través de este medio, pienso seguirte, muy curioso lo de la rumba.
ResponderEliminarun besito.
El baile alegra los corazones, te suelta, supongo que estas danzas mas. Yo sigo eligiendo el tango, su sensualidad me puede.
ResponderEliminarUn abrazo
Este texto se te mete en la sangre, lleva el fragor de la rumba.
ResponderEliminarLa necesaria cadencia del baile. La entrega acompasada del ritmo a otro ritmo. La pasión.
ResponderEliminarLindo leerte.
Abrazo!
Un texto lleno de sensualidad... como el baile.... gracias!!
ResponderEliminarY gracias por tu atenta observación de la foto de mi post... en todo acertaste... gracias por asomarte a mi vida...
paz&amor
Isaac
excelente entrada
ResponderEliminaryo diría que me gusta mucho más este estilo.. ¿bailamos??
ResponderEliminarPero qué es esta delicia. Hablas justo de uno de mis temas favoritos en el mundo-jamás: bailar. Mi padre era profesor de danzas y yo he bailado desde el año uno hasta estos soles de hoy de zapateo y tuntún. Sin duda el contoneo de caderas tiene más objetivos que sólo coordinar paso, derecha, izquiera, paso. Al final, dicen, la idea es pasar del baile vertical al horizontal. Pero bueno, yo bailo muchas veces solo...
ResponderEliminarJaja.
¡Un abrazo!
F.
Bailar sin los pies, sólo a de-dos.
ResponderEliminarqué bien dibujas con palabras el rumbo propio de la rumba, esa melodía de seducción que hace de quienes lo dominan seres acuáticos y deslizantes que parecen sonreirle a la vida y que ésta a cambio, agradecida, les sonriese también. Muy buena la relación apuntada entre la amiga, la profe y la prota. Casualidad o no: puse yo hoy en mío blog una rumba.
ResponderEliminarSaludos blogueros
Nosotros de rumba y el país se derrumba.
ResponderEliminarAnonimo
Postdata:
ResponderEliminarEl mejor baile del mundo es este:
http://www.youtube.com/watch?v=8sx-htMxWKk
Ahora hazle una oda.
Bailar encierra otras actividades muy interesantes...
ResponderEliminarNo sé bailar rumba, pero como brasileño puede afirmar que un samba bien bailado o una lambada bien "rebolada" te pueden llevar al cielo.
Me dejas pensando en algo muy gracioso, pero no es éste el espacio para contarlo. Sólo te digo lo siguiente para no hacerme el enigmático.
Cuando llegué a Argentina, descubrí que ellos creen que todos los brasileños hacemos tres cosas bien.
Bailar.
Jugar al fútbol.
Hacer el amor.
No sé por qué ese preconcepto, pero lo padecí por mucho tiempo.
Uf... escribí demasiado, perdón.
Besos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminary espero paciente, porque confio en tu palabra...desnuda e inerte.
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