Jardín de las delicias, Jerónimo Bosco |
Ella era nativa del renuevo de las vides que los gusanos buscan con desenfreno y bacanal. Resultado de la crianza a base de pétalos que se mantienen unidos al ápice de su lengua materna, del símbolo del calor sofocante en verano. Desde bien pequeña sondeaba todo lo que le rodeaba: su ambiente, las circunstancias que condicionaban sus episodios, sus necesidades, mientras se agarraba fuertemente a la claridad que los adultos le ofrecían. Las dudas y el pánico se apresuraron en su biografía, la tarde que su hermano mayor huyó de su vida, abandonándola y dejándola sin valerse por sí misma. El mañana se quedó sin la oportunidad de contar sus intimidades ante la piedad del juez, con el pasmo en presencia de su insensibilidad. No logró alcanzar la línea de meta que le esperaba con su propia descendencia.
A mi me suena a tragedia :(
ResponderEliminarBesos y salud
Armadora de frases. Dueña de una originalidad imbatible. Que los dioses no apuren tu biografía, larga vida a tu prosa.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Tragedia griega, con un idílico comienzo de majuelos y vides.
ResponderEliminarUn abrazo.
Demasiado frágil toda existencia... Un abrazo.
ResponderEliminarTocaría repetir a lo largo de la historia
ResponderEliminarTriste final, probablemente no lo merecía
ResponderEliminarEn ocasiones el jardín de las delicias, nos ofrece frutos amargos...
ResponderEliminarUn abrazo inmenso querida Eli.
Sí, tragedia cuando el jardín de infancia se transforma en un tríptico y críptico jardín de las delicias.
ResponderEliminarAbrazo, Esil.
ResponderEliminarSiempre fui un devoto de El Bosco... no tanto ahora.
Tu relato es siempre elegante pero críptico. Desde luego, el final parece trágico. No alcanzar la línea de meta, en esas condiciones, lo es.
· un beso
· CR · & · LMA ·
Lo malo de las biografías es que, muchas, son reales y la realidad puede ser muy cruel. La meta no alcanzada significa un fracaso cuando la misma era un fin.
ResponderEliminarSaludos, Esi.
El dolor de perder a quien más cercano sentimos nunca termina por abandonarnos, ni aunque lo intentemos continuamente.
ResponderEliminarSaludos
J.
Es de los cuadros que cada vez que voy a el Prado, es imprescindible su contemplación, junto con las Lanzas y Saturno devorando a su hijo, vaya mezcolanza, siempre hay un detalle inadvertido de otras veces y alguno ya visto que mesigue sorprendiendo.
ResponderEliminarUn beso
Me dejas triste, Esi. Espero que sólo sea una lectura personal de este equivocado Jardín.
ResponderEliminarBesos y abrazos gordos.
Triste final, y puede que real como la vida misma. Perfectamente relatado en poquitas palabras. Me gusta cómo transmites. Besos y buena semana.
ResponderEliminarUN CIRCULO DE NUNCA ACABAR.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Vaya, trágica la escena que narras, Esi. Me quedo con las dos pinturas que pones, el cuadro y tus letras (sobre el fondo no sé qué decir, y en estos casos es mejor no hacerlo si no posees la clave del texto)
ResponderEliminarPor cierto, si amplias el cuerpo del texto (en la plantilla), se vería menos margen pero daría para que fotazas como esta no se salieran.
Un besazo!!!
La vida está llena de historias que no se concretan. No todo alcanza a florecer en plenitud.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Y... 18. Perdón.
ResponderEliminarDe la circunstancias de la vanidad del otro y no de ella.
ResponderEliminar:) Saludos