Los días cada vez se
van antes y en esta huida, sin pasar por el aro de voluntades impasibles, se
presume una mujer de embero, semipesada, resistente y, medianamente nerviosa y blanda. Ahora que los
parques están desposeídos de los pequeños jardines de infancia, el paso
sinuoso de ojos cerrados marca el ritmo de sus piernas asimétricas
mientras se siente rodeada de hojas escritas y secas en este otoño.
Rematada por la acuciante puesta
de sol, ya que éste nunca se oculta por el mismo lugar, bate palmas al
descender por palabras garabateadas, compromisos contratados y álabes
giratorios que impulsan el salto para evitar el barro que se adhiere a las
zapatillas, cuando los nubarrones encharcan sin remedio, las esquinas de
chapa y cemento que lee diariamente. Después de amontonar todas las carillas
olvidadas en un recodo del parque, quema los papeles no publicados bajo una
triza de piel húmeda con el relente de las noches calmadas hasta llegar a
consumirse por completo. Y el humo de las palabras sube por sus corvas trepando
por el basamento alcanzando la vista de la hermosa cúpula central de los verbos
roncos y taponados.
Yo recibo el Otoño con alborozo, atrás quedan los días calurosos, los riegos incesantes, aunque este benigno tiempo no me evite tener que seguir cortando mi césped que dura húmedo de rocío hasta bien entrada la tarde, el disfrute de las primeras lluvias aunque cortas contra todo pronóstico, me han puesto el espíritu revuelto, conmocionado y no termino de encajarlo dentro de mi de nuevo, quizá sea otra cosa...
ResponderEliminarBesos y salud
Describes perfectamente lo que nos deja la nueva Estación, esos cambios producidos tras alejarse la anterior. Me ha encantado cómo lo has hecho, con arte y creatividad. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
ResponderEliminarQue paisaje tan bonito...las hojas se sueltan y vos escribís en sus carillas.
ResponderEliminarOtra estación
con su ritmo
y su belleza
Por allí el otoño
por aquí la primavera.
Besos Esi.
Me encanta ese final de "cúpula de verbos roncos y taponados" ¿llevaba mucho tiempo sola?
ResponderEliminarPor aquí poco barro crea el otoño, apenas unas leves tormentas, las hojas siguen pues verdes así que como sigue el calor pocos sentimientos inspira.
ResponderEliminarUn beso
Leía y seguía en tus palabras hechizada, cuanta belleza que narrativa que te lleva y guía hacia donde tu me diriges, Enhorabuena
ResponderEliminarBesos muchos ♥♥♥
se necesita la lluvia de la putrefacción
ResponderEliminarEl otoño es un andante melancólico y gracioso que prepara admirablemente el solemne adagio del invierno.
ResponderEliminarabrazo
Las hojas caen por el peso del sol y llevan la luz a la tierra, ¡Oh luminoso otoño!
ResponderEliminarBss
El fuego podrá convertir en humo unos escritos, pero esos sentimientos que indujeron a plasmarlos sobre las carillas son imposibles de incinerar.
ResponderEliminarUn beso Esilleviana.
Con la misma libertad con la que escribes llegan las estaciones, el otoño. Se ve a la mujer, con las hojas de los jardines, se ve como hace fuego. Se huele y se lee el humo de las palabras, sube... y se oyen verbos roncos y taponados.
ResponderEliminarBesos Esilleviana
y qué me dices de los colores? la luz es más tamizada y el arco iris se refleja en las hojas antes de caer agotadas
ResponderEliminarEsa mujer tiene mi misma cara, a pesar de que por aquí aún no cayó la lluvia, solo el relente de un riego aleatorio y efímero.
ResponderEliminarDias cortos y hojas mojadas, dos caracteristicas muy otoñales. Y la meláncolia? de esta mujer... quizá del otoño tambien.
ResponderEliminarBss.
La melancolía de quien se ve fuera de lugar, de su lugar. Gris, triste, sin posibilidad para compartir sus palabras, sus verbos, cojeando de soledad pero resistiendo limpiando el parque... Las personas transplantadas, como los árboles, desde cualquier continente, son así.
ResponderEliminarEs mi interpretación... Me gustan los árboles ;)
Lo mismo hablabas de otra cosa, que contigo nunca se sabe ;)
Me encanta leerte. :)
Besosss
Me encanta el otoño Esi, me llena de vida, aunque a veces parezcan algo melancolicos sus dias. Esta entrada le da la bienvenida.
ResponderEliminarUn abrazo
Pasa la señora semi pesada, y juro que me dan muchas ganas de abrazarla. Que cuando se va, acá ya se fue, la extraño... Un abrazo.
ResponderEliminarcariátide envuelta en un ocaso de recuerdos
ResponderEliminarLos días pasan y pisándonos nos llevan de prisa hacia ese otoño que nos abate.
ResponderEliminarBesos
No sé si es el otoño, la vida o la melancolía.
ResponderEliminarSea lo que sea, hemos de saborearlo para bien o pra mal.
Besos besos
No son tus palabras, pero tu entrada otoñal me lleva, irremediablemente, a la tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo.
dan ganas de hacer fluir ese verbo ronco, para que dibuje a modo de gemido crepuscular todo el encanto que se esconde en la suela de tus toreras...y en los rincones inexplorados de tus veredas, donde un día voy a garabatear un surco aterciopelado de amor, pasión y condenas.
ResponderEliminaresta entrada contiene un texto que se me hace imposible de entender, no porque contenga palabras difíciles ni ininteligibles, todo por el contrario, me encanta el ritmo cántico que has usado con palabras sumidas a una rima constante que nos lleva a deletrear hermosas melodías tristes, sino que el otoño es para mí un tiempo que me emociona tanto que le empuja a escribir y a pensar demasiado, es un tiempo en que todo es magia, no como en el verano que todo es alegría y risas, y mucha gente desvestida, el otoño es hermoso con sus hojas secas por todos lados y el sol ocultándose en un lugar distinto, es para mí, simplemente tener la puerta abierta a los sueños más bonitos..... besos!!!!!
ResponderEliminarAl igual que las estaciones dejan su marca en la naturaleza exterior, el paso de las estaciones hace mella en la naturaleza humana, todo cambia, todo se muda de otro color.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues oye, eso del humo que sube me ha recordado el olorcillo que ya empieza a percibirse en algunos pueblecitos de montaña de mi provincia, olor a leña bajo unos cielos otoñales limpios y diáfanos. Al oeste, la estrella vespertina y, a veces, un viento de mestral que deja el cielo limpio como una patena. Y si además pillas un bar abierto en el pueblo, pues el carajillito humeante, rediós, mira que es chulo el otoño!!!
ResponderEliminarUn beso
ResponderEliminarLos días se van antes y tú tienes las palabras necesarias para hacernos ver su recorrido... que tendrá un retorno, con otras hojas húmedas
· un abrazo
· CR · & · LMA ·
Y si le llamáramos "la mujer rota", entre tanta maravillosa letra otoñal, esa prosa tuya fantástica, me quedé con ese título.
ResponderEliminarAbrazos
la más linda (lejos) de las estaciones del año, colores y olores esperando a la vuelta de cualquier recodo. Jamás me trae melancolía, todo lo contrario, es una una inyección de vida para mi y me quedo viendolo desde el lugar de la espera...del proyecto a futuro, de la vida que recomienza después de apenas unos meses cuando la primavera estalle nuevamente
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