Hopper |
El último domingo de febrero a favor del aire, sonrío y lloro mientras veo Cinema Paradiso, a la vez que observo el campo lleno de paseantes y pescadores desconocidos con cara de lunes madrugador. Es cosa de los domingos por la tarde que las palabras absorben las radiaciones nostálgicas del alma emitidas desde el reclamo del visaje de las sirenas. De este modo continúan escapándose palabras de los dedos, entretanto la garganta se abrasa con un suave diseminado moca de Arabia hasta descubrir el amuleto sobrenatural. En medio de las preocupaciones y los quehaceres de mayores aparece la necesidad de protección y, las palabras siempre están cerca, nunca cambian de lugar ni desaparecen con la luna o el sol. Elegir el talismán o la imagen salvadora al amparo de la unión de letras con significado auxilia las tardes de los domingos y todas aquellas ocasiones en el que la contingencia hace inaccesible disponer de momentos mágicos, logra que el final del invierno se sienta cada vez más cerca. Las palabras son como "un objeto protector que construyen un sistema de defensa ante un medio temible y hostil".
Felicito el end de tu invierno, se nos viene a nosotros a estas latitudes, y a las tuyas el sol se desespera, se desespera porque todos lo quieren poseer y la estrella esa aun cree que saldremos vivos de este cuento.
ResponderEliminarA tu salud.
Pues por aquí no se siente nadita que esté terminando el invierno, hace un frio que pela, pero un observador puede notar que hay un cierto movimiento en las ramas de los árboles que hace muy poco no había...
ResponderEliminarBesos y salud
Los domingos por la tarde son una de las cosas que eliminaría de la vida, un momento en que uno se deprime y piensa que al otro día será lunes y con eso un calvario de cinco días comenzará...
ResponderEliminarNo hay imagen salvadora, no hay ícono que nos ampare. Y mañana es lunes...
Cada lunes empieza de nuevo la jodida vida
ResponderEliminarSentido y sensibilidad dejas aquí Esilleviana y amor por las palabras, y el cine. Yo ayer estuve viendo "Made in Dagenham que cuenta la historia real de 187 trabajadoras de la planta Ford Dagenham en 1968, que organizaron una huelga en la que protestaban por la discriminación de género, exigiendo un salario equitativo al de los hombres". Y me gustó mucho. Tienes que verla, si no la has visto todavía claro.
Abrazos
Solamente porque hay quien las escuche.
ResponderEliminarY que sigan existiendo las palabras, ya sea invierno o verano... Abrazos
ResponderEliminarUna buena película, un café que caliente el alma y pinte el sentido del gusto y después tratar de poner la pluma y los sentimientos en orden, no es mala manera de pasar una tarde de domingo.
ResponderEliminarComo en ese montaje de Hopper, es tratar de hacer realidad los pensamientos.
Un abrazo.
Y quién no precisa de esa protección, me pregunto...Un abrazo.
ResponderEliminarA veces, la palabra es lo único que nos salva: de los domingos, de la vida.
ResponderEliminarBesos
Es bueno cuando cada palabra sabe cómo y con cuáles otras componerse. Así cobran significado. Pero como bien acota María Jesús, se necesita que también haya quien las interprete....
ResponderEliminarSaludos.
Cinema paradiso, que belleza de película, los domingos invitan a la nostalgias, alguna que otra lagrima, hasta una película que también abraza, como las palabras que desahogan y hasta acarician para seguir el día a día.
ResponderEliminarHopper, transmite de manera tan especial la frialdad y la pasión de la melancolía, como vos con las letras.
Un abrazo :)
Las palabras están cerca para prestidigitadoras como tu, que las invoca y llegan volando. Para otros entre los que me cuento es más complicado dar con el adverbio ese que buscas.Aunque tienes razón, estar está. Un abrazo
ResponderEliminarnada como un domingo relajado, y dedicado a descansar y llenar de placeres el tiempo
ResponderEliminarAishhh has puesto mis domingos en palabras bonitas... :P
ResponderEliminarbuscando auxilios del encierro en casa
fue el último domingo de febrero por fin
Besos abisales
Que raros son los domingos por la tarde ¿verdad? entre tristones y perezosos, un buen momento ahora en invierno para estar en casa con una manta y ese café.
ResponderEliminarBesos
Los domingos por la tarde succionan la mitad de mi ser. Un abrazo y perdona mi ausencia, estoy hasta arriba de trabajo.
ResponderEliminarA mi no me gustan mucho los domingos por la tarde, intento siempre buscar algún aliciente para darles vida. Me ha encantado tu escrito amiga, un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEn circunstancias hostiles, las palabras pueden ser bálsamo y ungüento, desaguar y enlucir los istmos de humanidad que se vierten por las arterias. En acrimonias crónicas, se distienden las cavidades ventriculares hasta esculpir de sangres los blancos sudarios de nuestras expiaciones más reincidentes..y aún así oler la flor que ha de primaveralizar nuestros cerezos y nuestras sombras.
ResponderEliminarLargo febrero como este invierno. Las palabras son la defensa y el escape. Y con un buen café salen con arte.
ResponderEliminarSí, no sé de quién es la última cita pero estoy de acuerdo, gracias a las palabras que dan magia y nos protegen de este mundo hostil..
ResponderEliminarun beso
A nostalxia do domingo, a proximidade da primavera, as sereas que nos levan a mundos imaxinarios, e as tardes de domingo, con esa lixeireza do descanso... Moi fermoso o artigo.:)
ResponderEliminarPrecioso.
ResponderEliminarCon admiración sincera
Asun
según mi modo de ver las cosas, las palabras son como dagas, que sirven para apuñalar, más no para protegerse, quizás esté equivocado, pero cuando alguien intenta protegerse de algún agresor, que lo está apuñalando con palabras fuertes, las palabras que podrían salir de tu boca para defenderte tienen que ser mucho más fuertes y agresivas, para herir de gran manera al supuesto agresor convirtiéndolo en víctima, para luego retirarte y dejarlo sangrando en el piso sin ánimos a seguir con la batalla, las palabras según como yo las veo son sólo dagas que sirven para herir o matar, más no para protegerse, para acuchillar por la espalda, para contraatacar o para vengarse, y eso no significa que uno se proteja, no es un escudo protector, porque una daga no será nunca un escudo, es un arma y sólo se usa para atacar... mi abuelo me decía que la mejor protección que uno podría tener contra las palabras es la actitud, una personalidad dura como el acero que ninguna palabra pueda dañar ni cortar, la fuerza del caracter que con sólo una mirada puedes hacer retroceder al enemigo que intenta hacerte daño, una mirada asesina y el silencio de tu voz, porque como todo saben, perro que ladra nunca muerde, es mejor quedarse callado, porque es nuestra mejor defensa demostrarle al enemigo que su ataque no nos ha hecho daño, y que es tan pequeño e insignificante que preferimos no perder nuestro tiempo matando cucarachas....
ResponderEliminarSiempre ayuda la palabra, cuando la usamos para comunicarnos y cuando, de alguna manera nos pueden servir de protecci'on...
ResponderEliminarMe gusta Hopper...
besos
¡¡¡Felicidades, niña!!! ;)
ResponderEliminarabrazos festivos
Pues mira, y ya desde niño...los domingos por la tarde es que me pueden. Y encima, si me duermo una peli de esas que pone Mari, uffffffffff, ya es que me despierto con una mala gaita del 10, en serio.
ResponderEliminarUn beso
Buena manera de pasar una tarde de domingo, mirar y ver como el invierno se va alejando, o la gente que pasea, o cualquier detalle que sin prisas ya no se nos pierde y todo pasado por el filtro de las palabras, si es una buena manera de pasar una tarde de domingo.
ResponderEliminarUn abrazo.
El sol entrará mientras el invierno se aleja. En ese ínterin, nos reconciliamos con la vida. O con una parte de ella.
ResponderEliminarEsi, besitos
Muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho, no se presentan ante nuestro espíritu hasta que ya es demasiado tarde...
ResponderEliminarabrazo