De esta manera, entre admiración y extrañeza nos fuimos alejando, sin querer desistir de aquel noble empeño, zafándonos de las ligaduras y escapando poco a poco. Mientras, suprimía las prohibiciones levantando la veda como el manto decorado en mármol de la chimenea situada dentro de la habitación, junto con tu habilidad de expresar fantasías extraordinarias mediante trucos y juegos de manos. Sin empacho y con resolución de perpetuidad, desprovisto de principio y fin, te armé con cota de malla en mi pensamiento permaneciendo inédita la novela que no llegaste a publicar. Conservaré tus lances prodigiosos, realizando milagros con tu cuerpo simétrico a modo de lumbrera despidiendo luz por tus orificios. Como la fama que se obtiene después de la muerte, ignoramos si todo lo que existe y se piensa no llega a ser, sin excepción, completo con la aspiración de lo que deseamos lograr. En mi última mirada desgarbada y urgente intenté evadirme, evitando mezclarme en aquel asunto, entretanto me avenía a prescindir de la pimienta roja que con todo esto habías espolvoreado en rededor. Proseguí cierta perseverancia para considerar la forma en que soportaba y arrastraba tu silla, a fin de especular a la vez que la estampación se detenía hasta aliviar la opresión. Aseverar hasta tu siempre ver, tanto como que tu pueblo quedaba lejos de mi casa y, por tanto, aceptando los días hábiles, apartada de esa imagen feriada del pasado con la que decorabas mi casa a la antigua usanza de tus lugares. Y nació un proyecto, a camino entre la práctica y la enseñanza de un plano aparente e ideal, hasta ilusorio. Pero faltaba profundizar acerca del ruido, con el contrapeso renqueante de la pierna derecha.
"¿Quién no escribe una carta? ¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
viernes, 3 de junio de 2011
Manuscrito
De esta manera, entre admiración y extrañeza nos fuimos alejando, sin querer desistir de aquel noble empeño, zafándonos de las ligaduras y escapando poco a poco. Mientras, suprimía las prohibiciones levantando la veda como el manto decorado en mármol de la chimenea situada dentro de la habitación, junto con tu habilidad de expresar fantasías extraordinarias mediante trucos y juegos de manos. Sin empacho y con resolución de perpetuidad, desprovisto de principio y fin, te armé con cota de malla en mi pensamiento permaneciendo inédita la novela que no llegaste a publicar. Conservaré tus lances prodigiosos, realizando milagros con tu cuerpo simétrico a modo de lumbrera despidiendo luz por tus orificios. Como la fama que se obtiene después de la muerte, ignoramos si todo lo que existe y se piensa no llega a ser, sin excepción, completo con la aspiración de lo que deseamos lograr. En mi última mirada desgarbada y urgente intenté evadirme, evitando mezclarme en aquel asunto, entretanto me avenía a prescindir de la pimienta roja que con todo esto habías espolvoreado en rededor. Proseguí cierta perseverancia para considerar la forma en que soportaba y arrastraba tu silla, a fin de especular a la vez que la estampación se detenía hasta aliviar la opresión. Aseverar hasta tu siempre ver, tanto como que tu pueblo quedaba lejos de mi casa y, por tanto, aceptando los días hábiles, apartada de esa imagen feriada del pasado con la que decorabas mi casa a la antigua usanza de tus lugares. Y nació un proyecto, a camino entre la práctica y la enseñanza de un plano aparente e ideal, hasta ilusorio. Pero faltaba profundizar acerca del ruido, con el contrapeso renqueante de la pierna derecha.
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Barcelona. Julio de 2004. Es lo que me evoca este texto. Gracias, gracias.
ResponderEliminar"Conservaré tus lances prodigiosos". Esta frase es un poema. Que se quiten todos los haikus.
Besos de verdá.
Como la fama que se obtiene después de la muerte...joder, diría una, que esa si que no sirve para un carajo.
ResponderEliminarComo un haber escrito para alguien y no ser reconocida. Como un seguir en la sombra y querer emerger.
ResponderEliminarBesos.
Sin embargo, la fama es puro cuento.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Un abrazo.
De nuevo, una y otra vez.
ResponderEliminarQuizás no haga falta publicarla, la fama la tiene en el enlace de sus pensamientos, entre juegos y trucos. Porque es ilusorio.
ResponderEliminarUn abrazo!
"Como la fama que se obtiene después de la muerte..." y de que sirve entonces. Reconocer las cosas en su momento, que la gloria se la saboree el autor en vida.
ResponderEliminarBss.
"...ignoramos si todo lo que existe y se piensa no llega a ser, sin excepción, completo con la aspiración de lo que deseamos lograr."
ResponderEliminarMe quedé pensando en varios tramos, pero el que cito aún me quedará dando vueltas.
Abrazo.
Un torbellino de cosas que suceden, creyendo en parte que podemos controlarlo.
ResponderEliminarCuando es él, el torbellino, quien nos controla a nosotros.
Saludos
J.
la fama después de la muerte? después de cual de todas? :D
ResponderEliminarbesotes mi niña!!
"Conservaré tus lances prodigiosos, realizando milagros con tu cuerpo simétrico a modo de lumbrera despidiendo luz por tus orificios"... esa visión es prodigiosa :)
ResponderEliminarun beso para ti
Este manuscrito me produce un efecto extraño: querría dejar un comentario, pero no me gustaría repetir frases de un texto que no necesita de repeticiones para erguirse entre otros tantos, tampoco querría decir "fantástico" por que me faltan las palabras para definirlo... y entre "no quieros" se me pasa el momento de decir algo que aporte un poco más que "aquí estuve y lo disfruté".
ResponderEliminarTe dejo un gran cariño.
Humberto.
Armamos caballeros a quien tal vez ni siquiera sabe lo que es una espada.
ResponderEliminarBesitos
¡Perfecto!
ResponderEliminar¿Seca de palabras?
salu2.
Da gusto pasar por aquí, tus escritos me atraen como la miel a las moscas, hablando de bichos, el relato de la víbora es real un poco novelado, el chaval se salvó.
ResponderEliminarUn beso
Y por qué tenía que ser con la pierna derecha?. Claro que es lo que tienen los manuscritos o escritos o relatos, permiten licencias al autor.
ResponderEliminarUn abrazo, Esi.
"Sin empacho y con resolución de perpetuidad, desprovisto de principio y fin, te armé con cota de malla en mi pensamiento"
ResponderEliminarmanuscrito de la memoria.
mil besos*
Cada vez que la mano se lanza magistralmente a plasmar lo que siente nuestro ser en un inocente papel, cada vez que nuestro cuerpo pone sus extremidades a disposición de lo que quiere demostrar, es cuando somos más honestos con nosotros mismos.
ResponderEliminarBesos para usted!!
Estas líneas me dan la sensación esa que sentimos cuando nos alejamos con el deseo fervoroso de que en algún momento, en otra vida y en otro tiempo quizá, logremos concluir eso que estamos dejando ahora.
ResponderEliminarComo siempre, ¡disfruto de pasar por aqui a leerte!
¡Te abrazo Esilleviana!
Esi, cada día más rica tu prosa...
ResponderEliminarde hecho, cuando sucede,
ya me armo de buen vino
y cubiertos de plata
para devorar con fruición
el señuelo de mis palabras.
Invitas a recorrer un transitado devenir,
sugieres con veredictos de perpetuidad
hablas de lances prodigiosos...
de cuerpos simétricos
y asimétricos en contrapesos
trazando un plan para evaluar el ruido
procedente y consecuente
reincidente sin remisión
obsecuente en mi profunda sumisión
a ser peregrino de tus lineas
fugitivo de tus palabras.
salud y alegrías a pares))
seremos conceciones , voz en otros labios, inventos en sus ideas, mitos en la popularidad, seremos lo que los demás quieran ver
ResponderEliminarpero de la esencia primera, esa solo nosotros tendremos el secreto,porque nadie podrá más que interpretar lo que una vez plasmamos.
y para ello seremos polvo y olvido material, simplees palabras hiladas y hasta remasterizadas con quien quiera rescatarnos ilusamente.
besitos y buena semana
de perfil, girando la cabeza, para que pueda apreciar cómo mis caracolas de medusa le sonríen sin descanso
ResponderEliminary él, hombre al fondo del cuadro... que ya no le pertenezco