Como si de un cepillo para limosna se tratara, cuando nos descuidamos hasta perder la vez de un tiempo, el hueco de la noche de Reyes se rellena con un guante suave de ilusión que abre la caja de los recuerdos. Llega el agua noche donde en nuestro deseo hay un niño con gafas que duerme dichoso dentro de un pequeño cofre. El pequeño se distrae en el mismo espacio donde malversa sus bienes imaginativos, fantaseando con proyectos de cosas nuevas. La caja estrecha no tiene un apelativo concreto que atesore el alcance de lo que sobrepasa: desechar el miedo que entristece las sombras. La cerradura de plata del pequeño baúl se desliza con ilusiones que carecen de fundamento real, como el impulso de un caballo con alas y ocho patas que arrastra un carro de fuego mientras se dirige al sol. Momentos del pasado que retornan al fijar la mirada en el espejo retrovisor ya deslucido.
"¿Quién no escribe una carta? ¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
martes, 6 de enero de 2015
Guante suave
Como si de un cepillo para limosna se tratara, cuando nos descuidamos hasta perder la vez de un tiempo, el hueco de la noche de Reyes se rellena con un guante suave de ilusión que abre la caja de los recuerdos. Llega el agua noche donde en nuestro deseo hay un niño con gafas que duerme dichoso dentro de un pequeño cofre. El pequeño se distrae en el mismo espacio donde malversa sus bienes imaginativos, fantaseando con proyectos de cosas nuevas. La caja estrecha no tiene un apelativo concreto que atesore el alcance de lo que sobrepasa: desechar el miedo que entristece las sombras. La cerradura de plata del pequeño baúl se desliza con ilusiones que carecen de fundamento real, como el impulso de un caballo con alas y ocho patas que arrastra un carro de fuego mientras se dirige al sol. Momentos del pasado que retornan al fijar la mirada en el espejo retrovisor ya deslucido.
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El niño que vive en nosotros , vuelve siempre. Y ojalá seamos capaces, como tu de "malversar" tantas imaginaciones que acaben en un escrito como éste.
ResponderEliminarCierto, siempre hay que luchar contra la adult-eración de estas fechas, matando en el proceso la ilusión y con ella al niño que llevamos dentro. Ep, y las clases de historia, a partir de mañana y en las aulas.
ResponderEliminarUn besazo
Ya se que es difícil, pero es bueno luchar por en niño que llevamos dentro., aunque la vida nos exija hacernos hombres cuanto antes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Se conserva la mirada
ResponderEliminarLo que se piensa, varía
bello
ResponderEliminarIntenso
escrito
el pasado de mi niñez se resume en tres reyes magos
EliminarCuanto echo de menos aquellos tiempos en que nos permitíamos "malversar bienes imaginativos," yo era campeón de la imaginación malversada...jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
Ese niño que duerme, despierta en una día como el de hoy, inexplicablemente pero despierta. Que bello lo cuentas.
ResponderEliminarUn abrazo.
La tapa de ese baúl siempre la levanta el guante suave de la memoria.
ResponderEliminarBss
es imposible no recordar nuestra propia historia, y los sueños que año a año anotamos en el libro secreto de nuestro corazón
ResponderEliminarbello, como siempre
Siempre es una delicia leerte.
Seguro que el 2015 te traerá buenas dosis de imaginación que convertir en palabras.
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
UN TEXTO DELICADO.
ResponderEliminarBESOS
Ahí se encuentra la verdadera magia de esta noche
ResponderEliminarCuantos recuerdos...noches mágicas, tristezas y alegrías.
ResponderEliminarLa vida misma.
Un abrazo querida Esi.
Qué bonito es mirar hacia atrás y reencontrarse con esa cajita de recuerdos, llena de risas, ilusiones y sueños. Tal vez no estemos tan lejos de quien fuimos... o sí. En lo personal, creo que mi niña interna sigue arraigada en mi con todas sus fuerzas!
ResponderEliminarMe encantó tu visita, hacía tiempo que no te leía, siempre un gusto!
Besos al vuelo y un muy feliz año para ti!
Gaby*
Boa tarde, a criança que existe sempre em nós, causa-nos as recordações que nunca queremos esquecer.
ResponderEliminarAG
Nada es igual...
ResponderEliminarme gustó mucho.
tRamos
Que bueno volver a leerte :)
ResponderEliminarHasta hace muy poco tiempo guardaba en mi interior el cosquilleo que produce la cara de los niños el día de Reyes. Me hacía a mi más ilusión y que a mis hijas verlas abrir sus regalos. Hoy, nada queda de aquella sensación. Ya sabes...
Bss.
Cuando las ilusiones se arrellanan en mi cabeza, parecen multiplicarse las noches de Reyes, cada una con su brillo especial. La música y la fanfarria, de todas formas, sólo se levanta en la noche que toca, la de enero, por aquello de ser fieles a esa vieja tradición.
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